42 años del Centro Astalli. María José Rey: Un signo de esperanza para los refugiados

Renato Martinez – Ciudad del Vaticano

“Trabajar con los refugiados ha sido y sigue siendo una bendición, no tanto un problema y no tanto son gente a la cual hay que resolver los problemas, sino una posibilidad de contacto con una humanidad de tantas partes del mundo, que sufre y que te permite descubrir los valores más esenciales que hay en la vida, trabajar con ellos es una bendición para la propia vida”, lo dijo Sor María José Rey, Misionera de Cristo Resucitado, explicando el trabajo y el servicio que brinda el “Centro Astalli”, la sede italiana del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS), en el marco de la celebración de su 42 aniversario de fundación, que se celebrará este 14 de noviembre, con una Santa Misa en la iglesia romana de Sant'Andrea al Quirinale.

La intuición de Padre Pedro Arrupe

La Misionera de Cristo Resucitado recordó que, la fundación del “Centro Astalli” se remonta a 1980, año en el cual, el entonces Superior General de la Compañía de Jesús, Padre Pedro Arrupe, profundamente impresionado por la tragedia de los miles de balseros vietnamitas que huían de su país devastado por la guerra, envió una Carta a toda la Compañía de Jesús instándolos a "aportar al menos un alivio a esta trágica situación", de los migrantes y refugiados.

“Padre Arrupe descubrió que, en realidad de una manera muy espontánea se estaba respondiendo a esta realidad en distintas situaciones, en distintos continentes. Justamente, después de este llamado a responder como Compañía de Jesús a las realidades de los migrantes más frágiles, desplazados, refugiados en otros países, nace el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS). En Italia, en 1981, nace el Centro Astalli, que es la sede italiana del Servicio de Jesuitas para los Refugiados y la misión específica de todo este servicio en los distintos países, por lo cual también en el Centro Astalli, es aquella de acompañar, servir y defender a los refugiados y a los desplazados”.

Centro Astalli un signo de esperanza

En estos 42 años de servicio, el Centro Astalli ha ido ampliado y diversificado los servicios ofrecidos, gracias al compromiso constante de unos 600 voluntarios y sus diferentes oficinas territoriales en toda Italia. Es por ello, afirma Sor María José que, el Centro Astalli responde a las necesidades de unos 17.000 migrantes forzosos en un año, 10.000 de los cuales sólo en la oficina de Roma.

“El hecho de que exista nuestra asociación desde hace 42 años da un signo de esperanza, y también una muestra de continuidad y una capacidad de flexibilidad para adaptarse a las distintas realidades de los refugiados. Obviamente, lo que sucedía en los años 80 no fue lo que después pasó en los años 90 y lo que está sucediendo ahora. Entonces, el Centro Astalli ha respondido en estos 42 años a las distintas situaciones de refugiados de distintos países, continentes, es un espacio donde viene gente de más de 60 países diferentes y que han pasado por distintas situaciones”.

Los proyectos y programas de acogida e integración

La religiosa argentina también explicó los diferentes proyectos y programas que el Centro Astalli está llevando adelante para poder acompañar a los refugiados y compartir sus experiencias, desde la acogida inicial (para los recién llegados a Italia) hasta las actividades de sensibilización y defensa.

“El Centro Astalli, en estos años ha elaborado diferentes respuestas según las necesidades que ha podido tocar con mano. Desde el Comedor – que durante el tiempo del Covid-19 se transformó en unas bolsitas para la gente, porque no se podía recibir a la gente sentada en nuestros espacios – a la asistencia legal, escuela de italiano, asistencia médica, psicológica, psiquiátrica, espacios específicos para víctimas de torturas, asistencia social, centros de acogida. En los últimos años también a nivel de servicios hacia los refugiados se ha empezado un proyecto que nació después de un llamado que hizo el Papa, hace ya casi 10 años atrás, de Congregaciones Religiosas que reciben a los refugiados en sus casas. Este proyecto se llama ‘Comunidades de hospitalidad’, de semi autonomía, un proyecto que ayuda específicamente a la integración”.

Los proyectos y programas de sensibilización y defensa

“Por otro lado – indicó Sor María José – muchos otros servicios del Centro Astalli tienen que ver con la sensibilización en la sociedad, porque la integración es por los dos lados. Por el que llega, de ver de qué manera poder integrarse en la sociedad, pero es la misma sociedad italiana que es importante que sepa quiénes son los refugiados, cuáles son las causas por las cuales escapan de sus propios países y que facilitan este proceso de integración. Por lo cual, han empezado hace más de 20 años proyectos en los colegios con los adolescentes, con los jóvenes, de sensibilización sobre la realidad de los refugiados. Otro proyecto es el del diálogo interreligioso para conocer también la fe de las distintas personas que llegan, incluso distintas culturas y distintas religiones”.

Sor María José Rey y Daniel García Hernández

La historia de Daniel, un venezolano en Italia

Daniel García Hernández, es un venezolano que llegó hace algunos años a Italia, huyendo de la difícil situación económica y social que estaba atravesando en su país. Con la ayuda de un familiar y el apoyo de la comunidad venezolana en Italia, Daniel pudo conocer el Centro Astalli.  

“Conocí el Centro Astalli a través de una trabajadora social que me dijo que había este Centro, que de repente si tocaba las puertas me podían ayudar. En ese momento me encontraba en la etapa de adaptación a una nueva realidad, había hecho un curso para el trabajo, tenía todos los documentos en reglas y nos faltaba ese empuje, esa esa conexión. Gracias a Dios puedo decir, me ha ido muy bien porque me han ayudado en una etapa de mi vida, la semi autonomía y ahora ya estamos autónomos”.

Sor María José explica que Daniel y su familia fueron acogidos por el Centro Astalli y fueron integrados en el proyecto de las Comunidades de hospitalidad, que es el proyecto de semi autonomía.

“Ellos fueron acogidos por una Congregación de Hermanas que pusieron a disposición una casa para poder recibir a toda la familia, por lo cual, ellos estuvieron ocho meses acogidos por esta Congregación y fueron justamente los meses en los cuales a través de otros compañeros nuestros de trabajo, que ayudaban a ellos en todo lo que es la integración en la sociedad, también para ayudarlos con los chicos en los colegios, con la búsqueda de trabajo y hacer el currículum. Fueron los meses que les permitieron de reforzar los instrumentos que eran necesarios para poder vivir autónomamente. Al fin del programa pudieron alquilar un departamento dónde, en este momento están viviendo, los chicos están en el colegio”.

Por otro lado, la Misionera argentina explica que, a Daniel lo hemos invitado a partir de un proyecto que se hacen en los colegios que se llama el Proyecto “Finestre”, en español sería “Ventanas”, que es para ayudar a sensibilizar, cómo abrir la mente, dónde junto a algunos educadores, algunos operadores del Centro, los refugiados son testigos de la realidad que atraviesan y tienen un rostro humano.

La celebración este 14 de noviembre

Finalmente, Sor María José explicó que, “este lunes 14 de noviembre, a las 17.00 horas, en la iglesia romana de Sant'Andrea al Quirinale vamos a celebrar la Eucaristía. En esa ocasión específica hemos decidido que este año lo queríamos celebrar junto a todas las Congregaciones Religiosas que han sido parte de este programa, incluso con todas las personas que han sido hospedadas, recibidas por las Congregaciones aquí en Roma. Hasta ahora unas 20 – 25 Congregaciones han respondido, y más de 450 personas que han sido recibidas por las Congregaciones en estos años. Así que esa va a ser nuestra principal celebración”.