El CELAM promueve el Seminario Fratelli tutti
Padre Modino - CELAM
Un momento de debate, organizado por la Pontificia Comisión para América Latina (PCAL) y el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM), con actores diferentes y variados, que, desde un diálogo interdisciplinar e interreligioso, han avanzado en la construcción de una mesa de diálogo socioambiental prevista para finales de 2023.
Cardenales, teólogos, representantes del mundo universitario, de las redes eclesiales que han ido surgiendo en el continente, del mundo sindical, y de otras religiones y confesiones cristianas, llegados de más de diez países del continente y de la Curia Romana, se han sentado alrededor de una mesa en la sede del CELAM, en Bogotá, de 13 a 15 de marzo para llevar a cabo “una contribución a todo lo que está impulsando el Magisterio del Papa Francisco”, como recordaba Emilce Cuda, una de las organizadoras de este Seminario Fratelli tutti, llevado a cabo coincidiendo con el 10º aniversario del primer pontífice latinoamericano, a quien desde América Latina enviaron un mensaje de apoyo y reconocimiento en el primer momento del encuentro.
Insistiendo en que el Papa Francisco “nos propuso iniciar procesos de diálogo social para una vida buena para todos”, la Secretaria de la Pontificia Comisión para América Latina, ve este Seminario como algo que se ha llevado a cabo, “ayudando a América Latina con distintos sectores, gente que viene, especialistas de distintas áreas, de distintas disciplinas, de distintos credos, a los que estamos escuchando qué propuestas consideran que serían relevantes para llevar a una mesa de diálogo social”.
Un encuentro que la teóloga argentina no duda en calificar como muy bueno, algo que fundamenta en el hecho de que “la gente respondió muy bien a la convocatoria, fue excelente, han venido todos, con mucho respeto hacia la Iglesia y con muchas adhesiones también de cartas que han enviado otras redes que quieren participar”.
El hecho de haber llevado a cabo un diálogo interdisciplinar e interreligioso es visto por Emilce Cuda como un elemento “importante porque necesitamos la voz de todos, esa unidad en la diferencia de la que habla el Papa no puede ser una mera metáfora, tiene que ser todas las voces sentadas a la mesa, los que piensan como nosotros, los que piensan distinto, los que tienen nuestro credo, los que tienen otro credo, diferentes niveles sociales, diferentes culturas, estamos cumpliendo lo que pide el Papa”.
Analizando los avances de cara a la mesa de diálogo, Cuda insiste en que “hemos avanzado en ponernos de acuerdo en cuatro temas generales que tienen que ver con la política, con la educación, con la economía y con la ecología, que podrían ser llevados a una mesa de diálogo social a fines de 2023, por supuesto, no solo con la participación de los sectores productivos, sino de los credos y también de los organismos internacionales”.
Sergio Torres, otro de los organizadores del Seminario Fratelli tutti, partiendo de la premisa de la necesidad de decantar más su valor específico, considera muy importante “el ambiente de diálogo, fraternidad, amistad que se tejió en el grupo que tan generosamente nos regala su tiempo para ayudar a analizar y a construir elementos de diálogo para convocar una mesa de diálogo social”. En ese sentido, el teólogo chileno se siente estimulado por “este ambiente de mucha fraternidad, franqueza, libertad para hablar los puntos que realmente merecen ser analizados y discutidos”.
Un segundo elemento que Torres destaca es el producto, “relevar el tema ecológico, relevar el tema de educación, relevar el tema de una economía que tenga sustentabilidad en el tiempo, colocar la dimensión de una nueva política, rehabilitar la política para nuestros países y un mejor desarrollo a escala humana”, algo que le parece fundamental. Eso porque este Seminario Fratelli tutti ha ayudado a detectar “temas centrales que podrían nutrir una mesa de diálogo en un espíritu constructivo, sin ser ingenuos, de las dimensiones complejas que se necesitan, pero al mismo tiempo de sentarnos a la mesa a pensar, iluminados por el Magisterio de Francisco para fomentar un desarrollo de democracias robustas centradas en la promoción auténtica de nuestro pueblo”.
Un Seminario que, sin preocuparse por elaborar documentos, ha conseguido animar un proceso, que ha dado un paso más, y que sin duda va a seguir contribuyendo para que el Magisterio del Papa Francisco se traduzca en instrumentos de diálogo que ayuden a hacer realidad un mundo donde la fraternidad deje de ser una idea y se concrete en una práctica asumida por todos los pueblos, todas las confesiones y todos los estratos sociales.
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