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Alegría por la tregua en las palabras del Custodio de Tierra Santa Alegría por la tregua en las palabras del Custodio de Tierra Santa 

Oriente Medio, Patton: tregua no significa la paz, es necesario el diálogo

El Custodio de Tierra Santa ha comentado el alto el fuego, esperando en la reconstrucción de la confianza mutua: la violencia contra las personas y los lugares de culto sigue siendo inaceptable. El agradecimiento al Papa Francisco, "la voz moralmente más significativa y autorizada que hay en este mundo".

Francesca Sabatinelli - Ciudad del Vaticano

Los enfrentamientos de ayer en la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, al término de las oraciones del viernes, hacen temblar a quienes aún esperan una tregua. El alto el fuego que comenzó a las 2 de la madrugada de la noche anterior, fue celebrado en Jerusalén, Cisjordania y Gaza. Testigo de esta felicidad compartida fue el padre Francesco Patton, Custodio de Tierra Santa:

R. - La población lo celebró porque, claramente, la tregua era algo deseado y esperado desde hacía muchos días. Sabíamos que había conversaciones en curso, también habíamos sido testigos de las declaraciones formales y oficiales del presidente estadounidense, sabíamos que Egipto, a su vez, estaba trabajando y que había toda una red diplomática, pero nosotros, por nuestra parte, habíamos rezado y seguiremos rezando por esta situación, porque la tregua no significa paz, significa un cese temporal de las hostilidades. Debo decir, sin embargo, que la noticia fue recibida con alegría, la tregua comenzó a las 2 de la mañana y me desperté porque oí que, incluso aquí en Jerusalén, la gente disparaba petardos y lo celebraba, feliz de que esta situación se hubiera resuelto finalmente, aunque en realidad el verbo resolver es un poco demasiado ambicioso para una tregua. No obstante, en toda Cisjordania también lo celebraron, por lo que creo que, tanto por parte de la población israelí como de la palestina, el cese de las hostilidades se considera una buena noticia, y especialmente por parte de la población civil de Gaza. 

El Papa nunca ha dejado de hacer llamamientos por Tierra Santa, pidiéndonos que recemos por la paz. Lo ha vuelto a hacer este viernes, comentando la noticia de la decisión de detener los enfrentamientos y esperando que se puedan buscar vías de diálogo y paz, instando a israelíes y palestinos a encontrar el camino del perdón. Padre Patton, ¿qué importancia tienen las palabras del Papa y estos constantes llamamientos? 

R. - Las palabras del Papa son importantes porque, diría, son de las pocas que insisten en este tema, son de las pocas que lo abordan, y no sólo cuando se producen estas explosiones, aunque sean temporales, de violencia, como esta guerra, llamémosla guerra relámpago, de 11 días. La palabra del Papa acompaña la situación de Tierra Santa desde hace muchos años. Una y otra vez Francisco ha hablado de la importancia de Jerusalén, una ciudad que debe ser de oración para los fieles de las tres religiones que se remontan a Abraham, por lo tanto, una ciudad donde tanto los fieles de la religión judía como los cristianos y musulmanes se sientan acogidos. Una ciudad, podríamos decir, compartida, en lugar de dividida o exclusiva, y el Papa también ha subrayado muchas otras veces, y yo diría que es parte del apoyo de la Santa Sede a un verdadero proceso de paz en Oriente Medio, la necesidad de dar una solución justa y digna a la vieja cuestión del Estado palestino. Recordemos que la Santa Sede es uno de los pocos Estados que ha reconocido a Palestina como Estado y, por lo tanto, ha establecido también relaciones diplomáticas, al igual que ha establecido, obviamente, relaciones diplomáticas con el Estado de Israel, con el que se está negociando desde hace años para llegar a un acuerdo que defina los derechos de la Iglesia dentro del Estado de Israel. Así pues, la Santa Sede siempre ha sido sensible a esta cuestión y, repito, la voz del Papa es especialmente importante porque, en este momento, es la voz moralmente más significativa y autorizada que hay en este mundo. Diría que es la que habla con más claridad, con más fuerza y también con más constancia, porque la línea del Papa va dirigida al bien de las poblaciones con una atención extraordinaria siempre a la situación de los civiles. Ahora estamos hablando del enfrentamiento entre Israel y Hamás, pero el Papa ha seguido la misma línea, y sigue haciéndolo, con respecto a Siria, Iraq y los muchos conflictos en otras partes del mundo que están olvidados.

Se ha dicho varias veces en estos días que el elemento de diversidad de este conflicto, comparado con todos los anteriores, es esta forma de unidad que se ha creado entre palestinos de los territorios y árabes-israelíes, una unidad que nunca se había dado, que nunca se había manifestado de esta manera. Según usted, ¿qué señal esta? ¿Qué consecuencias podría tener en la relación entre israelíes y árabes-israelíes?

