Colombia. Plenaria concluye con un llamado al diálogo y a cultivar la sabiduría social
Vatican News
Tres criterios marcan las necesidades que tiene no solo la Iglesia sino el país para seguir avanzando hacia la reconciliación: Camino de comunión permanente, verdad y respeto a la vida. Así lo planteó el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y primado de Colombia, al intervenir en la rueda de prensa de presentación de la nueva directiva y de los avances de la plenaria que se realizó del 5 al 7 de julio, de manera presencial en la sede del episcopado.
Respeto y escucha
Sin duda, la convulsionada situación social que ha vivido Colombia en los últimos meses ha centrado parte de la reunión episcopal. De allí la observación de Mons. Rueda al considerar que, como miembros de la Iglesia, se tiene la tarea de buscar la verdad y esta, agregó, solo se logra a través del diálogo, de las diversidades, de los distintos puntos de vista que se tienen, del respeto y la escucha. Señaló, además - como refiere la nota publicada en el portal de la CEC - que es importante el papel que juega la familia en la construcción de estos escenarios donde los colombianos trabajan y viven.
Jóvenes protagonistas del futuro
El neo presidente de la CEC también se dirigió a los jóvenes, recordándoles que son los protagonistas de este momento histórico que vive el país. “Ustedes son los constructores de la paz, constructores de un país que merece vivir bien, ustedes tienen todos los elementos para poder vivir en unidad, justicia y respeto”, dijo. Y añadió: Todos los caminos que sean búsquedas honestas para tener regiones en paz, para tener familias en paz, tener un país mejor y donde todos quepamos”.
En este contexto, monseñor Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y quien ocupará el cargo de secretario general de la CEC, invitó a los jóvenes a caminar de manera sinodal con la Iglesia, siendo parte activa, dinámica y crítica de ella. Además, los animó a realizar sus aportes en lo que será la próxima Asamblea Eclesial Latinoamericana que se realizará del 21 al 28 de noviembre en México.
Obreros de paz en cada parroquia
Por su parte monseñor Omar Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayán y nombrado a ocupar el cargo de vicepresidente de la CEC, al ser interrogado sobre el papel que seguirá realizando la Iglesia durante esta gestión en materia de paz, observó que la Iglesia nunca ha estado ausente de este trabajo y es visible a través de las diferentes acciones que adelantan obispos, párrocos, religiosos, religiosas y laicos a lo largo del territorio nacional, pues “en toda parroquia de esta Colombia hay obreros por la paz”.
“Una de las tareas que esta responsabilidad que el Señor nos entrega hoy, a través de la CEC, es pensar el país y ayudarlo a salir de este conflicto que lo aflige en materia de paz. De no resolver el tema de la paz, estaremos estancados en muchos dolores, con muchas fracturas y, finalmente, no veremos el país que nos merecemos”, subrayó.
Pandemia: una realidad de sufrimiento
Al hablar sobre la pandemia de Covid-19, el nuevo secretario general lamentó los casi 110.000 fallecidos que ha dejado en el país, entre los que se han visto también afectados varios miembros de la Iglesia. “Como todos los colombianos también nosotros hemos tenido pérdidas. Somos conscientes de esta realidad de sufrimiento que se vive. Por ello, queremos ser esa Iglesia que acompaña, que es samaritana, que está muy atenta a las situaciones de dolor de tantas familias”. Monseñor Alí Herrera agregó que, ante esta situación de dolor, la Iglesia seguirá acompañando, “pero sabiendo que acompañamos a los demás porque somos también ese signo de fragilidad y de vulnerabilidad, como cualquier ser humano”.
Sabiduría y amistad social
Por último, el arzobispo de Bogotá aseguró que es importante, desde la vida familiar, empezar a cultivar la sabiduría social, pues considera a que es desde el hogar donde se debe compartir y dialogar en las diferencias. “Cuando las distintas generaciones se encuentran y se escuchan, ahí va creciendo esa sabiduría social”. Finalmente, dijo que “la sabiduría social unida a la amistad social son caminos, son herramientas, para ponerlas al servicio del momento histórico de la Iglesia y de la sociedad”.
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