Beato Alberione: “Una mirada sagaz, intrépida, realista del mundo que le tocó vivir”
Alina Tufani – Ciudad del Vaticano
En todas las partes del mundo, la Familia Paulina constituída por centenares de religiosos y laicos consagrados, distribuidos en más de 70 países, en los cinco continentes, conmemoran, hoy, 26 de noviembre, la fiesta litúrgica del beato Santiago Alberione. A 50 años de su muerte, inspirados por su carisma y un apostolado novedoso, donde los medios de comunicación social están al centro de la pastoral y del anuncio de la Buena Nueva del Evangelio, Vatican News, conversa con el p. Alberto Scalenghe, Superior regional Perú-Bolivia de la Sociedad de San Pablo (SSP). Un recorrido por la vida del beato, desde su intuitiva y profunda comprensión de la sociedad, hasta su valiente y creativo apostolado de la Palabra de Dios en los medios de comunicación.
El apóstol de las comunicaciones sociales
Nacido el 4 de abril de 1884, en San Lorenzo di Fossano, región del Piamonte italiano, Santiago entra al seminario diocesano de Alba, con 16 años. Ordenado sacerdote en 1907, es padre espiritual y profesor en seminario de Alba, pero también se dedica a la predicación, catequesis y conferencias en diversas parroquias de la diócesis. Su interés por el estudio de la sociedad civil y eclesial de su tiempo y convencido de los cambios por venir, Alberione comprende que el Señor le guía a una misión nueva: predicar el Evangelio a todos los pueblos, en el espíritu del apóstol Pablo, utilizando los medios modernos de comunicación. El 20 de agosto de 1914, en Alba dio inicio a la Sociedad San Pablo para la evangelización con los instrumentos de comunicación social, a la que siguieron las otras fundaciones que forman la Familia Paulina.
El Padre Alberione dio la vuelta al mundo visitando a sus correligionarios - hombres y mujeres, religiosos, consagrados y laicos-, viendo su obra crecer y estimulando la vida contemplativa y apostólica. Incansable escritor, dejó una gran herencia literaria, que va desde meditaciones y cuadernillos espirituales, hasta directrices para el apostolado, la doctrina y el camino de santidad. El 26 de noviembre de 1971, a la edad de 87 años, confortado por la visita y por la bendición del Papa Pablo VI, volvió a la Casa del Padre. Fue beatificado por el Papa Juan Pablo II, en Roma, el 27 de abril de 2003.
Hombre creativo y apasionado por el Evangelio
Padre Scalenghe, se cumplen 50 años de la muerte del beato Santiago Alberione, fundador de la Familia Paulina, gran evangelizador, conocido como el apóstol de los medios de comunicación. ¿Cuáles son los rasgos principales de su personalidad y de su misión en la Iglesia?
La persona del padre Alberione es una riqueza grande e inspiradora también para nosotros hoy. Yo resalto tres aspectos entre tantos otros que, sin duda, hay en la vida del Padre Alberione: Una persona atenta a la realidad de su época, atenta a lo que después el Vaticano II dirá sobre los signos de los tiempos. El padre Alberione tuvo una mirada sagaz, intrépida, realista de la sociedad y del mundo que le tocó vivir y no tuvo miedo en hacerse las preguntas necesarias para poder responder a las necesidades de los hombres y mujeres de su época. El inicio del siglo XX fue un inicio también convulsionado y de muchos cambios y Padre Alberione supo estar atento a esos cambios, supo descubrir también en ellos el germen del espíritu que actúa en la historia y supo dar una respuesta concreta. Un segundo rasgo, apasionado por el Evangelio y por hacer que el Evangelio llegué a todos y, por eso, el tercer rasgo, un hombre creativo. Creativo significa dejarse llevar por el espíritu para poder dar una respuesta al mundo que le ha tocado vivir a la luz de la Palabra de Dios que sigue siendo viva y eficaz.
Maravillado con las nuevas tecnologías
En la época en que el padre Alberione, sintió que debía evangelizar a través de los medios de comunicación existían apenas la imprenta, la fotografía y el cine mudo, luego vio nacer la radio y la televisión… ¿Cómo vería el beato Alberione, el avance de las comunicaciones hoy?
