Líbano, dio inicio la Asamblea Sinodal de las Iglesias Católicas de Oriente Medio
Antonella Palermo y Jean-Pierre Yammine - Bethania-Harissa (Líbano)
Tras una oración por las víctimas del terremoto que sacudió Siria y Turquía, el padre Khalid Alwan, secretario general del Consejo de Patriarcas Católicos de Oriente y coordinador general de la Asamblea sinodal, inauguró los trabajos de la Asamblea Continental para Oriente Medio en Líbano, en el hotel Bethania-Harissa, recordando lo que denominó la hoja de ruta sinodal: la carta de 1992 en la que los Patriarcas católicos de Oriente hablaban de la presencia cristiana en Oriente, como testimonio y mensaje, encarnados en la herencia árabe, al servicio del hombre sin distinción ni discriminación.
Lo que une: las libertades conculcadas y el deseo de luchar contra los males sociales
Una presencia, la cristiana, basada en el espíritu ecuménico y el diálogo interreligioso para una cooperación común. Estos días se reúnen siete Iglesias católicas: coptos, siriacos, maronitas, melquitas, caldeos, armenios y latinos, venidos de Tierra Santa, Jordania, Líbano, Siria, Egipto, Irak y Armenia, para escuchar "lo que el Espíritu dice a las Iglesias" y rezar y reflexionar juntos sobre las preocupaciones comunes y compartir las aspiraciones futuras con una esperanza que no defrauda. "Nos unen muchas cosas, nos unen las condiciones de nuestros países, donde todos carecemos a menudo de libertad de creencia, de libertad de expresión, de libertad para las mujeres y los niños. Todos intentamos -se dijo-, según nuestras energías, luchar contra la corrupción en la política y la economía. Todos buscamos practicar la transparencia en nuestras instituciones religiosas y sociales, y deseamos practicar una ciudadanía responsable y luchar contra la pobreza y la ignorancia. Todos sufrimos la emigración de nuestros hijos, cuyos horizontes de una vida digna se han estrechado. Sin embargo, a nosotros, hijos de la Iglesia, no sólo nos unen las preocupaciones y las dificultades de la vida, sino también un mismo bautismo, una misma fe, un mismo amor y una misma esperanza".
En Oriente, "o somos cristianos juntos o no lo somos"
El Padre Alwan destacó la diversidad de las expresiones litúrgicas de las Iglesias de Oriente, pero también la originalidad de su espiritualidad y de sus horizontes teológicos, la fuerza de su testimonio a lo largo de los siglos, y a menudo hasta el martirio. Habló de la diversidad en la Iglesia como un elemento que siempre ha sido fuente de enriquecimiento a nivel universal. "Desgraciadamente -explicó-, se ha convertido en división a causa de los pecados de los hombres y de su alejamiento del Espíritu de Cristo. Sin embargo, lo que nos une es más importante que lo que nos separa, y no nos impide reunirnos y colaborar. Uno es la llamada, otro el testimonio, otro el destino". Por lo tanto -continuó el Padre Khalid-, estamos llamados a trabajar juntos, de diversas maneras y medios, para consolidar las raíces de los creyentes que se nos han confiado, en un espíritu de fraternidad y amor, en los diversos campos a los que nos impulsa el bien común de todos los cristianos. En Oriente, o somos cristianos juntos o no lo somos, subrayó, señalando que si las relaciones entre las Iglesias de Oriente no siempre han sido buenas por muchas razones, internas y externas, ha llegado el momento de "purificar la memoria cristiana de los depósitos negativos del pasado".
La sinodalidad tiene aquí una larga tradición
El cardenal Jean-Claude Hollerich, coordinador de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, se declaró honrado de estar presente en Oriente Próximo, donde "la sinodalidad tiene una larga tradición". Es mi deseo experimentarlo y aprender de vosotros, añadió, subrayando también que "caminar juntos" es un concepto fácil de expresar con palabras, pero no de poner en práctica. El cardenal Mario Grech, Secretario General del Sínodo de los Obispos, reiteró, como ya había hecho en la Asamblea Europea de Praga, que la práctica del Sínodo nunca enfrenta a los obispos y al pueblo de Dios, sino que los mantiene en una relación constante, que permite a ambos cumplir su función. "La Iglesia sinodal es una Iglesia de la escucha", dijo, señalando que esto no puede ni debe reducirse a una frase retórica. "Estoy seguro -dijo- de que por este camino será posible avanzar también en el diálogo ecuménico.
Ser Iglesia sinodal es escuchar al Espíritu
El siguiente orador fue el cardenal Mar Bechara Boutros Al-Rahi, quien recordó el texto rector de los trabajos hasta la fecha, el Documento de la fase continental, que es el resultado de la primera fase consultiva a nivel local. El Patriarca maronita señaló a continuación los dos temas fundamentales del viaje sinodal: ¿cómo se realiza hoy, local y globalmente, este "caminar juntos" que permite a la Iglesia anunciar el Evangelio según el mensaje que se le ha dado? Y luego, ¿qué otros pasos nos urge a dar el Espíritu Santo para crecer como Iglesia sinodal? No se trata de una cuestión puramente académica, sino de inspirarse en la oración, y escucharse unos a otros, para definir las prioridades que se estudiarán en la próxima Asamblea General.
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