Como San Lorenzo, testigos del Evangelio al servicio de los pobres
Amedeo Lomonaco – Ciudad del Vaticano
Desde los primeros siglos del cristianismo, se lo suele representar como un joven diácono vestido con la dalmática. Patrono de los diáconos, cocineros y bomberos, San Lorenzo ofrece un extraordinario testimonio de amor a Cristo, marcado por su solicitud por los pobres, su generoso servicio a la Iglesia de Roma y por su martirio: asiste al Papa en la celebración de los ritos, distribuye la Eucaristía y administra bienes y ofrendas para atender las necesidades de los pobres. Así lo recordó hoy el Papa Francisco durante la audiencia general, en su saludo a los peregrinos de lengua italiana:
Martirio y testimonio
En el año 258 d.C., el emperador Valeriano promulgó un edicto para diezmar la jerarquía de la Iglesia. El prelado de Cartago, Cipriano, escribió en una carta que el Papa Sixto II sufrió "el martirio con cuatro diáconos el 6 de agosto". Las fuentes históricas informan que Lorenzo, tras la muerte del Pontífice, se presentó ante el prefecto acompañado por una multitud de lisiados, enfermos y pobres. “Los tesoros de la Iglesia – dijo – son estos".
Sin embargo fue condenado a muerte. Según una antigua "pasión", recogida por San Ambrosio, su cuerpo fue "quemado en una parrilla". San León Magno, en una homilía, comentó el atroz martirio de la siguiente manera:
El suplicio de San Lorenzo inspiró diversas obras de arte, textos de piedad y refranes populares. La noche del 10 de agosto se asocia tradicionalmente al fenómeno de las estrellas fugaces. Se considera que evocan los carbones ardientes sobre los que el Santo fue martirizado.
Los lugares de San Lorenzo
Hay varios lugares en la ciudad de Roma relacionados con la vida y el martirio del diácono del Papa Sixto II. La iglesia de San Lorenzo in Fonte conserva los estrechos espacios de la celda del joven al que el Papa Sixto II había confiado el servicio de atención a los pobres. En las paredes de la única nave pequeña hay dos puertas: en el dintel de la izquierda, la inscripción indica la entrada al hipogeo donde el diácono, utilizando un manantial de agua bautizó, no sólo a su compañero de prisión, Lucilio, sino también a su carcelero, el centurión Hipólito. En el lugar del martirio se encuentra la iglesia de San Lorenzo en Panisperna. Mientras en la iglesia de San Lorenzo in Lucina se conserva el hierro utilizado, según la tradición, para el martirio del joven diácono.
Después de su muerte, su cuerpo fue depositado en una tumba en la Vía Tiburtina. En este lugar, hoy adyacente al monumental cementerio del Verano, Constantino mandó construir una basílica, restaurada en el siglo XX tras los daños causados por el bombardeo de Roma del 19 de julio de 1943. Se trata de la Basílica de San Lorenzo Extramuros, donde está enterrado su cuerpo, en la cripta de la confesión, junto con los santos Esteban y Justino. Los restos fueron descubiertos durante las obras de restauración realizadas durante el pontificado del Papa Pelagio II.
A pocos pasos de Campo de' Fiori, en la actual Plaza de la Cancillería, se encuentra la Basílica dedicada a San Lorenzo in Damaso. Fue erigida por el Papa Dámaso, quien, durante su pontificado, se ocupó de preservar la memoria de los mártires, es decir de aquellos que testimoniaron la verdad de Cristo con las palabras, las obras y la sangre. En la Ciudad del Vaticano, en el Museo de la Basílica de San Pedro, se conserva la cabeza de San Lorenzo. En el pasado, la reliquia era expuesta para la veneración de los fieles el 10 de agosto en la parroquia pontificia de Santa Ana en la Ciudad del Vaticano.
Un día especial en la Basílica de San Lorenzo Extramuros
El testimonio de San Lorenzo del que habló el Papa hoy es, según subrayó a Vatican News el padre Arturo Nevastri, párroco de la Basílica de San Lorenzo Extramuros, "para alimentar con la fe y con las obras de caridad”, por esta razón invitan constantemente “a ser más generosos imitando precisamente a San Lorenzo".
Al detenerse en la relación de la Basílica de San Lorenzo Extramuros con los hermanos menores capuchinos, el padre Nevastri recordó que hay que remontarse al 1855. En aquel año el Papa Pío IX encomendó la Basílica a los capuchinos. Y en este tiempo, en el ámbito de la caridad, se señalan muchas iniciativas: en particular, se creó un banco de alimentos por parte de jóvenes universitarios para ayudar a los pobres y apoyar a los comedores de Cáritas.
La Basílica de San Lorenzo Extramuros – añadió el padre Nevastri – vive la jornada especial del 10 de agosto con celebraciones litúrgicas. Por la mañana se celebró un momento solemne presidido por el ministro provincial de los hermanos capuchinos, el padre Matteo Siro. Durante estas celebraciones se distribuyen panecillos bendecidos. A las 19:30 está prevista una celebración solemne presidida por monseñor Daniele Salera. A este momento solemne le seguirá una procesión en el barrio romano de San Lorenzo. En esta fiesta – recuerda la agencia Sir – se inaugurará y bendecirá un nuevo icono de San Lorenzo. Se trata de una representación de la vida del santo que se articula en dieciséis tablas pictóricas.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí