Asís acoge la Asamblea General de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas
Hna. Grazielle Rigotti, ascj - Asís
Más de 800 mujeres se reunieron en Asís para la Asamblea General de la Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC). Procedentes de diversas partes del mundo, estas mujeres quieren ser "artífices de la fraternidad humana para un mundo de paz", como exhortó Maria Lia Zerfino, actual Presidenta General de la UMOFC, que agrupa a un centenar de organizaciones.
LA UMOFC
La Unión Mundial de Organizaciones Femeninas Católicas (UMOFC) se fundó en 1910 y en la actualidad representa a casi 100 organizaciones femeninas católicas de todo el mundo, activas en unos 50 países, incluidos todos los continentes y algunos estados insulares, que cuentan con unos ocho (8) millones de mujeres católicas de todas las profesiones y condiciones sociales. El objetivo de la UMOFC es promover la presencia, la participación y la corresponsabilidad de las mujeres católicas en la sociedad y en la Iglesia, para que puedan cumplir su misión de evangelización y trabajar por el desarrollo humano, especialmente en el aumento de las oportunidades educativas, la reducción de la pobreza y la promoción de los derechos humanos, empezando por el derecho fundamental a la vida.
En 2006, la UMOFC fue erigida por la Santa Sede en Asociación Pública Internacional de Fieles. Este estatus canónico honra los esfuerzos de las mujeres católicas activas en nuestra Unión a nivel parroquial, diocesano, nacional e internacional.
La Asamblea
El 13 de mayo en Roma, 1800 mujeres de la UMOFC fueron recibidas en audiencia privada por el Papa Francisco. Fue un momento único para muchas de ellas, que se encontraron por primera vez con el Santo Padre, y pudieron recoger de sus palabras la motivación para continuar su misión con alegría y generosidad: "Os doy las gracias por lo que hacéis y os animo a seguir adelante con entusiasmo en vuestros proyectos y actividades a favor de la evangelización, siguiendo la voz interior del Espíritu, dóciles a sus toques interiores", les dijo el Pontífice durante la Audiencia.
El 14 de mayo comenzó en Asís la Asamblea General, a la que asistieron unas 830 mujeres de 38 países, pertenecientes a 67 organizaciones diferentes de los 5 continentes.
Los primeros días de trabajo se dedicaron a reuniones, debates, paneles y secciones paralelas sobre el tema: La mujer en la Iglesia. Además, se celebraron algunas reuniones regionales para la presentación de actividades de las organizaciones miembros e informes de resultados. Están previstas veladas festivas para compartir diferentes culturas. También está prevista la reforma del Estatuto y Reglamento de la UMOFC, nuevos proyectos, deliberaciones, prioridades, elecciones del Consejo y elecciones del Presidente General para los últimos días del evento.
El Observatorio Mundial de la Mujer
El Observatorio Mundial de las Mujeres (OMM) pretende escuchar y mirar a las mujeres de diversas regiones del planeta, en particular a las más vulnerables, que no tienen poder para expresarse o, si lo tienen, puede ocurrir que nadie se dé cuenta y sus expresiones se diluyan en el mar de la globalización de la indiferencia.
El objetivo de la OMA es dar visibilidad a las mujeres, especialmente a las más vulnerables, que parecen "invisibles", tanto por su sufrimiento como por su potencial, para inspirar y generar estrategias pastorales por parte de la Iglesia, sinergias por parte de las ONG de la sociedad civil, políticas públicas por parte de los Estados y contribuciones a la agenda internacional, que favorezcan el desarrollo humano integral de las mujeres y el de sus familias, comunidades y pueblos.
La participación de las mujeres jóvenes
Un momento importante de la Asamblea que reunió a tantas mujeres en torno al tema de la ayuda y la participación en la iglesia fue también la participación de mujeres jóvenes. De hecho, diez jóvenes de diferentes países tomaron la palabra tras los informes de las actividades realizadas para las organizaciones en sus diferentes regiones, y hablaron de lo que habían vivido en estos primeros días. Su fe, sus ganas de ayudar y su implicación en el evento fueron tomadas por los participantes como un nuevo soplo de aire fresco y un alivio para que su trabajo continúe y se fortalezca aún más.
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