Argentina: Iglesia se alegra por el Venerable Cardenal Pironio

Sebastián Sansón Ferrari – Vatican News

El viernes 18 de febrero el Papa Francisco autorizó la promulgación, entre otros, del decreto que reconoce las virtudes heroicas del Cardenal argentino Eduardo Francisco Pironio, quien nació el 3 de diciembre de 1920 en Nueve de Julio (ciudad de la provincia de Buenos Aires) en el seno de una familia de emigrantes italianos y falleció en Roma el 5 de febrero de 1998.

La Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) emitió un comunicado en el que, en unión con el pueblo de Dios peregrino en el país sudamericano, expresan su alegría por este acontecimiento.

“Es un profundo gozo que una figura tan importante en la vida de la Iglesia, y que fue parte de este Episcopado, sea propuesto hoy como ejemplo de vida cristiana y sacerdotal y fuente de inspiración para nuestra caridad pastoral de obispos y sacerdotes, a través del reconocimiento que se ha manifestado de su vida y testimonio”, aseveraron.

La CEA renueva también su “fervorosa oración para que prontamente el querido Cardenal Pironio pueda ser Beatificado”, aseguró. “A los pies de la Virgen de Luján, confiamos este momento que nos llena de esperanza y que sin duda será para Gloria de Dios y su Pueblo”, concluyó.

Una huella indeleble en el CELAM

Un día después, el sábado 19, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) comunicó su sentimiento de gratitud al Papa Francisco durante la audiencia con la presidencia del organismo. A su vez, la entidad publicó un mensaje en el que destacan su “fecunda labor pastoral” en la Arquidiócesis de La Plata y en la CEA.

El episcopado latinoamericano consideró que Pironio dejó una huella indeleble en el CELAM, primero como Secretario General (1968 – 1972) y luego como Presidente (1972 – 1974). “Su aporte a la praxis pastoral y al Magisterio de la Iglesia latinoamericana y caribeña se hizo patente en las Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968), Puebla (1979) y Santo Domingo (1992)”, añadieron.

El texto resalta su liderazgo y activa participación en Medellín, que contribuyó a forjar las sendas de la opción preferencial por los pobres y de “la Iglesia en la actual transformación de América Latina a la luz del Concilio”, agregaron.

“En representación de la Iglesia de este continente, la Presidencia del Celam agradece al Papa Francisco el reconocimiento de las virtudes del Cardenal Pironio, cuya vida ejemplar y misión abnegada junto al Pueblo de Dios son un referente para nuestro ministerio pastoral”, subrayaron.

“Nos unimos en oración a la Iglesia peregrina en América Latina y el Caribe y, sobre todo, a la Iglesia de Argentina, para que el Venerable Cardenal Pironio sea beatificado en breve. Encomendamos esta intención bajo la intercesión de Nuestra Señora de Luján, por quien nuestro hermano siempre profesó una filial devoción”, finalizaron.

“Supo indicar horizontes y caminos de esperanza”

Mons. Jorge E. González, Obispo Auxiliar de La Plata, se sumó a las expresiones de alegría y reconoció que la Iglesia platense se siente orgullosa. Fue bendecida con su amistad, su ministerio pastoral, su paso por “el ya centenario Seminario Mayor San José, como joven seminarista”, remarcó en un comunicado que recoge el sitio web de la Arquidiócesis.

González recuerda el “inolvidable perfil de padre y pastor”, como Obispo Auxiliar de dicha circunscripción eclesiástica, que marcó la vida de sacerdotes, religiosos, comunidades parroquiales, familias e instituciones laicales.

“Muchos platenses estarán evocando tantos recuerdos… Las prédicas de Cuaresma y Adviento en la parroquia de Las Victorias, sus diálogos serenos y llenos de sabiduría con la vida consagrada, su cercanía cordial con los jóvenes de la Acción Católica, el abrazo fraterno a tantos sacerdotes que se sintieron especialmente sostenidos y escuchados, las comidas compartidas en la sencillez de muchas mesas, siempre colmadas del afecto y del cariño fraterno y familiar”, escribió.

El prelado reconoce que siempre le impactó la figura sacerdotal del Cardenal Pironio, que leyó y se nutrió de sus escritos, y cuenta que tuvo la gracia de conocerlo. “Hoy me toca servir en la misma pasión que Pironio tuvo en La Plata como Obispo Auxiliar, todos los días le pido a María, a quien tanto amó, que su vida inspire mi ministerio episcopal, la vida de un obispo que amó apasionadamente a la Iglesia y al mundo, y que con fidelidad a Dios supo indicar siempre horizontes y caminos de esperanza”, declaró.