Ordenado hace 23 días, será sacerdote por la eternidad
Felipe Herrera-Espaliat
Fue sacerdote solo por 23 días, desde el pasado Jueves Santo, pero lo será para la eternidad, porque así es como el sacramento del Orden configura al hombre para siempre con Cristo Sacerdote, que se ofrece como sacrificio.
El sacerdote africano Livinus Esomchi Nnamani, de 31 años, partió hacia el encuentro con el Buen Dios, sereno y en compañía de su comunidad. Hace una década había ingresado en la comunidad religiosa de la Mater Dei en la ciudad de Owerri, Nigeria, para comenzar su formación religiosa. Después de su primera profesión le diagnosticaron leucemia, pero eso no detuvo su itinerario formativo, que en 2019 lo llevó a Roma. Mantuvo una lucha muy fuerte con la enfermedad, que ya hace algunos meses lo había llevado a ser hospitalizado en el Presidio Sanitario Medica Group Casilino.
Desde allí escribió personalmente al Papa Francisco el pasado 31 de marzo, Miércoles Santo. Lo hizo cuando vio que sus fuerzas empezaban a flaquear, y le pidió una dispensa para ser ordenado sacerdote por adelantado. La respuesta del Santo Padre fue casi inmediata, de hecho llegó solo un par de horas después a través de uno de los obispos auxiliares de Roma, monseñor Daniele Libanori. Fue este mismo prelado quien se reunió con el Pontífice al día siguiente durante la Misa Crismal y recibió de él la misión de ordenar al padre Livinus ese Jueves Santo.
Fue una celebración muy sencilla en el hospital, a la que asistieron algunos clérigos de su comunidad religiosa y miembros del personal sanitario que le atendían con cariño. Recibió el cáliz y la patena, y sus manos fueron ungidas con el crisma después de la oración consagratoria que lo convirtió, por la gracia del Señor, en un Alter Christus, configurado con Jesucristo sacerdote.
A partir de ese día, utilizó las pocas fuerzas que le quedaban para celebrar la misa desde su cama. Al sacrificio de Cristo unió el suyo, como le había sugerido Monseñor Libanori el día de su ordenación. Y lo hizo hasta el miércoles pasado, pero ayer su salud decayó y él se dio cuenta. Por eso pidió un confesor y recibió la comunión.
Esta mañana, su Superior General, otro sacerdote de la Mater Dei y un joven que discierne su vocación rezaron junto a él en el hospital la Coronilla de la Misericordia. Inmediatamente después, a las 11.10 horas, el padre Livinus entregó su espíritu y sus hermanos religiosos lo encomendaron al amparo de la Virgen María rezando con fe el Sub tuum praesidium.
Tras la misa de exequias que se llevará a cabo el próximo lunes en Roma, su cuerpo será llevado a su Nigeria natal donde descansará en paz.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí