Buscar

Canale d'Agordo, beatificación de Juan Pablo I Canale d'Agordo, beatificación de Juan Pablo I  

El beato Albino Luciani, un ejemplo de humildad valiente y auténtica

En Canale d'Agordo, en la zona de Belluno, lugar de nacimiento del Papa Juan Pablo I, se celebró la misa de acción de gracias por la beatificación de Albino Luciani. La homilía del Patriarca de Venecia Moraglia se centró en la humildad capaz de tomar decisiones difíciles encarnada por Luciani

Marco Guerra - Ciudad del Vaticano

La humildad elegida como lema episcopal, las tres virtudes teologales que han guiado su pontificado y una fe arraigada en la cultura del trabajo y del sacrificio del pueblo veneciano. El Patriarca de Venecia Francesco Moraglia destaca estos tres aspectos del Papa Juan Pablo I, en su homilía durante la misa de acción de gracias por la beatificación de Albino Luciani, en Canale d'Agordo, lugar de nacimiento del Pontífice proclamado beato por el Papa Francisco el domingo 4 de septiembre en la Plaza de San Pedro.

Una vida dedicada a la fe, la esperanza y la caridad

"Hoy hemos venido a Canale, donde todo comenzó; sí, porque fue desde aquí que Albino Luciani, humilde y gran hijo de esta tierra, comenzó su camino de santidad", recordó el Patriarca de Venecia. A la humildad y a las virtudes teologales -la fe, la esperanza y la caridad- dedicó el Papa Luciani las cuatro catequesis de los miércoles que pudo pronunciar durante su breve pontificado. "Aquellas enseñanzas, aún vigentes hoy y por redescubrir, nos conducen con sencillez y concreción a los fundamentos de la vida cristiana.

La humildad de encomendarse al Señor

El Patriarca de Venecia se detiene en el significado de la humildad cultivada por Albino Luciani: "La humildad no es retroceder por falta de valor; la fortaleza, de hecho, es también una virtud cristiana. La humildad, pues, es no imponerse, no presumir, no ponerse por delante, y también ser capaz de admitir los propios límites, aceptar tareas incómodas y tomar decisiones difíciles que no serán comprendidas pero que son verdaderas y justas. La humildad es, pues, confiar en el Señor".

Un contexto pobre y trabajador

El anhelo de Luciani de un servicio desinteresado y carente de protagonismo se alimentó del humus antropológico en el que creció el pequeño Albino: "Aquí, en Canale, donde el Señor preparó y construyó la vida de quien estaba por llamar a tareas delicadas y arduas". "Luciani -recuerda el Patriarca de Venecia- nació en un contexto humilde, pobre, trabajador, honesto, marcado por el trabajo diario de la vida; un ambiente campesino, de montaña, sencillo y digno, pobre pero generoso, donde hay que "llegar a fin de mes con la cena", pero donde se dan las relaciones auténticas". También es fundamental la familia, donde "Albino aprende los valores fundamentales de la vida; de su padre aprende a cumplir sus compromisos, de su madre la fe y la vida cristiana".

Humildad valiente y auténtica

Por último, el Patriarca de Venecia señala otro elemento de la humildad de Juan Pablo I: el de no tener como criterio lo "políticamente correcto" que, hoy como ayer, obliga a catequistas, sacerdotes u obispos a autocensurarse para no decir palabras incómodas o abordar temas inoportunos, volviéndose así "afónicos" con respecto al Evangelio y terminando por proponerse a sí mismos y no a Jesús "camino, verdad y vida". "Esta y no otra es la valiente y auténtica humildad a la que se refería Luciani y que él mismo vivió antes de señalarla a los demás". Monseñor Moraglia concluyó su reflexión subrayando que las tres virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad están enraizadas en la vida del Papa Luciani, "en su brevísimo pero intenso magisterio como Obispo de Roma y Vicario de Cristo".

Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí

11 septiembre 2022, 16:55