Guerra en Ucrania. Shevchuk: Cifras aterradoras y miedo al desastre nuclear
Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, Jefe y Padre de la Iglesia greco-católica ucraniana, intervino en la tarde de ayer, en el encuentro online "Ágora del Mar Negro", organizado por el Foro Internacional de Acción Católica en el marco de la iniciativa de fraternidad e intercambio de experiencias en la que participan los jóvenes del Foro en los países de Europa del Este desde 2014, y cuyo último encuentro tuvo lugar en Ucrania, en Odessa, en 2019.
Retos y terrores de la guerra
Ante los participantes conectados, procedentes de 20 países - informa un comunicado del Secretariado del Arzobispo Mayor en Roma- monseñor Shevchuk habló de los retos y los terrores de una guerra que ya ha superado los 200 días, y que ya cuenta, entre desplazados internos y emigrados a causa del conflicto, con más de 18 millones de personas refugiadas, de las cuales 4,5 millones no tienen acceso al agua potable.
También existe el espectro de una catástrofe nuclear como consecuencia de la guerra en Ucrania, ya que las tropas rusas no sólo han apuntado a la central nuclear de Zaporizhia, sino que también han anunciado que otras centrales en suelo ucraniano son un objetivo, lo que podría provocar una catástrofe "mayor que Chernóbil".
Números tremendos, con los que Su Beatitud Sviatoslav describió el dramatismo de la situación, en un encuentro celebrado en vísperas de la fiesta de la Exaltación de la Cruz, día en el que los obispos de Europa se han reunido en adoración ante el Santísimo para pedir la paz en Ucrania.
El Arzobispo Mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana enfatizó que es difícil explicar con palabras lo que está viviendo y dijo que nunca podría haber imaginado que, al volver a la patria de su Iglesia, vería "gente torturada y fusilada en fosas comunes, ciudades y pueblos enteros destruidos, arrasados. Una tierra, que en la historia de Europa fue llamada la fuente de grano para Europa, es ahora una tierra que experimenta una "catástrofe humanitaria".
Millones de desplazados y refugiados
Monseñor Shevchuk señala que desde el 24 de febrero hasta el 7 de septiembre, más de 12 millones de personas cruzaron la frontera de Ucrania. Casi 10 millones de ellas entraron en países europeos, y más de 7 millones fueron registradas como refugiados, mientras que 4,5 millones fueron desplazados internos.
Y agrega que "según las estadísticas oficiales, más de 130 mil edificios han sido destruidos en Ucrania y 3,5 millones de personas no tienen un lugar al que volver, porque su hogar ya no existe. "Y cuando hablo de estas crueles estadísticas afirma el prelado - veo ante mis ojos a mujeres, niños, ancianos que no tienen dónde ir".
Niños al borde de la inanición
Más de 3 millones de niños permanecen en las zonas de los combates, que no han podido ser evacuados, y casi 2 millones de niños "corren el riesgo de vivir al borde de la inanición", sin embargo, señaló Su Beatitud, "nuestros agricultores dicen que en este año de guerra hemos tenido la mayor producción agrícola de los últimos 30 años". El Señor nos bendice, la tierra produce. Pero la locura humana produce hambre".
El arzobispo Sviatoslav señaló que las parroquias se han convertido en "centros de servicio social", acogiendo a más de 500 personas al día sólo en la catedral greco-católica de Kiev.
Miles los civiles asesinados
En cuanto a las bajas, se registran 5.000 y medio civiles muertos y unos 9.000 heridos. Pero, el prelado greco-católico señaló que "esta cifra no se corresponde con la realidad. En una sola ciudad, Mariupol, que ahora se conoce en todo el mundo, fueron asesinados más de 200 mil civiles, que ahora yacen en fosas comunes, o ni siquiera han tenido un entierro decente".
"Sin embargo, el pueblo ucraniano resiste, aunque las tropas armadas que siguen en Ucrania sean más numerosas", porque "el pueblo ucraniano dijo no a la esclavitud. Esta guerra contra nosotros es una típica guerra colonial, en el corazón de Europa", afirmó Su Beatitud.
La Cruz como un árbol de la vida
Sin embargo, el jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana subrayó que los ucranianos aún tienen esperanza, "porque somos creyentes".
"Creemos en Dios, nuestra fe cristiana es la fuente de nuestra esperanza. Porque si uno contempla hoy la tierra de Ucrania con los ojos, llora. Pero cuando levanta los ojos y contempla al Señor exaltado en la Cruz, se alegra. Porque es de esta Cruz de donde nos viene la fuente de la vida. Esta Cruz la levantamos en Ucrania como el árbol de la vida. Nuestra esperanza en todas las épocas de sufrimiento de nuestro pueblo en otros periodos históricos siempre procedió de la fe en la resurrección", concluyó
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí