México: Episcopado repudia retiro arbitrario de migrantes de la Catedral de Ciudad Juárez

Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano

Tras el retiro de forma arbitraria de migrantes que se encontraban en la Catedral de la Diócesis de Ciudad Juárez, Chihuahua, en México, el 1º de marzo pasado por parte de la Policía Municipal, la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) condena rotundamente este tipo de hechos. Se actuó "de forma arbitraria y sin apego a protocolos legales, violentando los derechos humanos de las personas", subrayan en un comunicado.

En el acto se empleó la violencia, transgrediendo la integridad física y psicológica de las personas, como explica la nota firmada por el Padre Julio López, Secretario Ejecutivo de la Dimensión Episcopal, acotando que durante el operativo varios sujetos fueron agredidos resultando herida, por lo menos, una persona migrante.

De acuerdo con el texto, hasta el momento, el municipio de Ciudad Juárez, Chihuahua, "ha sido omiso en diseñar planes y estrategias adecuadas para la atención de personas en contexto de movilidad humana, lo cual se traduce en violencias a los derechos humanos de quienes se encuentran esperando una cita para regularizar su situación migratoria en México o en espera de poder llegar a Estados Unidos".

El organismo de la CEM repudia esta índole de acontecimientos en los que se actúa de forma arbitraria y sin apego a protocolos legales, violentando los derechos humanos de las personas. También anuncia que se presentarán las denuncias correspondientes ante las autoridades competentes y contra quien resulte responsable.

"Es inadmisible -sostienen- que las autoridades de cualquier nivel de gobierno ingresen a espacios de atención humanitaria para personas migrantes y violenten dichos espacios, que, además, son lugares dedicados al culto religioso".

Por último, exhortan al Presidente Municipal de Ciudad Juárez, Chihuahua, a "establecer protocolos de atención hacia las personas migrantes en tránsito para que respeten sus derechos humanos y su integridad física y psicológica, y cesar en su hostigamiento a los espacios de atención humanitaria, y dejar de criminalizar a las personas migrantes".