Pastores latinoamericanos reflexionan sobre la Jornada Mundial de los Pobres
Vatican News
Tres reflexiones sobre la Jornada Mundial de los Pobres que acabamos de vivir, ayer domingo, en la Iglesia de todo el mundo, es la que pedimos, desde Vatican News, a tres pastores latinoamericanos que, desde distintos puntos de vista, resaltan el mensaje que el Papa Francisco ha querido dar con esta celebración, que este año ha tenido como tema: «A los pobres los tienen siempre con ustedes»
Para el cardenal Baltazar Porras Cardozo, arzobispo de Mérida y Administrador Apostólico de Caracas, Venezuela, es una jornada que llama a la sensibilización por el bien social, no importa si son fieles o simplemente personas de buena voluntad. Por su parte, el arzobispo de Durango, en México, Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez afirma se trata de despojarnos del egoísmo e indiferencia, y de reconocer que los pobres no son ni ajenos, ni externos. Por último, Monseñor Pedro Wolcan, Obispo de Tacuarembó y presidente de la Pastoral Social – Cáritas de Uruguay, destaca que sólo asumiendo verdaderamente nuestra propia pobreza podremos reconocer al pobre como un hermano, como el prójimo.
Card. Porras: Un enfoque diferente de la pobreza
“El Papa Francisco toca nuevamente la fibra profunda del ser creyente y de la persona que, aunque no tenga una fe religiosa, tiene una sensibilidad por el bien social”. Lo afirma el cardenal Baltazar Porras, arzobispo de Mérida, en Venezuela, en su reflexión para Vatican News, sobre la Jornada Mundial de los Pobres. “A los pobres los tenemos siempre con nosotros, pero cómo los vemos, cómo los miramos, esa es la reflexión que el Papa nos pone", advierte el purpurado venezolano.
“No es sencillamente un momento para una limosna, una dádiva y sentirlo como algo externo, sino que nos toca muy de cerca, porque tenemos necesidad de un enfoque diferente de la pobreza, como personas, como instituciones como responsables en la comunidad”. Para el cardenal Porras, esto puede ser esa “clarinada” que hace que, para algunos, a veces, parezca molesto lo que el Papa nos presenta, pero no hay duda, afirma, que el crecimiento de la pobreza en el mundo no se debe a unas causas totalmente desconocidas, sino que es producto del egoísmo humano y de esa falta que tenemos los seres humanos de compartir esa riqueza para que los pobres, que también tienen su riqueza, nos la puedan dar.
Esa sensibilidad -explica el arzobispo de Mérida - que permite comprender las necesidades de los pobres, es un llamado a un cambio de mentalidad que es necesario ahora, también de nosotros como creyentes, hacia una nueva manera de evangelizar, para salir al encuentro de los pobres, no para que nos tenga dentro de nuestra casa esperando a que vengan a la iglesia, sino para ser una Iglesia en salida, una Iglesia sinodal, caminando juntos, y que se haga expresión. “Que esta Jornada Mundial de los Pobres, toque nuestro corazón y toque también el corazón de todos a través de una sensibilización mayor que debemos hacer todos”, concluye el también Administrador Apostólico de Caracas, Venezuela.
Monseñor Armendáriz: “Despojarnos de nuestro egoísmo”
El arzobispo de Durango, en su mensaje para Vatican News, recuerda que Jesús es el primer pobre, es Él y, por ello, podemos reconocerlo y encontrarlo en la vida de los pobres. “Desgraciadamente – afirma monseñor Faustino Armendáriz - con el paso del tiempo se puede ir adormilando nuestra conciencia, podemos acostumbrarnos a ver de lejos a los pobres, incluso, podemos llegar a verlos como ajenos o extraños a nuestras comunidades”. El Papa nos recuerda en su mensaje de este año que los pobres no son personas externas a la comunidad sino hermanos y hermanas con las cuales compartir del sufrimiento.
En su reflexión, el prelado mexicano lamenta el aumento del número de pobres en México y en el mundo entero, “de manera tremenda”, como consecuencia de esta pandemia, que ha causado estragos dolorosos en muchas familias, no solo por la pérdida de seres queridos, sino también por la falta de trabajo, por la violencia. Y agrega que “todo esto afecta más fuertemente a los más vulnerables, a los más pobres.
“Ante esta realidad, primeramente, debemos despojarnos de nuestro egoísmo, de nuestro estilo de vida individualista, de nuestra indiferencia, generar estructuras proyectos caminos en conjunto; podemos convertirnos en testigos de la caridad impulsando la pastoral de la caridad en nuestras parroquias como algo prioritario”. Por último, el arzobispo de Durango, invitó a ser una iglesia en salida, una iglesia cercana a la realidad del pueblo que camina: “Sinodalidad, esto solo se logra saliendo a la misión casa por casa, a la calle, solo así se conoce la realidad, no desde el escritorio, como dice el Papa Francisco, no podemos esperar a que los pobres llamen a nuestra puerta, es urgente que vayamos nosotros a encontrarlos en sus casas.
Mons. Wolcan: “También nosotros somos pobres”
“La Jornada Mundial de los Pobres, es el día de ellos, es el día en que los descubrimos por la conversión que del propio Evangelio nos viene y por la respuesta a la búsqueda de esa constante fidelidad que le debemos”, lo dice el Obispo de Tacuarembó, Pedro Wolcan a Vatican News. Los pobres, dice el obispo, son parte del mundo, somos con ellos y junto con ellos, parte de esta humanidad que va caminando entre luces y sombras con esperanza, con decepciones, con frustraciones y que en todos esos espacios y expresiones de la vida humana también hay pobreza.
Para el presidente de la Pastoral Social -Cáritas Uruguay, esta jornada sobre todo hay que dirigirse a aquellos hermanos nuestros, parte de nuestra familia, que viven en situaciones críticas, de emergencia, que viven situaciones que solo con la expresión y puesta en obra del mandamiento del Señor, de amar al prójimo como a sí mismo, podemos nosotros junto con ellos, buscar la forma de salir de nuestra pobreza que es la indiferencia ante el prójimo y, a su vez, ayudar a salir de esa pobreza material, a tantos hermanos nuestros que están sufriendo.
Por un lado, advierte mons. Wolcan, hay una humanidad que vive sobrada y, por otro lado, una humanidad que vive carenciada, sin darnos cuenta que la humanidad es una, que la componemos todos aquellos que vivimos en este tiempo, en este planeta, en los distintos lugares y, por eso debemos abrirnos a esa conversión de no separarnos, sino incluirlos todos, unos y otros, para a nadie le falte la conversión, el amor al prójimo como a sí mismo.
“Dice el Papa - y con sus palabras queremos concluir este mensaje- qué evangélico sería si pudiéramos decir con toda verdad, ‘también nosotros somos pobres’, porque solo así podremos reconocerlos verdaderamente, hacerlos parte de nuestra vida e instrumento de nuestra salvación”, concluyó monseñor Wolcan.
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