El valor del “Trabajo” y la dignidad de la “Persona” en Venezuela
Johan Pacheco – Vatican News
Una asociación sin fines de lucro en Venezuela ofrece oportunidades de formación y emprendimiento a la persona que en medio de la crisis tiene dificultades para acceder a educación, trabajo y servicios básicos.
“Estoy dedicando mi vida a esta tarea, cuya misión es promover el valor del trabajo y, a través de éste, la dignidad de la persona”, dice a Radio Vaticana – Vatican News, Alejandro Marius, fundador de la Asociación Civil Trabajo y Persona que con el respaldo del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral realizan programas de formación en Venezuela para el bien común.
¿Cómo estos proyectos de programas ayudan a las personas de una nación en crisis?
Explica Marius que es una forma indirecta de atender a los niños que tienen el riesgo de la desnutrición, pero sin caer en la trampa del asistencialismo. “El Dicasterio nos dio el apoyo, en cinco diócesis en Venezuela donde estamos trabajando. Es un proyecto piloto con las madres y mujeres de las comunidades dónde están estos comedores, capacitarlas en gastronomía para que aprendan a cocinar con lo que hay, que sea nutritivo, sabroso y que luego también puedan emprender para que generen ingresos, mejoren su calidad de vida y entonces la alimentación de sus niños”.
¿Hay alguna historia en particular de las mujeres o niños que forman parte de este proyecto que nos pueda compartir, superado la crisis y las dificultades gracias a este Proyecto 360?
Hay un ejemplo que es muy impactante que siempre lo llevo en el corazón y es el de una mujer que escapó de una de una zona muy conflictiva en una región del país, porque su hija tenía el riesgo de entrar en la trata de mujeres. Una realidad muy límite. Luego se escapó y llegó a una de las localidades donde estamos trabajando, construyó su vivienda de manera muy improvisada, se le quemó y entonces fue a buscar esa mano amiga en Cáritas. Como su nombre lo indica fue a buscar esa caridad que siempre la Iglesia está dispuesta a dar, y la apoyaron desde distintos aspectos, pero también le ofrecieron la posibilidad de hacer el curso con Trabajo y Persona. Una mujer que no tenía nada, que llego sin tener nada, ahora está apoyando al comedor de Cáritas y está empezando a emprender. Es una belleza ver cómo después de haber sufrido tanto, se puede parar frente a un auditorio y mostrar un platillo gourmet con una gran dignidad. Como ella misma ha dicho: el trabajar, con la mano amiga de Cáritas y el hacer el curso con Trabajo y Persona le ha cambiado la vida. Y así a cientos de mujeres venezolanas a través de la gastronomía, como un instrumento, en el fondo se le ofrece una oportunidad para que expresen su dignidad y lo que tienen en el fondo de su corazón a través del trabajo, y eso, además, le permita generar ingresos para mantener a su familia.
Cuidadores de Adultos Mayores
Otro de los más recientes programas de Trabajo y Persona es la formación de “Cuidadores de Adultos Mayores”, señala Alejandro Marius que es el primer curso universitario de este estilo destinado a atender a los ancianos de manera integral con “una visión humanista, es decir, permite que una persona con vocación muy bien seleccionada puede hacer de todo un poco para poder atender de manera integral a un adulto mayor”.
¿Quiénes forman la Asociación Civil Trabajo y Persona?
Yo soy el fundador de la Asociación Trabajo y Persona, y me considero muy normal, es decir, un ingeniero, una persona de fe, que renunció a una carrera profesional porque mi vocación, mi llamado, ha sido este. Pero eso no sería posible sin un grupo de amigos que forman la Junta Directiva, y un magnífico equipo de 32 colaboradores comprometidos de manera estable en 6 regiones de nuestro país; todos son personas de distintas proveniencias y han estudiado diversas carreras, pero un punto en común que compartimos es el valor que tiene la persona y cómo el trabajo es la posibilidad privilegiada para que pueda desarrollarse y a partir de ahí, como comentaba antes, hemos colaborado con muchísimas instituciones.
Considera Alejandro Marius, que una de sus mayores satisfacciones que ha conseguido en este trabajo es ser “un instrumento de Dios para cambiarle la vida a otras personas y que ellas te lo agradezcan, pero aunque esté bien agradecer esa partecita que uno puso, el agradecimiento al final es a Dios porque Él es el que permite que estas cosas puedan suceder y poco a poco cambiar el mundo”.
Actualmente, continúan realizando diversos programas de educación en el país, en compañía de algunas diócesis e instituciones religiosas, el sector privado y universidades.
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