Bartolomé I: no permanecer inactivo ante la destrucción de la creación
Debora Donnini - Ciudad del Vaticano
"Recemos por la pronta superación de las consecuencias de la crisis sanitaria y por la iluminación desde arriba de los gobernantes del mundo", para que no persistan en los principios de organización de la vida económica, de la producción y del consumo, y de la explotación extenuante de los recursos naturales que estaban vigentes antes de la pandemia. Esta es una de las direcciones en las que se orienta el Mensaje de Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla, con motivo de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación que se celebrará el 1 de septiembre.
Uno de los frentes actuales en los que se centra su mirada es, sin duda, el provocado por la propagación de Covid-19. En este sentido, el Patriarca también espera que se ponga fin a la "difusión de opiniones pseudocientíficas sobre la supuesta peligrosidad de las vacunas contra el coronavirus Covid-19", a la difamación de los expertos y a la subestimación desequilibrada de la gravedad de la enfermedad. "Desgraciadamente", escribe el Patriarca, "también se están difundiendo tesis similares sobre el cambio climático, sus causas y sus fatales consecuencias. La realidad es completamente diferente, y "se requiere sentido de la responsabilidad".
Iniciativas de deberes pastorales para delimitar la pandemia
Siguiendo con el tema de la propagación del Covid-19, Bartolomé I recuerda que, en este difícil período, tomar iniciativas para delimitar la pandemia constituye "un deber pastoral fundamental para la Iglesia". Un mandato ético categórico", subrayó, "es también apoyar el acceso general a la vacunación contra el coronavirus, en primer lugar, para los pueblos más pobres".
La indiferencia es un ultraje a Dios
Por ello, para el Patriarca Ecuménico de Constantinopla es "inconcebible estar inactivo" a pesar de ser "consciente de los grandes desafíos comunes a los que se enfrenta actualmente el género humano". "La indiferencia ante el prójimo que sufre y ante la destrucción de la "bellísima" creación", subraya claramente, "es un ultraje a Dios y un desprecio a sus mandamientos". Donde hay respeto por la creación y amor tangible por el hombre 'amado por Dios', allí está Dios presente".
Concatenación de todas las cosas
El contexto mundial en el que se enmarca su discurso, y en el que este año cae la propia Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, está marcado por intensos fenómenos atmosféricos debidos al cambio climático, inundaciones e incendios catastróficos, así como la pandemia de coronavirus y sus consecuencias sociales y económicas. Frente a esta realidad, sin embargo, Bartholomé I señala que las medidas restrictivas en la circulación y la imposición de límites a la producción biomecánica han permitido reducir los contaminantes, lo que representa "una importante lección sobre la interconexión de todo en el mundo".
La vida de la Iglesia es el respeto a la creación y el cuidado de las personas
A continuación, en cuanto al compromiso del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, se recuerda que se ha nombrado una Comisión oficial de teólogos "para preparar un texto sobre las consecuencias sociales de nuestra fe y sobre la misión social y el testimonio de la Iglesia Ortodoxa en el mundo contemporáneo". "Por la vida del mundo.
Hacia un ethos social de la Iglesia Ortodoxa" es el título de este texto aprobado "por nuestro Santo y Sagrado Sínodo", escribe Bartolomé I. Por ello, se señala que "tanto el comportamiento respetuoso con el medio ambiente como el reconocimiento de la sacralidad de la persona humana son una "liturgia después de la liturgia", dimensiones vitales de la realidad eucarística de la Iglesia". "La vida de la Iglesia -señaló finalmente el Patriarca Ecuménico- es un respeto tangible a la creación y un lugar y modo de la cultura de la persona y de la solidaridad.
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