R.- Lo que se vio en esta circunstancia fue que el equilibrio interno entre el componente árabe israelí, o palestino israelí, porque los árabes israelíes son palestinos, y el componente judío israelí se encontraba en un frágil equilibrio y, en consecuencia, es un equilibrio que, de alguna manera, hay que volver a buscar. A este equilibrio, a esta forma de convivencia pacífica que se estaba configurando, hay que darle razones y fundamentos que sean razones y fundamentos de justicia, lo que significa que los llamados árabes-israelíes, dentro del Estado de Israel, no sólo deben tener los mismos deberes, sino que deben tener los mismos derechos que el componente judío-israelí, pues de lo contrario se crean formas de discriminación interna que, por necesidad, tarde o temprano desembocan en momentos de tensión, en momentos de hostilidad y, por desgracia, también en momentos de violencia. Lo hemos visto en esta ocasión y lo hemos visto en las alas extremas, es decir, en los componentes más radicales de ambas partes, que han llegado incluso a episodios de violencia absolutamente inaceptables: el ataque a las personas, el ataque a los lugares de culto, las consignas racistas gritadas de manera absolutamente inaceptable, las marchas contra esto o aquello, o contra este o aquel lugar, todo esto ha demostrado que hay una fragilidad interna que se debe también al desequilibrio que existe en términos de derechos y deberes y, obviamente, esto ha facilitado la identificación de la población árabe israelí, de nuevo, en la causa palestina, de los palestinos que viven en los territorios de la llamada Cisjordania (West Bank) y en Gaza. 

¿Podría esto, Padre Patton, revelarse arriesgado?

R. - Esto es muy peligroso, también desde el punto de vista del potencial de violencia futura, pero no olvidemos que, una vez más, todo comenzó en torno a los lugares santos, todo comenzó en el inicio del mes de Ramadán, y la chispa fue, una vez más, Jerusalén, porque es un lugar de identidad para todos los que viven en esta tierra, ya sean palestinos, ya sean israelíes, ya sean palestinos que viven en esta tierra con un pasaporte palestino, todos se sienten de alguna manera tocados cuando se tocan los lugares santos de Jerusalén. En el futuro, lo que tenemos que hacer es tratar de evitar, por así decirlo, las elecciones que puedan convertirse en elecciones provocadoras, que entonces pongan en cuestión el equilibrio. Luego, lo que es aún más difícil, es necesario reconstruir la confianza mutua, porque hay ciudades en Israel donde la convivencia entre los llamados árabes-israelíes y los judíos israelíes, la convivencia también entre musulmanes y cristianos, judíos y drusos y otros, era buena.  Pienso en la ciudad de Haifa, era una ciudad modelo de convivencia y yo espero que pronto vuelva a serlo, y como Haifa, otras ciudades. Esta vuelta a una identificación basada en la oposición recíproca está haciendo retroceder el reloj y también la cuestión de la convivencia y el diálogo. Hay que trabajar mucho y creo que también debería ser una tarea primordial de quienes trabajan en el ámbito de la educación, poner como objetivo primordial, en un país donde hay diferentes componentes étnico-religiosos, la educación para la convivencia, lo que el Papa Francisco llama educación para la fraternidad.

Padre Patton, en la víspera de Pentecostés en Jerusalén, toda la Iglesia unida rezará por la paz, la Custodia de Tierra Santa también participará...

R. - Será una vigilia a la que estamos todos invitados, en la iglesia de San Esteban, la iglesia dominicana, mañana a las cinco de la tarde. Los frailes de la Custodia también participaremos y luego, por la noche, celebraremos la misa de vigilia de Pentecostés, es decir, la de las cinco lecturas, un poco sobre el modelo de la Vigilia Pascual, la celebraremos por la noche con la misma intención de paz y me parece que Pentecostés es especialmente adecuado para ello, precisamente porque Pentecostés, en el relato de los Hechos de los Apóstoles, es el momento en el que, podríamos decir, se sueltan las lenguas para hablar un lenguaje comprensible y se abren los oídos para poder entenderse recíprocamente. Este es el fundamento del diálogo, que también conlleva el respeto a las afiliaciones religiosas. Por lo tanto, debemos invocar realmente con confianza, con fuerza, me atrevo a decir con obstinación, al Espíritu Santo, para que realice esta capacidad de diálogo que es absolutamente necesaria e indispensable para poder tener, aunque sea un poco de convivencia, de fraternidad y de paz verdadera.

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22 mayo 2021, 10:50