Desapariciones forzadas. Red CLAMOR: aumentar esfuerzos para proteger a la población
Las desapariciones forzadas no son cosa del pasado en el continente americano. Lo denuncia la Red CLAMOR ( Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas) en el comunicado hecho público con motivo del Día Internacional de las Víctimas de las desapariciones forzadas. Las víctimas – escriben - somos todos que sufrimos con los amigos y familiares el dolor de la ausencia, de la incertidumbre de estar vivo o no el ente querido, la indiferencia e impunidad:
Así, en el mensaje firmado por el presidente de la Red CLAMOR, Monseñor Gustavo Rodríguez, Arzobispo de Yucatán, se llama la atención sobre las desapariciones de miles de personas migrantes en el continente:
Investigar, juzgar y condenar
Además de expresar su solidaridad a las víctimas realizan una seria de llamamientos: a los gobernantes de todos los países piden que recuerden a sus fuerzas armadas militares y todo tipo de instituciones de seguridad pública que su deber es servir y garantizar seguridad no perseguir, arrestar, desaparecer y matar civiles. Igualmente, - añaden – les demandamos investigar, juzgar y condenar a los militares y miembros de instituciones de seguridad publica que hayan cometido o estén involucrados con desapariciones forzadas y presenten estrategias para evitar la repetición de esos hechos.
Verdad, justicia y reparación
A las instituciones de gobierno correspondientes en los países de origen, transito y destino, recuerdan que es un derecho de las víctimas la verdad, justicia y reparación y las mismas están obligadas a hacer todo el esfuerzo y conseguir los medios para que se cumpla ese derecho a todas las víctimas sin distinción.
A las oficinas del Alto Comisionado de Derechos Humanos y las Ombusdperson de los diferentes países solicitan que sean cercanas a las víctimas y las apoyen, con los recursos de las leyes y convenciones internacionales, para que luchen y accedan a sus derechos. Mientras que, a todas las personas cristianas, ciudadanas de buena voluntad y sensibles al sufrimiento de los demás, piden seguir siendo cercanas a las personas que sufren por un ente querido desaparecido y nos unamos a su lucha por la verdad y justicia.
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