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Afganistán. Sor Shehnaz: "Volveremos si los hermanos talibanes lo querrán"

El testimonio de la Hna. Shehnaz, directora de la Asociación Pro Niños de la capital afgana, que logró regresar a Italia. "La población nos quería y respetaba. Los que se quedaron", dice, "me llaman para preguntarme cuándo van a reanudar nuestro trabajo. Aunque la presencia de la Iglesia ya no esté presente, el deseo de reanudar los proyectos de ayuda y apoyo sigue vigente.

Federico Piana-Ciudad del Vaticano

El pasaje más emotivo del testimonio de la hermana Shehnaz llega cuando menos te lo esperas. Cuando la religiosa de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida, al contar su peligrosa y audaz huida de Kabul, pronuncia con desarmante sencillez una frase que tiene una increíble fuerza de amor: "Si los talibanes nos quieren de nuevo entre ellos, seré la primera en volver a Afganistán". La hermana Shehnaz llama a los talibanes "nuestros hermanos" y no oculta que, en las horas que marcó la llegada de los milicianos a la capital afgana, el miedo a no salir adelante casi se apodera de ellos. "En esos momentos, la superiora general de mi orden estaba en contacto conmigo las 24 horas del día. Si yo no dormía - explica - ella no dormía: desde que cayó Kabul, esperaba noticias nuestras a cada segundo. Fue una experiencia que me costó mucho, pero fortaleció mi fe.

Por fin en Roma

Llegó a Roma el 25 de agosto, acompañada de cuatro hermanas y catorce pequeños huérfanos. La hermana Shehnaz los conocía uno por uno: eran algunos de los niños que atendía como responsable de la gestión de la ’Associazione Pro Bambini di Kabul (Asociación Pro Niños de Kabul), fundada a instancias de San Juan Pablo II en 2004. Ahora los niños que vinieron con nosotras- cuenta la hermana Shehnaz- son atendidos por las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta. Pero nuestros pensamientos van a los que se quedaron atrás. La asociación atendía a niños de 6 a 12 años: nuestra tarea era sobre todo formarles para que entraran en las escuelas públicas y apoyar a sus familias".

El deseo de volver a Kabul

La hermana Shehnaz no cree que la misión de su asociación, formada por miembros de catorce órdenes religiosas, haya terminado definitivamente. Repite con convicción que, si el nuevo gobierno talibán les acepta de nuevo, no dudarán en retomar el trabajo donde lo dejaron: "Nuestro trabajo - recuerda - era bellísimo. Las familias de los setenta niños que quedan en Kabul me llaman todos los días y me dicen: hermana, ¿cuándo regresan ¿Qué podemos hacer? Mientras tanto, esperamos, porque la realidad también puede cambiar".

La "pequeña iglesia" amada por la población

La Iglesia católica en Afganistán estaba formada por un número pequeño e infinitesimal. La Iglesia católica en Afganistán estaba formada por un número pequeño e infinitesimal. "Básicamente- dice la hermana Shehnaz- la Iglesia éramos nosotros: nuestra congregación, las Hermanas de la Madre Teresa de Calcuta, los jesuitas y la Asociación Pro Niños de Kabul. No hay católicos entre la población". Entonces, ¿cómo se explica que la actividad de la "pequeña Iglesia" fuera querida y respetada por todos? Porque -afirma la hermana- siempre hemos ayudado independientemente de nuestra fe religiosa. Respetamos a todo el mundo y recibimos el mismo respeto que damos. Vivimos en la realidad de la gente, entre la pobreza, sin elegir ir a lugares protegidos y privilegiados. Nos vestíamos y comíamos como ellos y nos identificábamos tanto que no nos dábamos cuenta de que estábamos en un país extranjero".

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03 septiembre 2021, 17:49