Cristianos perseguidos, ACN ilumina de rojo catedrales y monumentos
Federico Piana - Ciudad del Vaticano
La "sangre" de los cristianos asesinados por su fe ilumina decenas de catedrales, iglesias, monumentos e instalaciones públicas en distintas partes del mundo. Esta es la luz roja que la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha decidido proyectar en las fachadas de estos edificios también este año -desde este 17 hasta el 24 de noviembre- para no olvidar a quienes son perseguidos por sus creencias religiosas. "El evento, que hemos llamado #RedWeek (Semana Roja), es la contribución que queremos hacer para tratar de concienciar sobre el sufrimiento de nuestros hermanos en la fe", dice Alessandro Monteduro, Director de ACN Italia. En esta edición, además, hay un objetivo adicional: mantener la atención sobre la violencia que sufren las mujeres pertenecientes a minorías. "Es una gran batalla que debemos librar todos juntos", explica Monteduro.
¿Se considera la libertad religiosa una libertad de segunda clase en el mundo?
Si otras libertades, como la de género o la sexual, se consideran de segunda clase, decimos que la libertad religiosa también debería serlo. Después de todo, la Declaración Universal de los Derechos Humanos proclama la libertad de conciencia, la libertad de pensamiento y la libertad de religión. Así pues, iluminemos con luz roja algunos lugares simbólicos, para hacer ver que la libertad religiosa debe ser considerada de primera clase.
¿Cuál es la situación actual de la violación de la libertad religiosa en el mundo?
Cinco mil doscientos millones de personas viven en países donde no se respeta la libertad de culto. Aquí, las minorías religiosas son objeto de burla, discriminación o incluso opresión y persecución. En particular, 416 millones de cristianos son perseguidos. Números de los que se informa muy poco.
¿Por qué no se denuncian a menudo?
En primer lugar, por miedo. Y luego porque la gente piensa que la denuncia puede alimentar el conflicto entre religiones, pero no es así. Cuando se denuncia la verdad no puede haber conflicto: se expresa, en cambio, la cercanía y la solidaridad con los que sufren la opresión.
¿La comunidad internacional esta realmente convencida de que la violación del derecho a la libertad religiosa es un problema urgente?
Hemos visto algunos pequeños y tímidos signos positivos. Por ejemplo, algunos gobiernos, como el de Gran Bretaña, Alemania, Holanda y Dinamarca, han nombrado un enviado especial para la libertad religiosa. Estados Unidos y el Reino Unido elaboran informes anuales que describen la situación de las minorías religiosas. Además, podemos citar algunos fondos que los gobiernos han dado a proyectos de solidaridad para los cristianos de la llanura de Nínive, en Irak.
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