Los católicos de las islas griegas, un ejemplo de convivencia y tradición
Francesca Sabatinelli - Ciudad del Vaticano
La comunidad católica en Grecia es tan pequeña que si no viviera en fraternidad no podría sobrevivir. El padre Alexandros Perros, de la archidiócesis de Naxos, Andros, Tinos y Myconos, párroco de Komi y Perastra en la isla de Tinos, así como Director Nacional de las Obras Misionales Pontificias en Grecia, nos habla de la vida en las islas, en su caso las Cícladas. Aquí viven, explica, "las dos comunidades, la católica y la ortodoxa, ambas bien representadas", que viven a diario la fraternidad cristiana en el seno de sus familias, en virtud de los numerosos matrimonios mixtos que se celebran. El camino sinodal iniciado por el Papa, así como su viaje apostólico, son importantes para todos los católicos que se sienten parte de la Iglesia universal, añade, subrayando sin embargo la diferencia de vivir esta sinodalidad incluso dentro de la propia Iglesia.
El recuerdo de Juan Pablo II
El padre Alexandros Perros era un niño cuando Juan Pablo II visitó Grecia en mayo de 2001, pero sabe muy bien que para muchos de sus feligreses el recuerdo sigue vivo, imágenes de momentos de universalidad y fraternidad que muchos querrían revivir hoy, mientras que otros querrían hacerlo por primera vez, pero que el Covid no permite, porque los bloquea en las islas. El padre Perros también hace una importante distinción entre los católicos presentes en las islas, como Syros y Tinos o incluso Rodas, donde la mayoría son de rito latino, y los presentes en las grandes ciudades, como la capital, Atenas, o Tesalónica, donde hoy la comunidad católica está formada por inmigrantes, entre ellos polacos, albaneses y filipinos. "Digamos que la realidad en Grecia es muy diversa en base a las diócesis, están las diócesis más tradicionales de las islas, y aquellas un poco más nuevas del continente, donde hay otra realidad, quizá un poco menos tradicional, pero más universal. Sin embargo, hay una fraternidad entre todos estos católicos, hay que decirlo, todos colaboran bien y en las islas, por ejemplo, cuando hay personas entre nosotros que vienen de otro país, no tienen problemas de integración en nuestras celebraciones en griego".
El ejemplo de los fieles
En las islas, las familias son mixtas, formadas por ortodoxos y católicos, que no viven casi más las diferencias. Y es que, sonríe Perros mientras cuenta, "los fieles han comprendido que Dios es uno y que tenemos la misma Madonna, como decimos en griego". Por ello, las islas son un verdadero e importante ejemplo de convivencia, como lo demuestra el intercambio de delegaciones en las fiestas de ambas comunidades. "Los obispos y los sacerdotes viven esta fraternidad", concluye Perros, "pero les ayudan mucho los fieles y su ejemplo".
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