Episcopado puertorriqueño comprometido contra la violencia a las mujeres
Ciudad del Vaticano
“Hiere profundamente ver brotar las lágrimas en nuestro pueblo por los asesinatos cometidos una vez más en contra de mujeres -y de un bebé en el vientre materno-, de la manera vil y atroz en que han acontecido los hechos. Su grito de dolor sube hasta el cielo, tiene que estremecernos y reclama de nuestra parte, como creyentes, el abrazo, la denuncia de todo atentado contra el sagrado don de la vida, y el más firme compromiso para contribuir a superar esta situación junto con nuestro pueblo”. Lo afirma la Conferencia Episcopal Puertorriqueña ante las situaciones de violencia contra las mujeres que ha llevado a Puerto Rico a declarar en enero el estado de emergencia.
En su mensaje, los obispos dicen sentirse urgidos como pastores a “fomentar diálogos personales y grupales a todos los niveles” en las comunidades, no sólo con las víctimas sino también “con los familiares y vecinos de quienes de quienes resultan acusados de los crímenes”.
Queremos colaborar con nuestra gente en las búsquedas de soluciones desde las mismas familias, grupos, asociaciones e iglesias, procurando identificar las tendencias culturales que se han deteriorado, patrones que hemos asumido consciente o inconscientemente, y que llevan a ver falsamente a otras personas como si se tratara de propiedades personales.
El Episcopado se compromete a “orar y a seguir profundizando en esta situación con todo agente pastoral, toda persona que ejerza la catequesis, los servicios, la educación, el liderato de movimientos, los ministerios laicales y ordenados, los jóvenes, y especialmente la pastoral pre matrimonial y familiar”, generando “espacios de acogida y refugio, para respaldar las instituciones e iniciativas que sabemos proveen socorro a las personas agredidas o en peligro, o que educan para replantear el respeto a la integridad del ser humano”. Manifestando la disposición a un acompañamiento más directo a las mujeres y también a los varones, para reaprender el verdadero sentido del valor humano, los obispos puertorriqueños invitan a los medios de comunicación “a que abran espacios de servicio público para mensajes que nos recuerden e inculquen constantemente el valor y el respeto a la vida y la integridad de las personas”.
Exhortamos a los líderes del gobierno y expertos a que se le dé una mirada sistémica a toda esta situación, que incluye el análisis profundo de la frustración que sienten las personas frente al empobrecimiento y la falsa ilusión de felicidad de una sociedad desenfrenada en el consumismo. Identifiquemos los patrones machistas y sus causas; compartamos estrategias para la reconstrucción y sanación de la figura masculina; toquemos las heridas que se arrastran y que con frecuencia provienen de maltratos ocurridos en la infancia y que no reciben atención a tiempo; atendamos integralmente el fenómeno de la violencia social e institucionalizada; el alcoholismo y la adicción a drogas y su efecto en el hogar, así como la insensibilidad hacia la vida humana más indefensa, que se extiende, como se ha visto en uno de estos casos, al bebé en el vientre materno como víctima particularmente indefensa frente al abuso y la agresión.
Finalmente, los prelados renuevan su compromiso de “estar servicio de los más vulnerables, con un sentido de mayor humildad, procurando ser más asequibles y disponibles, más hermanos y Servidores. Promoveremos con insistencia – concluyen - el testimonio de quienes viven plenamente la entrega y el amor fiel y respetuoso de la vida, para que más personas se motiven a imitarlos, crezca en ellas el deseo de vivir, y se abran a la maravilla que Dios les ofrece como Creador y Dador de vida”.
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