Cardenal Scherer: "Don Claudio sembró las semillas del Evangelio y de vida nueva”
Vatican News
El cardenal Cláudio Hummes fue sepultado el miércoles por la mañana tras una misa presidida por el Nuncio Apostólico en Brasil, Giambattista Diquattro, en la Catedral de la Sé en São Paulo. Sus restos mortales descansan ahora en la cripta este templo, precisamente 7 metros por debajo del altar central.
La homilía fue pronunciada por don Odilo Pedro Scherer, Cardenal Arzobispo Metropolitano de São Paulo, quien comenzó comentando que la muerte no es el final para quien cree en las promesas del Evangelio, y para quien tuvo una vida ejemplar como “Don Claudio”, la Palabra de Jesús se vuelve aún más confortable.
"'Quien ve al Hijo y cree en él tiene vida eterna'. ¿Podría haber una palabra más reconfortante para nosotros que celebramos la despedida del estimado Cardenal Claudio Hummes? Él creía en ello. Dedicó toda su vida a proclamar que Jesús es el Hijo de Dios Salvador y a ayudar a otros a encontrarlo y creer en él", dijo.
"He combatido la buena batalla, he llegado a la meta, he conservado la fe" (2 Tim 4,7)
Al igual que Pablo, a la espera de la pena capital, como se narra en la Segunda Carta a Timoteo, y siguiendo el ejemplo del arzobispo Claudio Hummes, que luchó el buen combate, terminó su carrera y mantuvo la fe. El arzobispo Scherer plantea una pregunta: "¿Podría haber un mayor consuelo en la hora de la muerte y afirmar sin una falsa conciencia que 'he luchado el buen combate, he llegado al final de mi misión, he mantenido la fe'? Que podamos decirnos esto a nosotros mismos y ante Dios", afirmó, subrayando que "la muerte no siempre tiene una explicación racionalmente aceptable, pero la fe y la confianza en Dios nos dan un motivo de serenidad".
"Quería ser misionero en la Amazonia"
El Cardenal recordó las grandes gestas de Don Claudio que generaron nuevos aires en la Iglesia, especialmente en relación con la labor misionera y las cuestiones relativas a la "Querida Amazonia". En 2011 regresó a São Paulo, en su vejez, lleno de energía, mantuvo un sueño de su juventud: "Quería ser misionero en el Amazonas". Y la CNBB, sin saberlo, lo invitó a presidir la Comisión Episcopal Especial para la Amazonia. Se trataba de viajar mucho, no por turismo, sino de forma incómoda, visitando a los obispos, escuchando a la gente, evaluando la situación de los indígenas y de los pueblos ribereños y pensando en formas de dar un nuevo dinamismo misionero a la acción misionera de la Iglesia en la región. Y lo hizo con dedicación.
Misión en la Arquidiócesis de São Paulo
Scherer dijo también que había conocido a monseñor Claudio en São Paulo, donde era obispo auxiliar junto con otros seis hermanos en el episcopado, y que siempre le impresionó la libertad y la confianza con que los trataba: "A los seis obispos auxiliares se nos encomendaron inmensas tareas en esta Arquidiócesis y él nos reunía regularmente y nos daba las coordenadas pastorales y administrativas".
En consonancia con las resoluciones del Jubileo del año 2000, sus preocupaciones eran la evangelización renovada, la caridad organizada. "El Seminario de la Caridad estaba en marcha en la Archidiócesis. Don Claudio quería ver el compromiso social de todas las comunidades, también le preocupaba el creciente desempleo y la necesidad de extender la evangelización en su conjunto".
Por una Iglesia totalmente misionera. Entrando en aguas más profundas
Además, según el cardenal Scherer, cuando desde Roma el Papa insistió en el 'Duc in alto', es decir, ir a aguas más profundas, Don Claudio repitió en São Paulo que "hay que retomar la misión, porque la Iglesia es misionera por su propia naturaleza". Los obispos de la Región Sur 1, a partir de esta urgencia misionera, elaboraron las directrices de un plan de acción misionera permanente que anticipaba en muchos aspectos las directrices de la Conferencia de Aparecida que tendría lugar en 2007.
En 2006 el Papa Benedicto XVI le confió la misión de acompañar los asuntos del clero de toda la Iglesia. El obispo Claudio imprimió su nuevo cargo con el sello misionero, dando instrucciones para renovar la formación del clero de acuerdo con las necesidades y desafíos del nuevo milenio que acaba de comenzar. La dimensión misionera debe integrar la formación de todos los sacerdotes.
Un sueño hecho realidad: ser misionero en la Amazonia
El cardenal Scherer recordó que las reflexiones dieron lugar a la Red Eclesial por la Amazonia (REPAM) en 2014. Fue Relator del Sínodo para la Amazonia del que nació la Conferencia Eclesial para la Amazonia (CEAMA).
Fue en ese período, durante casi diez años como misionero, dice Scherer, que la Amazonia ganó la atención del mundo entero y la acción de la Iglesia recibió un nuevo e importante impulso.
El final y el principio de una nueva vida
Su edad avanza y su salud se resiente cada vez más. Dimitió en marzo de este año por el bien de su misión. Dos veces pidió y recibió la unción de los enfermos. Todas las mañanas rezaba y encontraba la fuerza para continuar. Decía: "Estamos en manos de Dios". Siempre tenía su rosario en las manos, hasta que triunfó. Sembró las semillas del Evangelio y de la nueva vida. Que broten y den fruto con el paso del tiempo.
(con Rosa M. Martins - REPAM Brasil)
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