Comentario del Evangelio del IV Domingo de Adviento
La imagen de María que se pone al servicio de su prima Isabel es un signo de cómo el amor de Dios, acogido en nuestras vidas, se hace fecundo en medio del mundo. En este Adviento, el padre Felipe Herrera-Espaliat comenta que el amor no puede esperar, solo busca entregarse más y más.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 39-45
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
“¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
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19 diciembre 2021, 08:00