El arzobispo Gintaras Grušas, nuevo presidente del CCEE
Ciudad del Vaticano
El Consejo de Conferencias Episcopales de Europas tiene un nuevo presidente que fue elegido durante la Asamblea Plenaria, en Roma, convocada 50 años después del nacimiento del organismo. Se trata de Monseñor Gintaras Linas Grušas, Arzobispo de Vilnius, que cumplió 60 años el pasado 23 de septiembre. Nacido en Washington, Estados Unidos, su familia lituana había emigrado allí. Luego se trasladó a California. Antes de ingresar en el seminario y en la Universidad Franciscana de Steubenville, monseñor Gintaras Linas Grušas se licenció en Matemáticas e Informática en la UCLA, en Los Ángeles, y luego trabajó como consultor técnico en IBM.
El servicio a la Iglesia
El arzobispo Grušas continuó sus estudios en Italia, en el Angelicum de Roma. En 1994 se hizo sacerdote y ese mismo año fue elegido Secretario General de la Conferencia Episcopal de Lituania, cargo que ocupó hasta 1997, mientras que de 2001 a 2003 fue rector del seminario de Vilna. En 2010, fue nombrado Ordinario Militar de Lituania, y en 2013 sucedió al cardenal Audrys Juozas Bačkis como arzobispo de Vilna. En 2016 se incorporó al Dicasterio para la Comunicación. Desde el 28 de octubre de 2014 es presidente de la Conferencia Episcopal de Lituania.
El cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y presidente del Comece, y monseñor László Német, presidente de la Conferencia Episcopal de los Santos Cirilo y Metodio, que incluye a los obispos de Serbia, Montenegro, Kosovo y Macedonia del Norte, se han unido a él como vicepresidentes. Monseñor Gintaras Linas Grušas sucede al cardenal Angelo Bagnasco, en el cargo desde el 8 de octubre de 2016.
Jesús, la verdadera esperanza de Europa
“Nuestra misión nos impulsa a caminar juntos hacia el futuro de un Continente nacido de un destino de belleza y de civilización, de bondad difundida y consolidada en los corazones, en las tradiciones, en las lenguas: en una esencia, en un sentimiento común, en un alma": se recuerda en el mensaje final del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa. Asimismo, refiriéndose a los “desafíos de los tiempos, como la dificultad de dialogar, la desconfianza en el encuentro con el otro, la cultura materialista dominante” que “presionan tanto a la fe cristiana como a la religión y, en general, a la civilización humana”, exhortan a no temer, sino a “estar unidos, y nosotros -como pastores y ciudadanos- caminamos con ustedes, individuos, familias, pueblos, naciones, para ser servidores de su alegría". "Jesús es la verdadera esperanza de Europa porque es la verdad, y sólo la verdad nos hace libres".
Recordando la invitación del Papa a emprender un camino sinodal, los obispos aseguran que desean ponerse a la escucha de los pueblos de Europa. "Que nadie tema el Evangelio de Jesús: nos habla del hombre y de Dios, garante de la dignidad humana, nos recuerda que nadie está solo y no debe estarlo, que los más débiles deben tener una mirada preferencial. Nos recuerda que no hay libertad sin el otro, ni progreso, porque cada uno es un bien para todos: personas, familias y Estados". "Juntos -es la conclusión- podemos ver mejor y caminar humildemente hacia horizontes de luz y de paz".
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