Sin lugar a dudas, que si padre Alberione, hoy, estaría llevando adelante su obra o comenzando su obra en este inicio del siglo XXI, estaría maravillado por los avances de la técnica y de la comunicación. Estaría maravillado de cómo hoy se puede, incluso mucho más concretamente que en su época, hacer llegar el anuncio del Evangelio a cada hogar o a cada ambiente donde las personas se mueven. Hoy caminamos, trabajamos y estamos conectados en todo momento a través de los aparatos, de los móviles, celulares, los computadores. Y esto es una magnífica oportunidad para que en esa conexión también la Palabra de Dios, el Evangelio, la fuerza de la misericordia y del amor del Señor, puedan tocar los corazones de tantas personas que, como decía padre Alberione al inicio del siglo XX, muchas de ellas no van a la iglesia, pero nosotros tenemos que hacer el mejor esfuerzo para que Jesús sí llegué a sus vidas, sí llegue a sus hogares, sí toque sus corazones. Alberione, sin duda, estaría muy entusiasmado y estaría realmente involucrado en este empeño de la iglesia por hacer que brille el Evangelio en el mundo de la comunicación.
Redes sociales: ¿Aislamiento o banalización?
¿Existe el peligro que la multiplicidad de medios de comunicación, internet, redes sociales, más bien banalicen y dispersen el mensaje evangélico o que la inmediatez haga de la misión un cúmulo de frases hechas sin significado?
Todas nuestras realidades tienen aspectos de luces y de sombras, también la comunicación actual. También la comunicación actual puede llevarnos o a banalizar el mensaje de Jesús, o también puede llevarnos a vivir, quizás, una experiencia desencarnada de nuestra fe, porque la fe se vive también junto a otros. También el aspecto de la comunidad, el aspecto del estar y del estar cara a cara. Estos son elementos fundamentales en nuestra fe y, sin duda, que el tipo de comunicación actual tiene el riesgo, especialmente para las nuevas generaciones, de aislarlas, de dejarlas en un nivel superficial, sin profundizar. Pero los riesgos no nos tienen que impedir avanzar, no nos tienen que asustar como Iglesia para seguir adelante.
Y en esto creo que hay dos claves: una es la pasión y el testimonio de vida personal. El primer medio de comunicación somos nosotros, nuestra persona, la persona de cada uno de los creyentes y, si la calidad de nuestro testimonio y de nuestra vida es buena, lo vamos también a traslucir en nuestro trabajo y en nuestro desempeño en el mundo de las comunicaciones. El testimonio de vida es fundamental. Y segundo, creo que hay un desafío muy grande para todos los agentes pastorales en el mundo de la comunicación: tenemos que estar al día, tenemos que conocer, tenemos que estudiar, tenemos que prepararnos, tenemos que estar actualizados.
Llegar a las periferias existenciales como pide Francisco
Como Sociedad de San Pablo y Familia Paulina, ¿cuál es el enfoque de la misión y del carisma, hoy?
Hoy para nosotros en la Sociedad de San Pablo y también en toda la familia Paulina sigue siendo inspirador el anhelo del beato Santiago Alberione: hablar de todo cristianamente, llegando a todas las realidades. Hoy, sumándonos a la invitación del Papa Francisco, llegando también allí donde no se llega tan simple y tan fácilmente como son las periferias existenciales, culturales, de pensamiento.
Ahí está el desafío de la misión Paulina hoy, y realizarlo también en el contexto de la comunicación actual, en este contexto que nos motiva a involucrarnos también con nuestros interlocutores, a saber escucharlos, a saber dar respuestas a sus preguntas y no solamente estar dando las respuestas que nosotros queremos dar. Yo creo que hoy el mundo de la comunicación actual, que es una cultura, nos invita a todos a sumergirnos con audacia, con entusiasmo, con pasión, con testimonio de vida, para que así podamos anunciar la alegría del Evangelio y que llegue a todos los corazones.
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