Tierra Santa: Iglesias condenan violencia en funeral de periodista asesinada
Giancarlo La Vella - Ciudad del Vaticano
Todo ocurrió mientras el féretro de Shireen Abu Akleh era transportado desde el Hospital de San José a la Iglesia de la Catedral Griega Melquita. La denuncia de las Iglesias de Tierra Santa, en un documento conjunto, estigmatiza la actitud de la policía israelí, que irrumpió en el hospital, faltando el respeto - leemos - a la Iglesia, al instituto de salud, a la memoria del difunto y obligando a los portadores del féretro a casi dejarlo caer. La condena se suma a la ya expresada por el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, al conocerse la muerte de la reportera, que trabajaba para la cadena de televisión Al Jazeera y recibió un disparo en la cabeza durante una operación de las fuerzas de seguridad israelíes en la ciudad cisjordana de Yenín, que estaba cubriendo. Guterres pidió una investigación independiente para aclarar los hechos.
Una grave violación de los derechos humanos
La invasión y el uso desproporcionado de la fuerza -dicen los responsables, prelados y fieles cristianos- por parte de la policía israelí, que atacó a los presentes en el cortejo fúnebre, los golpeó con porras, utilizó granadas de humo, disparó balas de goma, atemorizando a los pacientes del hospital, es una grave violación de las normas y reglamentos internacionales, incluido el derecho humano fundamental a la libertad de religión, que debe respetarse también en un espacio público.
Seguir siendo un lugar de curación
El Hospital de San José siempre ha sido con orgullo -continúa- un lugar de encuentro y curación para todos, independientemente de su afiliación religiosa o cultural, y pretende seguir siéndolo. Lo ocurrido el pasado viernes hirió profundamente no sólo a la comunidad cristiana, a las Hermanas de San José de la Aparición, propietarias del hospital, y a todo el personal del mismo, sino también a todas las personas que han encontrado y encuentran paz y hospitalidad en ese lugar. Las religiosas y los empleados del Hospital mantendrán su compromiso para que el centro siga siendo un lugar de curación. El trágico episodio del pasado viernes", concluye el documento, "hace que este compromiso sea más fuerte que nunca.
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