Gratitud de presidencia saliente del CELAM a la Iglesia latinoamericana

Sebastián Sansón Ferrari - Vatican News

Desde la ciudad puertorriqueña de Aguadilla, la presidencia saliente del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) dialogó, en un ambiente cercano y fraterno, con los periodistas durante la 39ª Asamblea General Ordinaria del organismo, que es de carácter electivo y este miércoles 17 de mayo designa a su nueva directiva. Óscar Elizalde, director del Centro para la Comunicación del CELAM, introdujo a los cinco oradores: Monseñor Miguel Cabrejos, presidente; Cardenal Odilo Scherer, primer vicepresidente; Cardenal Leopoldo Brenes, segundo vicepresidente; Monseñor Rogelio Cabrera, presidente del Consejo de Asuntos Económicos; Monseñor Jorge Lozano, secretario general.

El primero en hacer uso de la palabra en la conferencia de prensa fue Monseñor Cabrejos, quien dirigió un agradecimiento a los cinco integrantes de la actual presidencia, pues cada quien, en su función, desarrolló un trabajo continuo, permanente, de entrega, cuyos resultados "los podemos ver tranquilamente en el análisis que se ha hecho".

El presidente del CELAM recordó que la institución es un consejo al servicio de las Conferencias Episcopales, un órgano de comunión, reflexión, articulación que busca posibilitar el trabajo pastoral con los desafíos adecuados y propios que nos pide la sociedad y la Iglesia de hoy. El arzobispo de Trujillo, en Perú, consideró que en este período se ha logrado poner las bases sólidas para una proyección pastoral en toda América Latina y el Caribe.

Caminar juntos, en sinodalidad

El Cardenal Scherer saludó a todos los participantes en el encuentro y manifestó que estos cuatro años fueron ocasión de hacer una linda experiencia de compartir las riquezas de la Iglesia en el continente. "Me gustó mucho trabajar con los hermanos obispos", confesó el arzobispo de San Pablo, Brasil. Pudieron trabajar mucho, con múltiples asambleas, viajes, reuniones para el servicio que se les encomendó. 

Refiriéndose al proceso de renovación y reestructuración del CELAM, el Purpurado reconoció que fue un pedido de la Asamblea General Ordinaria celebrada en Honduras en 2019. "Pudimos hacerlo con grande participación y mucho esfuerzo", dijo. Ahora, se cuenta con un CELAM renovado, con un nuevo estatuto, con una nueva sede, afirmó.

Le impresionó la vivacidad de las comunidades que visitó en los distintos pueblos, "con sus problemas, pero con sus riquezas, nos descubrimos muy hermanos". "Somos miembros de una misma familia de Cristo, la Iglesia católica", añadió. "Aun estando lejos, estamos muy cerca y tenemos mucho en común. Debemos caminar juntos en sinodalidad", acotó.

Un equipo de trabajo, un equipo de amigos

A continuación, el Cardenal Leopoldo Brenes comentó que, al inicio de esta presidencia, el primer pensamiento fue la amplitud del desafío asumido. Pero pensó inmediatamente en las palabras de Jesús, quien, como precisó el Purpurado, antes de crear un equipo de trabajo, conformó un grupo de amigos.

El arzobispo de Managua, Nicaragua, describió esta experiencia como "muy hermosa", en la que se ha entablado una "gran amistad". "No somos solo ejecutivos, sino una familia que trabaja", aseveró. En este sentido, sostuvo que, cuando las cosas se hacen en familia y se comparten en fraternidad, salen mejor.

El segundo vicepresidente del CELAM recordó el gran reto de la pandemia, durante la que el Espíritu Santo iluminó nuevas formas para continuar el servicio, en vez de caer en la tentación de quedarse callados, silenciosos, sin hacer nada. Enfatizó que los llevó a adoptar nuevos modos de trabajo. "Creo que rompimos récord de reuniones", aseguró, con una sonrisa, puntualizando que a veces eran en la mañana, en las noches, en algunas ocasiones duraban una hora; en otras, tres.

Reiteró que fue un trabajo muy hermoso porque son amigos, y ahora "nuestra amistad está fortalecida, seguiremos adelante colaborando con todo el Episcopado".

Comunión cristiana 

A continuación, además de retomar su agradecimiento a la Iglesia latinoamericana y Caribeña, Monseñor Rogelio Cabrera, como presidente del Consejo de Asuntos Económicos, resaltó: "Ha quedado clara la intención de este consejo de presidencia: hacer que haya comunión cristiana de bienes materiales y espirituales". Asimismo, subrayó dos conceptos que ya había desarrollado al presentar el informe económico del cuatrienio: la austeridad y la transparencia administrativa, a las que consideró una tarea de la sociedad civil, de los gobiernos y, por supuesto, de la Iglesia.

Un abanico de vinculaciones

Al final del encuentro, Monseñor Jorge Lozano aludió a una de las características del CELAM, que es la multiplicidad de relaciones que se establecen con numerosos interlocutores: con las Conferencias Episcopales que lo integran, Cáritas, universidades católicas, colegios católicos, los seminarios, entre otras instituciones. "Una riqueza muy grande", afirmó.

También mencionó el vínculo con el Papa y sus colaboradores, así como con los Dicasterios. Se trata de "una diversidad que nos enriquece, alegra y desafía en el camino cotidiano".

El CELAM: Una voz profética para iluminar las crisis

En la sección de preguntas, ante la petición de una lectura del cuatrienio, Monseñor Cabrejos declaró que el CELAM ha estado siempre muy atento a los momentos de sufrimiento y dolor del pueblo latinoamericano y caribeño, estando a la altura de los acontecimientos, sobre todo duros, de la humanidad. El Episcopado en el continente ha trabajado en torno a diversas temáticas, como la superación de la pandemia, la promoción de la mujer, la prevención del abuso sexual, entre otras.

Dinámica de votación

En la última consulta sobre la votación en la Asamblea, se explicó que no se realiza a través de un sistema electrónico, sino en papel, y en orden de cargo. 

"No se pueden repetir los cargos", aclararon; es decir, que una persona no puede ser elegida para la misma función que desempeñó en el cuatrienio que concluye, pero sí puede ser designada para otro cargo. Tampoco pueden ser elegidos, según la nueva normativa, obispos que han cumplido o cumplirán 75 años durante el próximo cuatrienio.