Las Iglesias de Ucrania: no habrá paz sin verdad y justicia
Michele Raviart - Ciudad del Vaticano
"Los líderes religiosos debemos educar para la paz, pero no hay paz sin verdad y justicia. Debemos curar muchas heridas y muchos corazones, porque es más fácil reconciliar ideas abstractas que corazones traspasados". Así lo ha declarado Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kyiv y jefe de la Iglesia greco-católica ucraniana en representación del Consejo Panucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas, que finalizó ayer su visita de tres días al Vaticano, donde se reunió también con el Papa Francisco.
Una situación que empeora
"Hemos venido como espejo de la sociedad ucraniana, somos un país multiétnico y multirreligioso", reiteró Shevchuk en la rueda de prensa de clausura de la visita, que tuvo lugar en la Sala Marconi del Palacio Pío, sede de Radio Vaticano - Vatican News. "No sabemos cuándo acabará la guerra, pero la situación está empeorando", explicó. "Sólo hoy, más de veinte misiles rusos han impactado en Kyiv. Las infraestructuras están destruidas y vivimos en la oscuridad".
Una defensa proporcionada
"La guerra es siempre una derrota de la humanidad es siempre un horror", subrayó el arzobispo mayor de Kyiv, "pero nos vemos obligados a la legítima defensa, que en cualquier caso debe ser proporcionada. Como experto no militar, no sé si el envío de tanques a Ucrania es proporcional, afirma Shevchuk, quien, no obstante, se pregunta cómo se puede detener a los tanques rusos sin recurrir a las armas. Para una paz justa, reiteró lo que también dijo al Secretario de Estado, Pietro Parolin, es decir, la retirada de Rusia de las fronteras internacionalmente reconocidas y la reconstrucción de lo destruido.
La cercanía del Papa al pueblo ucraniano
Sobre la posibilidad de una visita del Papa a la capital ucraniana, se reiteró cómo Francisco sigue la evolución de la guerra y busca el momento oportuno para acudir. El pueblo ucraniano, explicó monseñor Mieczyslaw Mokrzycki, arzobispo de Lviv, aprecia mucho todo lo que el Papa y la Santa Sede hacen por Ucrania, especialmente después del 8 de diciembre del año pasado, cuando el Pontífice se emocionó al rezar ante la imagen de la Inmaculada Concepción en la Plaza de España. Un gesto que también ayudó a superar algunos malentendidos del pasado.
El encuentro con los niños ucranianos
Por la mañana, los representantes del Consejo Panucraniano de Iglesias, entre los que se encontraban también Marcos, obispo de la diócesis ucraniana de la Iglesia Apostólica Armenia, y Valery Anoniuk, responsable de las Iglesias de los Cristianos Evangélicos Bautistas, visitaron la sala del hospital infantil Bambino Gesù, donde desde el comienzo de la guerra se atiende a niños ucranianos víctimas del conflicto o ya enfermos que no pueden recibir los cuidados adecuados.
La acogida del hospital
Hay 1.938 niños atendidos en el Bambino Gesù, incluidos los no hospitalizados, sin contar a los socorridos directamente en la frontera ucraniana. "No sólo han abierto el hospital, sino también su corazón. No solo han salvado la vida de niños, sino también de familias", agradeció el arzobispo de Lviv. "Su dolor y sus heridas son un testimonio que interpela al mundo", subrayó Shevchuk. "Estamos unidos en la misión del amor", recordó la presidenta del Niño Jesús, Mariella Enoc: "Los niños son víctimas, pero también protagonistas del conflicto y tienen derecho a decir que no quieren la guerra".
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