Monseñor Gualberti: El Espíritu Santo convierte el miedo en valor
Vatican News
Tal como se lee en la página de Información de la Comunidad de Bolivia, en su homilía de la misa celebrada el domingo de Pentecostés, su arzobispo, monseñor Sergio Gualberti se refirió con alegría a la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y la Virgen María, evento con el que se dio cumplimiento a la promesa que Jesús hizo a los apóstoles en la última Cena, culmen del misterio pascual contemplado durante cincuenta días.
Al comentar la lectura de los Hechos de los Apóstoles que describe esa escena con las imágenes del ruido, el viento y las lenguas de fuego, signos de la fuerza vivificante de Dios que transforma, el arzobispo dijo:
Evento extraordinario
Y añadió que el poder del mensaje del Espíritu Santo habla del “don profético del amor”, porque el lenguaje universal une culturas y naciones en un solo pueblo. Ante ese evento extraordinario, la gente “se llenó de asombro porque cada uno los oía hablar en su propia lengua”.
Razón de ser de la Iglesia misionera
Explicó asimismo la razón de ser de la Iglesia misionera, comunidad en salida, que es “anunciar la alegría del Evangelio y de la salvación”. La gente pasó del asombro a la aceptación de la Buena Noticia; creyeron en el Señor y adhirieron a la comunidad de los apóstoles y de los discípulos formando el núcleo inicial de la Iglesia: Y aquel día se les unieron unas tres mil personas”.
No somos cristianos si no anunciamos el Evangelio
El prelado afirmó que “no somos cristianos, ni somos la Iglesia de Jesucristo si no anunciamos el Evangelio, si somos comunidades encerradas en nuestras seguridades, si no damos testimonio de la fe, si no compartimos la alegría de haber encontrado el sentido verdadero y profundo de nuestra existencia en el Señor y si no trabajamos en bien de un mundo más justo y fraterno”.
Con santo Tomás de Aquino destacó que: “Todo lo bueno, lo verdadero y bello es obra del Espíritu Santo”, aunque nosotros no tengamos conciencia de su presencia.
Además, recordó en su amplia homilía que el Espíritu Santo “es fuente de sosiego, reconciliación, armonía, concordia y paz”. El Espíritu Santo “es el dulce huésped de nuestro corazón, la fuente del sosiego, la reconciliación, la armonía, la concordia y la paz”.
También aseguró a los fieles que “el Espíritu Santo nos da fortaleza para superar las adversidades, nos consuela en el dolor, el desamparo y la soledad”. Además, “nos vivifica y despierta en nosotros el deseo ardiente de que ponga su morada por siempre en lo más íntimo de nuestro ser”.
Siete dones del Espíritu Santo
Hacia el final de su homilía recordó que los dones del Espíritu Santo son siete: Sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.
Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
Mientras al recordar la clausura la Semana de la Oración por la Unidad de los Cristianos invitó a pedir al Espíritu Santo que nos ayude a cumplir el mandato de Jesús.
Y concluyó diciendo que la paz y la unidad son al mismo tiempo don del Espíritu Santo y fruto de nuestro esfuerzo. “Por eso es importante orar para que caminemos con humildad y perseverancia todos juntos hacia la comunión plena en Jesús, nuestro único Señor y Salvador, dando el testimonio de amor y concordia que nuestra sociedad y nuestro mundo tanto necesitan”.
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