Sínodo Amazónico. Padre Ferro: estamos viviendo un nuevo Espíritu en la Iglesia

Renato Martinez - Ciudad del Vaticano

“La acción de gracias a Dios por todo lo que hemos podido vivir, por el proceso que se ha seguido y el reconocimiento de que es una Iglesia que está muy viva, que se plantea permanente preguntas en relación a su a su misión y que transita por nuevos caminos como era el título del Sínodo de la Amazonia”, lo dijo el Padre Alfredo Ferro, S.J., Secretario General de la Conferencia Eclesial de la Amazonia (CEAMA), al trazar un balance de los dos primeros años de recepción e implementación eclesial del Sínodo especial para la Región Panamazónica.

La presencia de la Iglesia Amazónica en el Sínodo

Una de las primeras cosas que resaltó el sacerdote jesuita dialogando con nuestro colega, el Padre Manuel Cubías, fue la experiencia muy valiosa y muy rica, que ha realizado la Iglesia, no solo como Iglesia amazónica, sino como Iglesia universal y esto se ve en las Conclusiones y el Documento Final del Sínodo. Documentos que fueron complementados con la publicación de la Exhortación Apostólica Postsinodal ‘Querida Amazonia’. “Creo que ha sido un momento de Kairos, de tiempo especial, un tiempo del Espíritu también – señaló el Padre Ferro – creo que eso ha sido fundamental, el poder encontrarnos como Iglesia Amazónica y, sobre todo, porque se tuvo una presencia fundamental, cómo fue el de las mujeres, de los pueblos indígenas amazónicos, que mostraron la importancia de esa Iglesia que no solo sé queda restringida al clero, sino también a los laicos y laicas, esa presencia fue fundamental en el Sínodo”.

La recepción de la Exhortación ‘Querida Amazonia’

Otro aspecto que resaltó el Secretario General de la CEAMA fue la recepción de la Exhortación Apostólica Postsinodal ‘Querida Amazonia’. “Creo que ‘Querida Amazonia’ fue muy bien recibido al igual que los sueños, sobre todo, esos cuatros sueños que complementaban un poco el Documento Final. Se que algunas personas se quedaron un poco, no sé si frustradas – afirmó el Padre Ferro – pero si como que hubieran esperado mucho más del sueño eclesial, sobre todo, donde se podría haber abierto una puerta hacia todo el tema del viri probati, el diaconado de las mujeres, cosas que fueron muy debatidas. Después el Papa manifestó que había sentido que no había suficiente discernimiento sobre eso, pero tengo la impresión que si se hubiera podido dar un paso más allá”.

Incentivar el dinamismo eclesial post-pandemia

Asimismo, el Padre Alfredo Ferro señaló que, después del Sínodo desafortunadamente llegó la pandemia y eso disminuyó la intensidad y la dinámica del proceso sinodal que se estaba desarrollando en la Iglesia, por la dificultad de entrar en relación con las comunidades y esto creó un poco de desconcierto en algunos. “En este sentido, hubo que buscar formas concretas de poder incentivar el dinamismo eclesial. En este sentido, la REPAM vivió un momento de transición que creo que es importante, algunos cambios fueron positivos, pasando de la Amazonía a Manaos en concreto, o cambios en todo el equipo de la Secretaria Ejecutiva y eso yo diría que no fue traumático, sino que exigió un buen tiempo de acomodación y definición hacia la proyección misma”.

La CEAMA un compromiso hecho realidad

El Secretario General de la CEAMA también indicó que, fue significativo el hecho de contar con los documentos, pero también fue importante ir definiremos cuáles eran los compromisos fundamentales que habían surgido del Sínodo. “Por ello, uno de los compromisos – afirmó el Padre Ferro – fue la creación de la Conferencia Eclesial de la Amazonia, CEAMA, que, aunque en el Documento Final está como algo Episcopal, creo que se dio un paso muy importante para que fuera una Conferencia Eclesial y no solamente Episcopal”. Recientemente recibimos la noticia de la aprobación, o por lo menos el reconocimiento canónico por parte del Papa de la CEAMA. Creo que esto es un paso muy importante, es fundamental diríamos para el proceso porque de alguna manera la Conferencia Eclesial de la Amazonia tiene como uno de sus objetivos fundamentales el delinear un plan de pastoral de conjunto que, ya el documento de Aparecida lo recomendaba, y que quedó confirmado en el Documento Final del Sínodo.

Compromisos y núcleos temáticos

Por otro lado, a partir de esos compromisos se definieron algunos temas más significativos, temas que eran trascendentales y se definieron 21 temas básicos. Después de un proceso de la CEAMA, en relación y diálogo con la REPAM y la CLAR se fueron agrupando y quedaron 16 compromisos a asumir, a los que se han llamado núcleos temáticos. “En concreto la CEAMA asumió 11 temas que está empezando a desarrollar a partir de reuniones y encuentros que están teniendo los comités de impulso o las comisiones que van a llevar adelante, diríamos esas temáticas, en concreto para la CEAMA hay como tres grandes bloques, uno que tiene que ver con la educación, y todo el tema que tiene que ver con la Universidad amazónica. Por otro lado, tiene el tema cultural todo lo que significa la interculturalidad, la inculturación y lo que se refiere a los nuevos Ministerios donde seguramente habrá mucha novedad en este proceso. Por otro lado, creo que somos conscientes de las alianzas, de las concertaciones, de las articulaciones entre estas entidades, instituciones y en estrecha relación con las jurisdicciones eclesiásticas, Obispos y las Conferencias Episcopales.

La Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe

Finalmente, el Padre Alfredo Ferro señaló que, otro evento importante es la preparación y la realización de la próxima Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe. “Creo que vamos al unísono en este proyecto, en esta propuesta impulsada por el Papa Francisco de reconocer la importancia de la solidaridad como algo constitutivo de la Iglesia”. Algo que va en relación al Sínodo de los Obispos sobre la Sinodalidad y que exige un proceso desde lo local, desde lo continental y es de la Iglesia universal. Creo que esto es fundamental en la medida en que no solo se va a preparar todo este camino, sino que se va a tratar de infundir como ese nuevo espíritu que vivimos en la Iglesia, de reconocer la importancia de poder caminar juntos por nuevos caminos.