RDC, tras los atentados la Iglesia tiene miedo, pero no se detiene
Federico Piana- Ciudad del Vaticano
En el día en que se celebra el sexagésimo primer aniversario de la independencia del país, que cae el 30 de junio, la Iglesia del Congo sigue teniendo miedo. Los atentados de los últimos días en dos parroquias de la diócesis de Butembo-Beni, en Kivu del Norte, han reavivado el temor a la reanudación de la violencia, de la que la nación africana nunca ha salido del todo. Los recientes atentados podrían haber provocado una masacre, pero afortunadamente el número de muertos fue limitado: sólo dos mujeres resultaron levemente heridas. Pero la sensación, muy extendida entre la población, es que la voluntad de los grupos armados es elevar la calidad de los ataques. Desde 2013 hasta 2021, los atentados han costado la vida a más de diez mil personas, entre ellas el embajador italiano Luca Attanasio, asesinado a tiros el 22 de febrero de este año cerca de Goma.
El testimonio del vicario de la diócesis de Butembo-Beni
"No puedo decir fácilmente que el verdadero objetivo de las nuevas explosiones en nuestras dos parroquias sea la Iglesia católica. Tal vez el agresor sólo quería hacer algo sensacional", revela monseñor Lorenzo Sondirya, vicario general de la diócesis de Butembo-Beni. El sacerdote, en la mañana del 27 de junio, antes de que explotara la bomba colocada detrás del altar, estaba organizando la misa dominical para el sacramento de la confirmación: "A pesar del miedo, no quería que se cancelara la celebración. Les dije a mis feligreses: lo haremos, hay que hacerlo como sea. Y así fue".
Entrevista con Monseñor Lorenzo Sondirya
¿Se ha formado Monseñor Sondirya una idea de quién podría haber intentado provocar una masacre?
No lo sabemos. No podemos entender quién podría estar detrás de los ataques. Es difícil decirlo, entre otras cosas porque hay muchos grupos militares y rebeldes en el país.
¿Cuál es el estado de ánimo de la Iglesia?
Está tranquilo, pero tenemos miedo, no sabemos qué pasará en el futuro. Pensábamos que con la gestión militar de nuestra provincia avanzábamos hacia la paz, en cambio no es así. Estamos muy decepcionados.
¿Qué papel puede desempeñar la Iglesia en un contexto tan difícil?
Tiene un gran papel que desempeñar. Como siempre ha hecho, debe seguir denunciando el mal, los abusos y la violencia. Y luego debe buscar la paz afirmando la verdad, continuando a repetir que la guerra no es necesaria.
A pesar de estos ataques, la Iglesia no se asusta...
Es cierto. No tenemos miedo. Por eso, después del atentado, invité a la gente a volver a la parroquia para la misa de confirmación. Tenemos miedo, pero seguimos adelante.
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