Ecuador: Te Deum por los 201º años de la Batalla de Pichincha
Vatican News
“Somos una nación plural en la que nos necesitamos los unos a los otros, en la que nadie puede querer construir el futuro si en su construcción olvida a alguien, o lo que es peor, si excluye deliberadamente, en esa tarea, a alguien”: fueron palabras de Monseñor David de la Torre, Obispo Auxiliar de Quito, en la homilía de la Misa celebrada, el 23 de mayo, con motivo de la celebración de los 201º años de la Batalla de Pichincha, que llevó a la liberación de Ecuador del Imperio español.
A la celebración – informa una nota de la arquidiócesis - también asistió el Obispo Castrense del Ecuador, Mons. José Asimbaya, el Secretario de la Nunciatura Apostólica, Mons. Jacek Pinocy, el Presidente de la República, Guillermo Lasso, acompañado de su esposa María de Lourdes Alcívar; el Vicepresidente del país, Alfredo Borrero; miembros de su gabinete ministerial y otras autoridades civiles y militares.
Al inicio de la ceremonia, el Jefe de Estado colocó una ofrenda en la tumba del Mariscal Antonio José de Sucre, recordando así, aquella gesta histórica que sellaría la independencia del Ecuador y finalmente abriría las puertas para la posterior independencia de otros territorios en América del Sur.
En su homilía, Monseñor De la Torre invitó a quienes asistieron a la Misa a orar juntos, porque “no hay nada más eficiente en esta sociedad del espectáculo y de lo inmediato, del consumo y del sentimiento, que un poco de silencio para entrar en lo secreto de nuestro corazón y reordenarlo de tal manera que venciendo nuestro egoísmo natural. Pongamos en su centro la vida concreta de nuestro pueblo”.
El prelado evidenció que hay que orar para “depositar en Dios lo que nosotros no hemos podido hacer por nuestra falta de valentía, de visión o de coraje, sino justamente para que nunca bajemos los brazos, para que nunca cedamos a la desesperanza, para que nunca nos refugiemos en los arcanos del poder, sino que habitemos la calle, la vecindad, la escuela, la cancha, el bus, el grupo, la asociación y los lugares donde la vida clama”.
Ante la inseguridad que vive el país, el Obispo Auxiliar de Quito, afirmó que la oración también debe ser una oportunidad para que “los tentáculos de todas las mafias, surgidas como hongos venenosos alrededor del narcotráfico, solapado por la política en su versión más perversa no defina lo que somos”.
“Es necesario el relato de lo imposible. Hay que ampliar el lenguaje para ampliar el mundo. Hay que hacer que nuestros gritos se transformen en poesía, ella es la mejor aliada para conjurar la fría retórica del "no hay nada que hacer", del "siga su camino, no pierda tiempo". “Hay que cantar la utopía, hay que reinventar los sueños, hay que danzar, aunque nuestros ojos estén llenos de lágrimas y el corazón nos oprima el pecho. Ese es uno de nuestros principales aportes como cristianos a la construcción de un nuevo Ecuador”, añadió. La Misa concluyó con el canto del Te Deum de agradecimiento, que en latín significa “A ti Dios”.
La independencia de Ecuador
La Batalla de Pichincha fue un enfrentamiento bélico que tuvo lugar el 24 de mayo de 1822, entre las tropas del ejército patriota a cargo del general Antonio José de Sucre y las tropas realistas, bajo el mando del general español Melchor Aymerich. Se llevó a cabo en las laderas del volcán de Pichincha y dio como resultado la victoria para el ejército patriota. Esto ocasionó la capitulación de los españoles y la posterior liberación de Quito, en lo que se conoce como el día en que se selló la libertad de Ecuador.
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