Argentina: Obispos concluyen Asamblea Plenaria con súplica a la Virgen de Luján

Sebastián Sansón Ferrari – Vatican News

Del 7 al 11 de noviembre, en la localidad bonaerense de Pilar, la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) se reunió en 121ª Asamblea Plenaria. Los obispos se han dedicado a analizar distintos aspectos de los profundos cambios culturales que estamos viviendo, de los problemas de identidad, particularmente en los jóvenes. Lo comenta Monseñor Oscar Ojea, Obispo de San Isidro y Presidente del Episcopado, en declaraciones a Vatican News.

También abordaron los inconvenientes económicos, como la pobreza, la inflación y la creciente indigencia. Ojea puntualiza que, en este momento delicado para el país, se han preguntado cuál es el lugar de la Iglesia, en una perspectiva sinodal, para ubicarse desde el Evangelio.

Un encuentro fecundo, con la polifonía del Pueblo de Dios

La Plenaria ha concluido con la celebración de la Eucaristía en el Santuario de Nuestra Señora de Luján, presidida por el Cardenal Mario Poli este 11 de noviembre, en la fiesta de San Martín de Tours, patrono de la ciudad de Buenos Aires. Con este gesto, han renovado la comunión y la colegialidad episcopal, llevando a sus pies la acción de gracias por el encuentro. Han rezado en especial por la paz y la unidad en la Patria, pidiendo en particular a la Patrona de los argentinos por los sacerdotes y los jóvenes.

También han adherido, de este modo, a la peregrinación con la Virgen que los Hogares de Cristo están realizando por todo el país con motivo de los 15 años de la institución, "con grandes frutos y una presencia misionera y evangelizadora de aquellos que se recuperan de las adicciones", establece un comunicado. El lema que lleva a María a todas las regiones pastorales del país es #NiUnPibeMenosPorLaDroga.

La súplica confiada a la Virgen también es por la necesidad de lluvias en muchos lugares del país, ante la sequía, y por el cese de los incendios en la provincia de Jujuy.

Según Ojea, el intercambio pastoral ha sido fecundo. En efecto, con este acontecimiento se abrió la reunión, en el que los Sucesores de los Apóstoles de las distintas regiones compartieron las realidades de la evangelización y los retos que se presentan en este tiempo. Además, en el primer día, Ojea presidió la santa misa de inauguración de los trabajos y exhortó a “hacer lo propio de una Iglesia en salida”, es decir, “penetrar la nueva cultura con la frescura del Evangelio”. También afirmó que el pueblo de Dios necesita ser y sentirse escuchado.

Los obispos hablaron también de la Pastoral Juvenil y Pastoral Vocacional y de los abordajes dispuestos en virtud del sínodo 2021-2024 que actualmente se encuentra en su fase continental. Agradecieron a Dios la reciente canonización de Artémides Zatti y pidieron que el nuevo santo interceda por todos los enfermos.

Ojea destaca el rol del laicado en la Iglesia en general y en esta Asamblea en particular, pues el Episcopado convocó a expertos para aportar sus miradas sobre los asuntos en discusión. Estos fueron la Dra. Ruth Damasco, directora del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Tucumán; Agustín Salvia, sociólogo investigador jefe del Observatorio de la Deuda Social en el Departamento de Investigaciones Institucionales de la Universidad Católica Argentina, y el Dr. Enrique Del Percio, rector de la Universidad de San Isidro. Este equipo colaboró con los prelados en la reflexión sobre la realidad socio-cultural de la Argentina y los desafíos de la tarea del Pastor. A través de la reflexión y el trabajo en grupos, como apunta Ojea, ahondaron en el discernimiento común para crecer en el acompañamiento pastoral y renovaron la riqueza del compartir de un Episcopado numeroso y plural.

Ampliando su mirada sobre el laicado, Ojea resalta la “importancia extraordinaria” del ministerio del catequista. Por este motivo, cuenta que trabajaron sobre un ritual para conferirlo y se aprobaron los criterios normativos y el itinerario de formación para la institución de ministros laicos catequistas en la Argentina.

El papel de los jóvenes

El Episcopado se detuvo en los jóvenes, como explica Ojea: “Hemos profundizado en su vida, sus angustias, sus esperanzas, su modo de concebir el futuro”. Del mismo modo, han pensado en las vocaciones sacerdotales, reconociendo que son pocas, pero admitiendo que es de esta cultura juvenil que surgen, y, por tanto, reflexionaron sobre la realidad de los seminarios y aprobaron la nueva ratio, es decir, el documento que establece lo que la Iglesia espera de los seminarios del mundo, aprobado por la Santa Sede.

La carta al Papa Francisco

Como en cada Asamblea Plenaria, los Pastores han escrito una misiva a su compatriota, el Sucesor de Pedro, saludándolo y expresándole, con afecto, su cercanía fraterna en el pastoreo del Santo Pueblo Fiel de Dios.

En el texto, manifiestan su alegría por el reciente viaje apostólico del Papa a Baréin, en el que “has podido llegar a tantos hermanos y hermanas, para testimoniar el valor perenne de la paz y el lugar destacado de las religiones a fin de poner todo su empeño en alcanzarla para bien de los pueblos”. “Ello, añaden, también nos desafía a nosotros, como pastores y fieles, aquí en nuestra Patria, a buscar en el diálogo, esa herramienta imprescindible y siempre necesaria para fortalecer la cultura del encuentro”.

Los obispos valoran “esta significativa invitación a vivir sinodalmente los grandes desafíos de la hora presente, no solamente en un preciso acontecimiento eclesial sino como una dinámica permanente de escucha, de todo el pueblo de Dios, del Espíritu Santo, en un clima de estrecha comunión y participación para la misión”.

El Episcopado se encomienda a la oración del Pontífice, mientras le aseguran las suyas. “Queremos ser fieles a Dios y testimoniarlo con amor evangélico. Como te sucede tantas veces, dicen, no resulta fácil hacerlo en tiempos duros, donde todo es interpretado de modo sesgado y según miradas e intereses que nos son ajenos. Pero no podemos ni queremos dejar de hacer nuestro aporte como Iglesia, para construir juntos la Patria de hermanos que Dios ha querido que fuéramos”.

Con su abrazo fraterno, lo confían a Nuestra Madre de Luján, “que Ella cuide tus desvelos de buen pastor por toda la Iglesia y en su mirada, te acerque nuestros corazones de hermanos y compañeros de camino”, concluyen.