Entrevista al nuevo catequista y nuevo lector de la Diócesis de Lolo
Vatican News
El pasado domingo 22 de enero, durante la celebración del Domingo de la Palabra de Dios, el Papa Francisco confirió el ministerio de Catequista a siete laicos y el de Lector a tres. Son hombres y mujeres de Italia, México, Filipinas, Gales y Congo. Concretamente de la diócesis de Lolo, en la República Democrática del Congo, el Papa confirió el ministerio de Catequista a André Atoko, de 46 años y de Lector a Romain Wolombì, de 60 años.
Para André Atoko, ser conferido por el Santo Padre como Catequista ha sido “una gran alegría por el realce del ministerio de los laicos en la Iglesia universal. Fue una gran emoción ser instituido catequista por Su Santidad el Papa Francisco en persona”. Además, explica que fue la primera vez para su querida diócesis de Lolo y sintió que representaba a toda África. “Me di cuenta de que el ministerio de catequista es un don de la fe y una gran responsabilidad. La cruz recibida del Papa se convierte en el instrumento para la Iglesia saliente. Una Iglesia siempre misionera". También Romain Wolombi explica que ha significado esta nueva misión que le ha conferido el Papa: "El sentimiento que tuve fue, en primer lugar, un sentimiento de alegría por el aprecio de mi ministerio. He recibido un don de manos de Su Santidad, y soy testigo de la gracia del Señor Jesús, nuestro Salvador. Vuelvo a casa como misionero del Evangelio".
Para André Atoko, ser catequista significa "una llamada a servir al Señor como laico continuando la misión de Cristo en el mundo. Una vía de santificación y un camino de salvación”. De hecho – explica para el Dicasterio para la Evangelización que sintió el mayor impulso de ponerse al servicio de su comunidad en 2006, cuando era miembro del coro parroquial. Mientras que para Romain Wolombi, ser Lector simboliza “anunciar y dar a conocer a Jesús a través de su Palabra. Proclamar la Palabra lleva a conocer a Cristo. Ignorar la Palabra significa ignorar a Jesús. Cada lector tiene la misión de hacer resonar la Palabra en su comunidad. No es fácil decir el momento preciso en que sentí esta vocación, porque fue un camino de madurez que pasó por varias experiencias. Primero en el contexto de mi familia, luego en mis años de internado, y finalmente en el grupo de 'Bilenge ya mwinda', que significa 'Juventud de la Luz'" asegura.
El Centro de Formación Catequética, Pastoral y Ecológica 'Mobokoli'
El Centro de Formación Catequética, Pastoral y Ecológica 'Mobokoli' situado en la Diócesis de Lolo, cuenta con 10 casas para alojar a los estudiantes, la casa del director y una escuela dividida en tres aulas, dos para mujeres y una para hombres. André Atoko explica que significa la palabra "Mobokoli": “significa educar como Jesús, el Buen Maestro". La experiencia que tuve en Mobokoli fue preciosa, es un centro de formación que acoge a catequistas con sus familias. Los catequistas se forman para enseñar la doctrina católica y la palabra de Dios en sus comunidades, y las familias de los catequistas se convierten en un modelo para todas las familias de las distintas diócesis”. “Mobokoli – continúa – además de formar a las parejas en agricultura y sastrería, también enseña el cuidado de la creación, para que los catequistas lleven las habilidades que aprenden de vuelta a las comunidades donde sirven".
¿Qué papel desempeña el catequista y el lector en su comunidad?
"El catequista debe educar, profundizar y transmitir los valores de la fe católica a su comunidad dando buen testimonio” dice André Atoko y añade: “El catequista tiene la misión de predicar el Evangelio no sólo con palabras, sino también con obras. En nuestras comunidades acompañamos a los fieles en el camino del desarrollo integral de la persona".
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