Vitillo: Ucrania necesita ayuda, corredores humanitarios y diálogo
Francesca Sabatinelli y Thaddeus Jones - Ciudad del Vaticano
Entre el 27 de febrero y el 23 de abril, el Papa hizo nada menos que 33 llamamientos públicos para llamar la atención sobre la trágica situación en Ucrania y la necesidad de prestar asistencia humanitaria y atención espiritual a los afectados. Lo subrayó Monseñor Robert Vitillo, Secretario General de la Comisión Católica Internacional para las Migraciones (ICMC), al intervenir en Roma el pasado 29 de abril en la conferencia "Solidaridad y cooperación europea para los refugiados de la guerra de Ucrania", dedicada a lo que se ha definido como "la mayor migración europea desde la Segunda Guerra Mundial": los 8 millones de refugiados del conflicto, la mitad de ellos niños. Además de la solidaridad y la unidad, fue el mensaje que salió del Seminario, se necesita financiación para la acogida, pero también para la educación, el trabajo, la vivienda y la integración.
El trabajo de la Iglesia
A continuación, Vitillo informó sobre los esfuerzos de la Iglesia Católica, a todos los niveles, para responder a las necesidades de los desplazados internos, los vulnerables y los refugiados. "No sólo debemos centrarnos en la ayuda humanitaria inmediata", explicó el secretario general de la ICMC a Vatican News, "debemos continuar el diálogo y perseguir también la posibilidad de activar corredores humanitarios para las personas que siguen atrapadas en algunas ciudades para darles un lugar seguro, pero siempre con la esperanza de poder volver a casa".
Respuesta católica para Ucrania
A principios de marzo, las organizaciones humanitarias y pastorales católicas se reunieron para compartir los resultados y las acciones ya emprendidas durante los primeros días del conflicto. Esto llevó a la creación de un grupo de trabajo titulado "La respuesta católica para Ucrania". "Nuestra organización -continúa Vitillo- está coordinando un grupo de trabajo formado por Cáritas, el Servicio Jesuita para los Refugiados y la Soberana Orden de Malta, ciertamente no para tomar el lugar de uno u otro, sino para examinar las necesidades que no están cubiertas y luego planificar la respuesta. De este modo, se combinan los esfuerzos para aliviar el sufrimiento de las personas, tanto para satisfacer las necesidades básicas de vida -desde la vivienda hasta la atención médica, pasando por la educación-, como para ofrecer protección y acompañamiento con apoyo de salud mental, psicosocial y pastoral. El compromiso de responder a las necesidades actuales del pueblo ucraniano, garantiza el grupo de trabajo, no corre el riesgo de descuidar o disminuir las respuestas al sufrimiento humano causado por otros conflictos, guerras, persecuciones y violencia en todo el mundo, especialmente aquellos que han sido olvidados por los medios de comunicación, muchos gobiernos y la sociedad civil a nivel mundial.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí