Elecciones Chile. Conferre llama a candidatos a “estar a la altura de la situación"
La Conferencia de Religiosas y Religiosas de Chile emitió una declaración, este jueves 11 de noviembre, de cara a las Elecciones Presidenciales que tendrán lugar en el país el próximo 21 de noviembre. En la misma se refieren al tiempo de crisis que se vive, que es motivo de incertidumbre en diversos ámbitos, como la falta de seguridad, la violencia y la inestabilidad de la vida social.
Porque “toda transformación y cambio de la realidad lleva en sí, la sensación de no tener el control de los sucesos que ocurren” señalan la necesidad y la urgencia de “permanecer en lo que es esencial”, a saber, en la “identidad de seres humanos creados para amar y convivir con Dios, con nosotros mismos, entre nosotros y con la Creación”.
Las religiosas y religiosos de Chile manifiestan su preocupación ante las próximas elecciones, y llaman a los candidados “a estar a la altura de la situación”: esto “requiere líderes que tengan el bien común como fundamento de su servicio a todas las personas sin distinción y el cuidado de la Casa Común”, escriben.
Estos líderes, además, según la Conferre, deben tener “disponibilidad para el encuentro y el diálogo, para establecer puentes que permitan el consenso por la paz y la convivencia fraterna, entre todos los que habitamos esta tierra, reconociendo nuestra diversidad cultural”. Y “brazos abiertos y sin fronteras para acoger, proteger, promover e integrar a los inmigrantes; alcanzar la justicia por medio de la equidad para una vida digna, que permita vivir en paz relaciones recíprocas”.
Que todos – subrayan los religiosos - tengamos acceso a una calidad de vida que cuide de la libertad y el respeto mutuo de todos los habitantes y cuide de la naturaleza reconociendo su valor, procurando una relación sustentable en lo económico, por medio de una legislación que cuide y proteja ante la explotación y exterminación de toda forma de vida y cultura.
Con la esperanza “en el Dios de la Vida”, concluyen su declaración con la convicción de que “el Evangelio trae la Buena Nueva de una forma de vida” que “liberará de la esclavitud de falsas idolatrías que construyen muros y crean divisiones”, trayendo “luz” a las mentes y corazones “para ver, valorar y cuidar de todos y todas, ya que somos todos hermanos”.
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