Asamblea Eclesial. Cardenal Ramazzini: la Iglesia responde a problemáticas concretas
Por Luis Miguel Modino - CELAM
El proceso de discernimiento va avanzando en la Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, poco a poco van surgiendo propuestas concretas, fruto de una reflexión en los pequeños grupos de discernimiento. Eso va apareciendo en las ruedas de prensa, que este miércoles contó con la presencia de María Inés Vieira, presidenta de los Religiosos brasileños, la joven dominicana Yamille Morillo, el jesuita colombiano Alfredo Ferro, secretario ejecutivo de la CEAMA, y el Cardenal Álvaro Ramazzini.
Estamos ante una oportunidad para retomar todo lo vivido por los jóvenes en los últimos y comenzar a realizar acciones concretas, afirmaba Yamille. Se trata de una Asamblea que es considerada por el padre Ferro como un Kairós, un tiempo de profunda conversión que exige caminar juntos, una Iglesia en salida, misionera, misericordiosa, pero sobre todo que escucha, particularmente aquellos que están en las periferias, una Iglesia ministerial, con una nueva ministerialidad, especialmente para las mujeres, sacerdotes casados y otros ministerios.
Se debe buscar, según el jesuita colombiano, una Iglesia comunidad de comunidades, una Iglesia que invierta la pirámide, como nos dice el Papa Francisco, que realice transformaciones en sus estructuras y asuma una lucha sin cuartel contra el clericalismo. Una Iglesia capaz de inculturarse y con una liturgia que sea reflejo de la vida, una liturgia sin pompa. Una Iglesia que se comprometa con el cuidado de la Casa Común.
Desde su realidad cotidiana, el cardenal Ramazzini habló de la problemática del narcotráfico, la guerra de los cárteles, su trabajo transfronterizo entre su Diócesis de Huehuetenango y la de San Cristobal de las Casas en México. Alguien que participó de la Conferencia de Santo Domingo, del Sínodo de América y de Aparecida, dice haber ido viendo el desarrollo de una Iglesia en América Latina y el Caribe que quiere estar muy atenta a los signos de los tiempos y que quiere dar respuestas a problemáticas muy concretas, ante una realidad que nos interpela.
Estamos ante una experiencia inédita, según el purpurado guatemalteco, que ve sus raíces en la presencia del Cardenal Bergoglio en Aparecida, donde fue coordinador del comité de redacción. Ahí comenzó a nacer, según el cardenal Ramazzini, esta idea de hacer una asamblea eclesial con una participación de todos los miembros del Pueblo de Dios, experiencia inédita, pero muy desafiante porque es una iniciativa nueva.
Dos de los grandes desafíos que viven los jóvenes es recrear el acompañamiento con la juventud, según Yamille Morillo, acompañar con dignidad a todos los jóvenes desde su realidad de orientación sexual, cultural, de sus creencias, que la Iglesia venga a caminar junto a nosotros, desde nuestras perspectivas. Es necesario “valorar nuestro compromiso, hemos hecho muchos encuentros en todos los niveles para que nuestras voces sean contempladas aquí, que sea reconocido nuestro protagonismo en todos los procesos de la Iglesia, también en esta Asamblea”, insistía la joven dominicana.
En América Latina, la juventud enfrenta problemas muy serios, según el obispo de Huehuetenango, problemas de las maras, que denota una crisis en la familia muy profunda y una vivencia institucionalizada, como consecuencia de los conflictos armados vividos. Con ello se ha creado un irrespeto a la vida. La juventud de las comunidades indígenas sufre ante la falta de oportunidades, una de las causas de la migración, que provoca desarraigo, un tema a ser analizado también pastoralmente. Lo mismo dice del relativismo ético, que provoca un estilo de vida con valores éticos dejados a un lado.
Según la hermana María Inés, el protagonismo de los jóvenes se considera una punta de lanza a tener en cuenta desde esta Asamblea. En Brasil, lo que el cardenal denuncia también está presente. "No podemos quedarnos sólo en la escucha, tiene que haber respuestas, lo que más esperamos de esta Asamblea Eclesial es que podamos unirnos en torno a respuestas concretas", insiste la religiosa brasileña. Junto a ello, la importancia de discernir, "estamos perdiendo la juventud, el protagonismo de las mujeres y los pobres”, insiste. De ahí la necesidad de pistas pastorales concretas, porque sin respuestas los procesos sinodales se vacían rápidamente. También llamó a superar la lacra del clericalismo.
En la víspera del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la presidenta de la vida religiosa en Brasil informó sobre el trabajo de la Pastoral Juvenil en este sentido y el compromiso de la vida religiosa en la lucha contra la violencia, especialmente teniendo en cuenta el crecimiento de los feminicidios en Brasil durante la pandemia. Una vida religiosa profética, con una opción preferencial por los pobres, que no discute la ordenación de las mujeres, sino la presencia femenina en los procesos de decisión. Afirmó que "la ordenación puede llevar a la mujer a encerrarse en la sacristía", mostrando su preocupación por la formación de los futuros sacerdotes. Según la religiosa, "las mujeres están más orientadas a la vida, el papel de la mujer en la Iglesia es estar presente donde la vida más clama”.
En ese mismo campo de la mujer, Yamille denunció la negación de la participación de la mujer en los puestos de liderazgo de la Iglesia. En las parroquias y comunidades el papel de la mujer es importante, son líderes, pero faltan espacios de liderazgo de la mujer en la Iglesia, “se nos niega”, insistió. Ese es un reto inminente que se está hablando en esta Asamblea Eclesial, que demanda acciones concretas para reconocer los puestos de liderazgo de la mujer en la Iglesia y necesidad de espacios seguros para las mujeres víctimas de la violencia. Por eso llamó a romper paradigmas, poder tener respuestas.
Hablando sobre los migrantes, el cardenal Ramazzini denunció a las mafias, pidiendo una mayor actuación de los gobiernos contra ellos, pues se juega mucho con el sufrimiento de la gente. El obispo de Huehuetenango denunció que “en nuestros países no se generan fuentes de trabajo o son muy mal pagados, la reestructuración de la economía es fundamental”, criticando la política migratoria del gobierno mexicano. También denunció la falta de compromiso de los organismos internacionales, que no demuestran dar respuestas a problemáticas muy concretas que se les plantean, que no toman en cuenta las necesidades reales de la gente.
El padre Ferro insistió en la necesidad de un compromiso de la Iglesia con la coyuntura que estamos viviendo, de tener en cuenta lo que pasa en los territorios, los gritos de los pobres, de los jóvenes, de las mujeres, mostrando la necesidad de respuestas pastorales concretas. Hablando sobre la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), muestra que desde la periferia surgen grandes intuiciones para la Iglesia. Su secretario ejecutivo relató algunos de los retos de la CEAMA, que quiere delinear un plan de pastoral de conjunto, enumerando algunas urgencias que enfrenta. Entre ellos impulsar el cuidado de la casa común y de los pueblos indígenas que sufren, como sucede actualmente con los yanomamis en Brasil.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí