Obispos de Argentina: Declaración de la 122° Asamblea Plenaria
Vatican News
La Oficina de Comunicación y Prensa de la Conferencia episcopal argentina hizo pública, el pasado 26 de abril, una declaración tras haberse reunido en la localidad de Pilar con motivo de su 122° Asamblea Plenaria.
Declaración
En el documento los obispos renuevan su esperanza a cuarenta años de la recuperación de la democracia en el país.
Angustia sentir que es cada vez más difícil poner el pan en la mesa, cuidar la salud, imaginar un futuro para los jóvenes. Se suman el miedo a salir a la calle, la violencia y la agresión generalizada. Se hace sentir cada vez más la pérdida de los valores que sostenían la vida familiar y social.
“La mejor política de seguridad es la educación”
Tras esta introducción los obispo argentinos manifiestan que les “duele en el alma la deserción de los chicos del colegio, las aulas reemplazadas por una esquina o un rincón peligroso a la vista de madres impotentes”. Y afirman que se vuelve “a olvidar que la mejor política de seguridad es la educación”. Y añaden:
“La bronca y el cansancio no son buenos consejeros”
Pero la bronca y el cansancio no son buenos consejeros. Invitamos con fervor a seguir confiando en el camino democrático con la esperanza de que estamos a tiempo. Siempre es posible renacer si lo hacemos entre todos. Siempre hay camino si somos capaces de conversar y de ponernos la patria al hombro. Este es un deseo que no sabe de grietas o partidos, es de un pueblo.
También espera que se sienten a escucharse y a discutir con respeto hasta encontrar puntos en común. Ansía caminar hacia un proyecto estratégico de desarrollo, que abra un horizonte de esperanza, dignidad, paz social, trabajo y prosperidad, privilegiando a los tirados al borde del camino.
Cultivar los grandes valores
Por otro lado, de ésta no zafa nadie. Dice Francisco: “Seamos parte activa en la rehabilitación y auxilio de las sociedades heridas… Es posible empezar de abajo y de a uno, pugnar por lo más concreto y local hasta el último rincón de la patria…” (FT 77-78). Nos inspiran muchos que ya lo están haciendo.
Un camino desde la fe
Nosotros como creyentes también proponemos un camino desde la fe. El Dios que nos dio la vida y nos quiere tanto puede darnos la fuerza para no bajar los brazos y seguir luchando. Porque si no actuamos hoy, dejaremos de ser protagonistas para convertirnos en espectadores fracasados.
“Con todo cariño”, los obispos piden al Señor que bendiga su patria y a la Virgen de Luján que no les suelte de la mano.
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