Australia: La Iglesia y los indígenas juntos para una acción ecológica radical
Matthew Saganski
Estamos en Brisbane, capital del Estado de Queensland y la tercera ciudad más poblada de Australia, con unos 2,5 millones de habitantes. Aquí, entre la belleza de la naturaleza y las evidentes heridas al medio ambiente causadas por la negligencia humana, la explotación y las consecuencias del cambio climático, hay una Iglesia ferviente y activa, bien arraigada en el tejido social que desde hace tiempo está fuertemente comprometida en abrazar la visión de la ecología integral expresada por el Papa en su encíclica, hasta el punto de querer dar vida a un proyecto propio llamado Laudato si', compartido también en la Plataforma de Acción establecida por el Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral (https://laudatosiactionplatform.org).
"En los últimos años, la verdad expresada por el Papa en este texto se ha convertido en una dolorosa evidencia para todos nosotros. Los incendios forestales y las inundaciones han devastado el sureste de Queensland y otras partes del país. Ya no podemos quedarnos de brazos cruzados, nos enfrentamos a transformaciones y acontecimientos que impactan demasiado al Planeta. Creo que este proyecto nos ayudará a todos a cambiar la forma de ver el mundo que nos rodea y la forma en que nos comportamos, porque cada uno de nosotros tiene responsabilidades", dijo el Arzobispo de Brisbane, Monseñor Mark Coleridge, que fue entrevistado sobre esta importante iniciativa.
Acciones concretas y sinodalidad
El Proyecto Laudato si', de 7 años de duración, pretende alcanzar el mismo número de objetivos enumerados en la encíclica en tres etapas fundamentales: la investigación y el estudio de acciones específicas y dirigidas, la implicación de las personas y los grupos llamados a llevar a cabo la acción, y el desarrollo y la ejecución de la propia acción. Concretamente, en respuesta al clamor de la Tierra y de los pobres, la archidiócesis desarrollará un plan de transporte público para reducir el consumo de combustibles fósiles; fomentará el uso de vehículos respetuosos con el medio ambiente, de la bicicleta y de los desplazamientos a pie por parte de los empleados y de los católicos siempre que sea posible; y tratará de minimizar la contaminación por dióxido de carbono de los viajes en avión. El responsable de la aplicación práctica será el Foro Ejecutivo, que supervisará todos los trabajos y también velará por el cumplimiento de los plazos, cuya fecha límite, al menos para estos objetivos, está fijada en tres años, en 2025.
La reconciliación instrumento para la conversión ecológica
Pero hay más: este proyecto implica y debe implicar a toda la población, jóvenes y mayores, laicos y consagrados, ciudadanos e indígenas. De hecho, los expertos de las llamadas Primeras Naciones deberán reunir a los aborígenes, a los ancianos de las islas del Estrecho de Torres y también a los pueblos indígenas del sureste de Queensland para formar círculos de escucha y aprendizaje que ayuden a los católicos a comprender mejor la cultura y la espiritualidad de estos pueblos, su relación con la tierra, el impacto ecológico, social y cultural debido a la pérdida de tierras por la urbanización o el cultivo intensivo, y todas las acciones recomendadas por los pueblos de las Primeras Naciones para sanar la tierra y sus habitantes de tantas heridas y abusos.
Como invocó e hizo el Papa Francisco en su reciente viaje a Canadá, este proyecto se centra en la idea y la práctica de que, sin sanación, sin reconciliación, sin reconocimiento mutuo, sin conciencia del daño causado, no puede haber futuro ni siquiera para el Planeta. Los círculos funcionarán durante los 7 años de duración del Proyecto y los líderes serán consejeros de las Primeras Naciones y empleados de la archidiócesis apoyados por el Foro Ejecutivo.
Alcanzar los objetivos de la Laudato si'
"Los isleños del Estrecho de Torres y los pueblos del Pacífico piden que se tomen medidas urgentes para protegerlos de las consecuencias del cambio climático, incluida la amenaza perenne de que sus casas, jardines y cementerios se inunden y sean destruidos por la furia del agua". El arzobispo Coleridge añadió que las Primeras Naciones son los sujetos de muchas de las acciones asociadas al Proyecto, pero también serán valiosos socios en la implementación de esta acción ecológica radical, dada su sabiduría inmemorial, su conocimiento y su capacidad para cuidar la tierra, así como su amor por la misma. Otras medidas del proyecto, explicó el prelado, incluyen "la reducción de residuos, el reciclaje, la reutilización y la reparación siempre que sea posible, así como una evaluación de las inversiones de la archidiócesis para reducir la dependencia de las inversiones en combustibles fósiles". El actual Proyecto 2022-2023 abarca intervenciones a gran escala, pero cada año la Archidiócesis de Brisbane desarrollará y ajustará el plan para responder a los siete objetivos de Laudato si' y a las peticiones del Papa y así volver a disfrutar de las maravillas de la Creación.
Del grito de auxilio al canto de alabanza
Los objetivos de Laudato si' sustentan los proyectos y reflexiones que instituciones, comunidades, familias y personas comparten sobre la Plataforma de Acción Laudato si'. Este tejido diverso y global de ideas, inspiraciones y experiencias representa un punto de referencia indispensable para cualquiera que desee adoptar estilos de vida sostenibles basados en el concepto de ecología integral. Bajo la dirección de la Plataforma, el proyecto Laudato sì de la Archidiócesis de Brisbane, descrito por Monseñor Coleridge como "inclusivo, atractivo y a largo plazo", involucrará a los organismos eclesiásticos de la ciudad, las escuelas, las parroquias y las familias: en esta conexión total y en la "sinodalidad" radica su principal característica y distintivo. "No hacemos arreglos para las parroquias o las instituciones educativas o los católicos individuales, no les decimos lo que deben o no deben hacer", afirmó Peter Arndt, director de la Comisión Católica de Justicia y Paz de la Archidiócesis de Brisbane, "más bien proporcionamos recursos y oportunidades para hacer frente a los muchos desafíos que ya no podemos dejar pasar". En última instancia, en palabras de Monseñor Coleridge, la Archidiócesis de Brisbane espera que su Proyecto Laudato si' "allane el camino hacia un futuro en el que el grito de la Tierra y el grito de los pobres puedan transformarse en un gran canto de alabanza".
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