Obispos de Puerto Rico: suplir energía eléctrica al país es un deber público
Ciudad del Vaticano
La ausencia de un servicio esencial como la energía menosprecia a los puertorriqueños, empobrece no solo la vida sino también el espíritu, la libertad y el ejercicio libre albedrío de cada ciudadano: lo escribe en una extensa nota la Conferencia Episcopal de Puerto Rico, en la que denuncia el colapso de los servicios de energía eléctrica en el país, causado por la crisis económica.
En el origen de todo está la pandemia de Covid 19 que en la isla ha causado hasta ahora 216 mil contagios y más de 3.100 muertes, con una campaña de vacunación que ha llegado al 70 por ciento de la población. Sobre la crisis actual pesan también las consecuencias de fenómenos naturales como el devastador huracán María del 2017 y la falta de una política orientada de parte de las autoridades.
La ausencia del servicio de energía – escriben los obispos - “impacta negativamente a todos en la seguridad, en la salud, en la educación, en la cultura, en el libre ejercicio de nuestras creencias religiosas, en la economía. Pocas responsabilidades públicas impactan tan directamente a los ciudadanos”. Asimismo, indican una serie de causas que han agudizado el problema eléctrico: “La falta de planificación, mantenimiento y desarrollo adecuado del sistema, la privatización en la que se sobrepone el interés privado al bien común y el bienestar general del pueblo”.
La Cep recuerda por tanto que “el deber de suplir energía eléctrica a nuestro país es un deber público. No importa el modelo organizacional que se utilice, es el Gobierno de Puerto Rico el que tiene la obligación de ofrecer a todos los puertorriqueños el nivel de calidad mínima en el servicio eléctrico que nos permita una vida plena”.
Necesarias soluciones concretas
Los prelados demandan “soluciones concretas”, porque “de poco sirve al país que los poderes públicos se enfrasquen en una controversia de carácter político, más dirigido a evitar la responsabilidad de cada uno que a obtener la solución para todos”. “La calidad de vida que provee un sistema eléctrico que sirve bien al país es una manifestación del respeto a la dignidad de cada ser humano. No es tolerable que ya pasado más de una quinta parte del Siglo XXI se pretenda que en Puerto Rico se viva de la forma en que se vivía hace más de ochenta años en cuanto al acceso a servicio eléctrico”, añaden.
Lea la nota completa de la CEP aquí.
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