Obispos en desacuerdo con reconocimiento del "matrimonio" igualitario

Alina Tufani-Ciudad del Vaticano

Los obispos del Estado de México califican como “extrañas iniciativas” contra la sacralidad de la vida, el matrimonio entre hombre y mujer y la familia, los proyectos legislativos que pretenden redefinir el matrimonio natural entre el varón y mujer. Una enérgica condena la de los obispos mexicanos que invitan a todos los cristianos, a los creyentes de otras religiones y a todas las personas de buena voluntad, a oponerse firmemente e implementar “una estrategia común para defender la verdad originaria del matrimonio” en beneficio de la sociedad. 

“Les pedimos que juntos levantemos nuestra voz, nos organicemos y defendamos en todos los foros la verdad sobre la dignidad del ser humano, la sacralidad de la vida y el matrimonio entre un varón y mujer de donde nace la familia, célula fundamental de la sociedad”, se lee en el comunicado publicado en el portal de la Conferencia del episcopado mexicano (CEM).

El documento afirma que el matrimonio entre hombre y mujer es el patrimonio cultural de todos los pueblos, basado en una antropología bíblica, que ahora – advierte -  es discriminada por el “fenómeno ético, moral y social de algunos que pretenden, sin fundamento real, llamar “matrimonio” a uniones entre personas del mismo sexo”. No es aceptable, refieren los obispos, que ese “fenómeno” se intente legalizar, pues es una “acción” que va en contra del estatuto antropológico natural, y es “fruto de una ideología que niega la realidad de dicho estatuto”. Lo natural expresa y confirma la voluntad del Creador desde el principio y ese principio, afirman los obispos, “es esencial y no negociable”.

Distinguir no es discriminar

Los 14 arzobispos y obispos de las provincias eclesiásticas de Toluca y Tlalnepantla que firman el comunicado aclaran que no se trata de discriminación alguna sino de hacer “una clara distinción entre el matrimonio natural varón-mujer y las uniones entre personas del mismo sexo”. En este sentido, hacen un llamado a defender el principio antropológico natural, proyecto de Dios creador, “en todas las formas, espacios y momentos adecuados, respetuosos del orden legal, sin agredir a nadie, pero siempre firmes y exigentes en la verdad”.

“Con esto pretendemos distinguir, sin ánimo discriminatorio, las opciones personales privadas o de grupos que prefieren y eligen un modelo de vida diferente del proyecto de Dios para el amor humano desde el principio”, enfatiza la nota. 

Silencio de legisladores católicos es inmoral

Luego de reiterar que como Iglesia tienen derecho a “enseñar, expresar y defender la verdad originaria de la realidad natural del matrimonio creado por Dios”, exigiendo que ese derecho se respete en lo jurídico y asistidos por el derecho humano a la libertad religiosa, los obispos llaman a los legisladores que promueven la iniciativa para redefinir el matrimonio natural y acoger en la legislación la unión entre dos varones o dos mujeres y llamarlo y equipararlo al matrimonio entre hombre y mujer, a que respeten el derecho a la libertad religiosa, y a que cobren consciencia de que su propuesta “es insostenible y atenta contra el bien social”

“A los legisladores que comparten nuestra fe en Cristo –refiere la nota -  los invitamos a considerar que los matrimonios naturales entre varón y mujer, al garantizar el orden de las generaciones, son de innegable interés público por lo que los legisladores que creen en Dios tienen el deber moral de expresar su desacuerdo, clara y públicamente, votando en contra de un proyecto de reconocer como “matrimonio” las uniones entre personas del mismo sexo, pues el voto favorable será un acto gravemente inmoral”

Legislar para la mayoría

El pronunciamiento de la Iglesia del Estado de México subraya que, en una cultura democrática, la legislación debe proteger en primer lugar al interés de la mayoría, sin que eso signifique una discriminación, ataque o menosprecio a nadie o a alguna minoría, pues a ley protege a todos. 

“Pedimos con todo respeto a nuestros legisladores que no olviden esta característica fundamental de la democracia y la garanticen: fortalezcan la democracia representativa, legislen para la mayoría, no para las minorías, encuentren, si es que faltan, las garantías jurídicas para ellas, pero sin vulnerar a las mayorías. No olviden que en ninguna declaración de derechos humanos está reconocido el “derecho” de dos hombres o dos mujeres a contraer “matrimonio”, por lo que a estas uniones no se le debe conceder reconocimiento o equivalencia legal al matrimonio entre hombre y mujer”.

El justo y urgente deber de oponernos

Los obispos concluyen la declaración recordado a los fieles que, ante la injusta y discriminante pretensión de reformar el Código Civil del Estado de México para que uniones entre personas del mismo sexo sean equiparadas al matrimonio entre hombre y mujer, “exige el justo y urgente deber de oponernos ante las autoridades civiles, de manera clara, incisiva y contundente”.

“¡Todos debemos manifestarnos en contra! No debemos callar, no más silencio de parte nuestra. Existen razones de orden racional, biológico, antropológico, social y jurídico que justifican completamente este rechazo”. “La unión homosexual – concluyen - es un asunto privado y no social, no debe ser propuesto como un modelo de vida social si se aprobara legalmente, porque le falta las condiciones biológicas y antropológicas del matrimonio y la familia”. 

Estado de México resiste

La semana pasada, diputados de dos partidos políticos presentaron ante el Pleno de la Cámara de Diputados tres iniciativas de ley con el fin de aprobar los matrimonios igualitarios y la interrupción legal del embarazo, dos temas que mantienen polarizado al cuerpo legislativo del Estado de México, desde hace varios años. Actualmente, en 21 de las 32 entidades federativas de México, fue legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo.