Un camino de ecología integral en todos los niveles de la sociedad
Giada Aquilino – Ciudad del Vaticano
La conclusión del Año Especial por el aniversario de la encíclica Laudato si' del Papa Francisco marca un "desafío" y, al mismo tiempo, el "inicio de un nuevo camino" con la participación en la Plataforma de Iniciativas Laudato si', un viaje de 7 años: Es "el viaje de toda una vida, de la constatación para todos nosotros de que debemos hacer algo juntos" por el cuidado de la casa común.
Rodne Galicha es el director ejecutivo de Living Laudato si' Filipinas, una organización de laicos católicos nacida en 2018 en Manila y extendida por toda Filipinas, cuyo objetivo es empoderar a los ciudadanos e instituciones para que adopten estilos de vida y comportamientos bajo el signo de la salvaguarda de la creación, la promoción del desarrollo sostenible y un profundo compromiso contra el cambio climático.
LS Action Platform
Living Laudato si’ Filipinas es una de las realidades juveniles que anima la Plataforma de Iniciativas Laudato si' (LS Action Platform), la herramienta de acción que el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral lanza en la clausura de la Semana Laudato si' organizada para celebrar el fin de año deseado por el Pontífice "para reflexionar sobre la encíclica" de 2015 y hacer un balance de los progresos realizados por la Iglesia y los católicos de todo el mundo en el camino de la conversión ecológica.
A la hora del Regina Caeli del 24 de mayo del año pasado, cinco años después de la publicación del documento, Francisco había invitado, de hecho, a todas las "personas de buena voluntad" a cuidar concretamente de "nuestra casa común y de nuestros hermanos y hermanas más frágiles". Ahora "la Plataforma de Iniciativas Laudato si' quiere traducir el sueño del Papa Francisco en acción", explica el padre Joshtrom Isaac Kureethadam, coordinador del sector de Ecología y Creación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
"En su encíclica, el Pontífice nos propuso crear un movimiento popular, desde abajo, para el cuidado de nuestra casa común. Al final del Año Laudato si' pensamos que ha llegado el momento, tanto por la urgencia de ese doble grito de la tierra y de los pobres del que habla la encíclica, que se ha hecho aún más fuerte y doloroso en estos años, como por lo que pone de manifiesto la actual pandemia. No diría que estamos comenzando algo nuevo – reflexiona el salesiano – porque gracias a la acción del Espíritu Santo en muchas partes del mundo las comunidades, los líderes, las parroquias, las escuelas, las universidades, las órdenes religiosas se están moviendo y ya están tan comprometidas en poner en práctica la encíclica".
Comunidades sostenibles
La Plataforma Laudato si', continúa el padre Kureethadam, pretende así "dar una estructura, un espíritu común a todas las iniciativas, con un objetivo muy concreto: hacer que nuestras comunidades sean totalmente sostenibles, según el espíritu de la ecología integral, en un camino de siete años. Hemos identificado otros tantos sectores, empezando por nuestras familias, luego las parroquias y las diócesis, las escuelas y las universidades, los hospitales y los centros de salud, el mundo económico con las empresas, incluidas las agrícolas, el sector de los grupos, los movimientos y las ONG católicas, y luego el de las órdenes religiosas", añade.
Colaboran en el proyecto con el Dicasterio vaticano Caritas Internationalis, el Movimiento Católico Mundial por el Clima (MCC), la Unión de Superiores y Superioras Generales, la red Cidse - Juntos por la Justicia Global y varios grupos juveniles, entre ellos la Alianza Verde Don Bosco, y grupos eclesiales como Repam.
Generar una masa crítica
La urgencia, añade el coordinador del sector de Ecología y Creación, es "responder al grito de la tierra, de la energía, del agua, de la biodiversidad, y al grito de los pobres, porque en todo lo que hacemos ponemos en el centro, como nos invita el Papa, a los más vulnerables, no porque sean víctimas, sino como protagonistas de este camino".
También se apunta a una economía ecológica, a la educación y a la espiritualidad, a la adopción de estilos de vida sencillos y al compromiso comunitario. Miles de personas ya se han adherido a las iniciativas de la Plataforma Laudato si': "Nuestra esperanza – dice el padre Joshtrom – es que cada año podamos, al menos, duplicar el número de comunidades que se adhieren a este camino y alcanzar así la 'masa crítica', que es el verdadero objetivo. Empezamos como Iglesia católica, pero esperamos que pueda convertirse en un camino ecuménico, interreligioso, de otras realidades, lo importante es dialogar entre todos para reconstruir nuestra casa común".
La experiencia de Filipinas
En cuanto a la economía ecológica propuesta en la Plataforma, la organización Living Laudato si' Filipinas en los últimos dos años – explica Rodne Galichav – se ha centrado, por ejemplo, "en la campaña de desinversión, porque realmente necesitamos considerar cómo gastamos nuestros recursos financieros y cómo respondemos al desafío de la Laudato si', particularmente en los depósitos financieros, porque al final es cómo gastamos nuestro dinero y apoyamos industrias y actividades que pueden dañar la casa común", añade.
La realidad filipina se centra también en la campaña #LS211, que anima a jóvenes y adultos a ser, mediante "pequeños actos de amor", "eco-ciudadanos en cualquier momento y lugar, en la escuela, en casa o en el trabajo". Especialmente en las escuelas y universidades católicas, Living Laudato si’ Filipinas propone el conocimiento de la encíclica "no sólo integrando la Laudato si' en el plan de estudios – señala Galicha – sino en todas las facetas de los planes de actividades de las instituciones educativas".
A nivel de comunidades de fieles, en dos parroquias de la diócesis filipina de Romblon, la del Santo Niño, en el pueblo de Danao, en la isla de Sibuyan, y la de Santo Tomás de Villanueva, en la isla de Tablas, se han construido también una Capilla Viva y los Jardines Laudato si'. Precisamente en Santo Tomás, "los feligreses están construyendo una escalera de 500 peldaños, que desde el Jardín de la Laudato si' conduce a la Capilla Viva: queremos conmemorar – recuerda Rodne – los 500 años de la llegada del cristianismo a Filipinas", que se cumplirán en este año 2021, demostrando que la Iglesia sigue siendo "un hogar para los marginados y oprimidos" cuyo grito escuchamos y respondemos.
Por otra parte, el Año Laudato si' – reflexiona el padre Kureethadam – "fue realmente un momento de gracia, en medio de la crisis de la pandemia que aún estamos viviendo: creo que nuestros fieles y el pueblo vieron con alegría y entusiasmo la propuesta de implementar ese cambio por una ecología integral que la pandemia también nos exige". La "buena noticia" – le hace eco Rodne Galicha – es que "estamos entrando en un nuevo camino, en todos los niveles de nuestra sociedad".
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