Día de la Custodia de la Creación. Obispos Italianos: volvamos a gustar el pan

Amedeo Lomonaco - Ciudad del Vaticano

La 17ª Jornada Nacional de la Custodia de la Creación, que se celebrará el 1 de septiembre, se centra en el tema "Tomó el pan y dio gracias (Lc 22,19). El todo en el fragmento". El mensaje de los Obispos italianos también acompañará al Tiempo de la Creación (1 de septiembre - 4 de octubre de 2022), examina algunos aspectos fundamentales del pan. El texto fue preparado por la Comisión Episcopal para los Problemas Sociales y el Trabajo, Justicia y Paz y la Comisión Episcopal para el Ecumenismo y el Diálogo.

"Tomó el pan..."

Cada trozo de pan "viene de lejos" y es "un regalo de la tierra". Incluso hoy, "en la era de la mecanización, la gran distribución y la panificación industrial, el pan sigue siendo lo que siempre ha sido": "una ofrenda de la tierra, que se recibe con gratitud". "Cuando Jesús toma el pan en sus manos", se lee en el mensaje, "acoge la naturaleza misma, su fuerza regeneradora y vital; y, diciendo que el pan es 'su cuerpo', elige insertarse en los surcos de una tierra ya rota, herida y explotada.

"Dio gracias..."

En el texto, los Obispos recuerdan entonces que Jesús "después de tomar el pan en sus manos, pronuncia las palabras de bendición y da las gracias". "La gratitud es su actitud más distintiva, en la estela de la tradición pascual. Ser agradecido es, por tanto, la actitud fundamental de todo cristiano". "El que no es agradecido no sabe cuidar y se convierte en ladrón y asaltante, fomentando la lógica perversa del odio y la guerra". "Los que no son agradecidos", continúa el mensaje, "se vuelven voraces, se entregan al despilfarro, se enseñorean de lo que, al fin y al cabo, no es suyo, sino que simplemente se les ha ofrecido. Los que no son agradecidos pueden convertir una tierra rica en recursos, granero de pueblos, en un escenario de guerra, como tristemente seguimos viendo en estos meses. Una guerra que destruye la tierra y limita la distribución de alimentos".

"Lo partió..."

El mensaje pasa a examinar otro aspecto relacionado con el pan. "Tomar el pan, partirlo y compartirlo con gratitud nos ayuda a reconocer la dignidad de todas las cosas que se concentran en tan noble fragmento: la creación de Dios, el dinamismo de la naturaleza, el trabajo de tantas personas". "En particular, partir el pan el domingo, la Pascua de la semana, es para los cristianos una renovación y un ejercicio de gratitud, para aprender a celebrar la fiesta y volver a la vida cotidiana capaz de una mirada agradecida".

"Lo dio"

El pan también es compartir: "Comer con los demás significa entrenarse para compartir. En la mesa se comparte lo que hay. Cuando llega la bandeja, el primer comensal no puede tomar todo. No toma según su propia hambre, sino según el número de comensales, para que todos puedan comer". "Por eso, comer juntos significa entrenarnos para convertirnos en un regalo. Recibimos de la tierra para compartir, para estar atentos al otro, para vivir en la dinámica del don. Recibimos la vida para ser capaces de darla. La Eucaristía -concluye el mensaje- es Jesús mismo entregándose por completo a nosotros.