Sor Margaret: La educación para ayudar al desarrollo en Sudán del Sur
Sor Margaret Scott, Rndm y Sor Bernadette Reis, Fsp
En 2008 la Conferencia episcopal de Sudán lanzó una petición de ayuda. La Unión de Superiores Generales ( USG ) y la Unión Internacional de las Superioras Generales ( UISG ), que representan a los religiosos y las religiosas, respondieron enseguida con la creación de Solidarity with South Sudan. Sor Margaret Scott, de las Hijas de Nuestra Señora de las Misiones, cuenta la experiencia vivida participando personalmente en esa misión inter-congregacional y explica qué significa la visita del Papa Francisco para la gente de Sudán del Sur.
Nace Solidarity with South Sudan
En 2006/2007 participé en algunos encuentros en Roma, cuando las primeras delegaciones de USG/UISG contaron lo que habían visto y vivido en el sur de Sudán. Nuestra congregación decidió unirse al compromiso y me preguntaron si quería ocuparme yo. En agosto de 2008 fui al Sudán meridional junto con cuatro hermanas y así establecimos una comunidad de cinco Hijas de Nuestra Señora de las Misiones en Riimenze, en la diócesis de Tombura-Yambio. Solidarity pretendía realizar escuelas de formación para los profesores en Malakal y Riimenze y un instituto de formación sanitaria en Wau, así como formar agentes pastorales.
La realización del colegio para la formación de los profesores
A dos de nosotras se nos pidió que trabajáramos en la formación de profesores en la diócesis de Yambio. Al principio ofrecimos una formación profesional dentro de los institutos. En torno al 2011, la comunidad comenzó a expandirse con la llegada de miembros de otras congregaciones. Terminamos mudándonos a la ciudad principal, Yambio, y se construyó una universidad en un terreno de la Iglesia. En esta estructura específica, en 2012 iniciamos la formación docente. Nuestro objetivo principal era preparar profesores de escuela primaria, ya que había una gran necesidad de ellos en ese momento.
Sudán del Sur se convierte en nación
Hubo una gran emoción entre la gente cuando Sudán del Sur obtuvo la independencia en 2011. Se pensaba que esto resolvería todos los problemas: serían independientes y podrían administrar el país ellos mismos. La gente estaba llena de esperanza y entusiasmo; pero a lo largo de los años nos hemos encontrado con dificultades muy grandes. En cierto sentido hay un poco de decepción porque las cosas no han ido tan bien como se esperaba. En muchos sentidos era natural. Surgieron todo tipo de elementos surgieron cuando empezamos a trabajar juntos como un país independiente.
La educación esencial para un nuevo país
La mayoría de la gente entendió que para que hubiera desarrollo, se necesitaba un buen sistema educativo. En ese momento, había muy pocos maestros formados debido a la falta de específicos institutos de formación. Los existentes no funcionaban por falta de fondos. Éramos una pequeña pieza necesaria para construir el puzle para proporcionar maestros capacitados. En todo el país había un gran deseo de aprender, de educación y de tener profesores capacitados que pudieran preparar a las generaciones futuras.
Desde el principio, nos dimos cuenta de que muchos profesores sin preparación específica en las escuelas deseaban con fuerza ser formados. Así que trabajábamos en dos niveles: formación en los institutos donde trabajaban y la preparación. Los estudiantes del college sin formación previa tenían entre 20 y, en algunos casos, 50 años. Estaban llenos de entusiasmo y deseosos de aprender. Una vez que se graduaban, estaban ansiosos por volver a sus escuelas o ingresar en el sistema y ser profesores, porque querían algo mejor para los jóvenes. Tenían una positividad extraordinaria, a pesar de trabajar en condiciones extremadamente precarias. Todavía hoy se ven a personas enseñando bajo los árboles. Pero quieren enseñar.
El programa de formación de los profesores da sus frutos
Las personas a las que habíamos enseñado iban a todas partes con entusiasmo y estaban comprometidas con ser profesores. Preparaban su trabajo, realizaban pancartas, mesas y todo tipo de juegos, y ofrecieron algo realmente útil. A menudo, alguien a quien habíamos formado era contratado por el gobierno para trabajar en oficinas de educación. Cuando supervisábamos a nuestros estudiantes en las escuelas, veía la participación, el entusiasmo y la energía de los niños, debido al hecho de que tenían profesores en quienes confiar. Se podían ver infinitas posibilidades de progreso para el futuro. Por lo tanto, era muy, muy útil para el país.
Tres guías eclesiales en visita a Sudán del Sur
El Papa, el arzobispo Welby y el moderador de la Iglesia presbiteriana sienten compasión por el pueblo de Sudán del Sur y desean mostrarles su solidaridad, estar a su lado. Su visita es un increíble símbolo de apoyo. Aquellas personas e Iglesias que han rezado por la paz alimentan la esperanza de paz en este país joven y en dificultad. Los tres guías de diferentes Iglesias muestran que es posible que las personas se unan. Y si es posible que las Iglesias se unan, también es posible que las personas se unan para hacer crecer un país. Es un gesto con un alto valor simbólico y creo que la gente agradece mucho su visita.
Personas de fe extraordinaria
La gente de Sudán del Sur tiene una fe extraordinaria. Cree en Dios; sabe que Dios la ama, y la visita del Papa es otra forma de experimentarlo. No solemos escuchar lo difícil que es en Sudán del Sur y que millones de personas actualmente corren el riesgo de morir de hambre. En esos días, la atención se centrará en la República Democrática del Congo y Sudán del Sur. Espero que esto genere conciencia sobre la difícil situación de los millones de personas en Sudán del Sur que sufren y necesitan la ayuda del mundo para avanzar de forma pacífica y productiva hacia el futuro.
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