Antillas. Monseñor Malzaire exhorta a vacunarse contra el Covid-19

Alina Tufani - Ciudad del Vaticano

“Estar vacunado contra el coronavirus en el contexto de la pandemia de hoy equivale a un acto de amor a uno mismo y al prójimo”. Estas las palabras de Monseñor Gabriel Malzaire, Obispo de Roseau (Dominica) y Presidente de la Conferencia Episcopal de las Antillas (AEC, en sus siglas en inglés) en una declaración en la que pide a aquellos que no están vacunados, que lo hagan, pero además invita a cooperar con el Ministerio de Salud, siguiendo sus directivas para evitar más contagios: lavado y desinfección de manos, distanciamiento físico y limitar el número de participantes en reuniones.

El Prelado antillano recuerda que los países de la región, incluyendo Dominica, han estado viviendo limitados con las constantes amenazas de cierres y restricciones relacionadas. “Hemos tenido la suerte de ser considerados como uno de los lugares más seguros del mundo hoy en día en relación con la pandemia del Covid-19”, afirma el Obispo en un mensaje grabado en el que recuerda además que en Dominica los contagios han sido relativamente bajos y hasta la fecha no se han registrado muertes.

“Debemos hacer todo lo posible para no desperdiciar nuestras bendiciones. Nuestro sistema de salud no tiene la capacidad para hacer frente a ningún brote grave. No tenemos que esperar hasta que empecemos a perder familiares y seres queridos para tomarnos las cosas en serio”, advierte Monseñor Malzaire.

En este contexto, explica que las autoridades sanitarias internacionales indican que el Covid-19 “estará con nosotros durante un tiempo”. En particular, se refiere a las mutaciones del virus con variantes cada vez más peligrosas.  

El Obispo de Roseau pone su atención en la economía, pues a medida que los nuevos casos de Covid-19 aumentan se comienzan a restringir nuevamente algunas actividades.

“A todos les gustaría que la economía y la vida social y espiritual de todas las personas volvieran al nivel de libertad que conocíamos en el pasado, pero no llegaremos allí si pensamos solo en nosotros mismos”, enfatiza el prelado. En este contexto, el Presidente de la AEC concluye su mensaje invitando a los fieles a amar a su prójimo como a sí mismos y ayuden a limitar la transmisión de la enfermedad: “La vacunación es un acto de amor”.