Bicentenario de la unión de los canónigos regulares de San Agustín
Vatican News
Los canónigos, que desde 1446 llevan el nombre de lateranenses por su presencia reiterada en la Basílica de San Juan de Letrán y que en su historia han puesto de relieve la vida común del clero como instrumento eclesial para la santificación, se lee en su comunicado, han tenido el favor de la Santa Sede de vivir este año con los privilegios del Jubileo, enriquecidos con una especial Indulgencia Plenaria.
Iniciativas celebrando el bicentenario
Los Canónigos Regulares Lateranenses residentes en Roma, en la Basílica de San Pedro de Vincoli, donde reside el Abad General y la rama femenina de los Canónigos Regulares Lateranenses de vida claustral esparcidos por todo el mundo, organizaron diversas iniciativas distribuidas especialmente en junio de este año: la venida a Italia de unos treinta sacerdotes canónigos de todo el mundo, en peregrinación primero a Gubbio y Asís y después a Roma, para visitar basílicas, canonjías y lugares sagrados lugares sagrados habitados a lo largo de los siglos por los Canónigos Regulares del Santísimo Salvador.
Los momentos culminantes de las celebraciones canónicas de junio fueron la Audiencia Extraordinaria en el Palacio Apostólico del Papa Francisco, que se llevó a cabo el lunes 19 de junio, la Conferencia en la Facultad de Ingeniería de S. Pietro in Vincoli, el viernes 23 y la celebración conclusiva presidida por el Card. Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, en la Basílica de San Juan de Letrán, el domingo 25 de junio. Concelebraron con el purpurado, Cardenal Donald Wuerl, pafre Franco Bergamin, Abad general de los canónigos. En esta ceremonia eucarística se realizó la consagración del Canónigo Regular Lateranense, Jacson Roque Juskoski, quien profesó sus votos solemnes. Estaban presentes 60 sacerdotes.
El Viernes 23 de junio tuvo lugar un congreso sobre los 200 años de unificación lateranense, en la basílica de San Pedro in Vincoli. Entre los presentes, que intervinieron, el abad general de los canónigos, Franco Bergamin, el secretario de Estado cardenal Pietro Parolin, entre otros. El viernes también se llevó a cabo una Ilustración de la restauración de las tres pinturas canónicas de la Sala Capitular de la Rectoría de San Pedro in Vincoli de Roma y visita guiada de la basílica, seguido de un concierto de la Orquesta y el Coro de la Cappella Musicale Costantina, dirigidos por Paolo De Matthaeis.
Historia
Jubileo canónico por la refundación de la Congregación de Letrán en 1823. La Orden de los Canónigos Regulares es un instituto religioso masculino de derecho pontificio, el más antiguo de la Iglesia. Para conocer el origen de los Canónigos, ya que no tiene un verdadero fundador propiamente dicho, es necesario remontarse a los primeros siglos de la historia de la Iglesia, cuando, junto a los obispos las comunidades de clérigos actuaban en las catedrales, llevando una vida común perfecta, siguiendo el modelo de las primeras comunidades cristianas de Jerusalén.
El apogeo esplendor canónico propiciado por la Reforma Gregoriana y la gran difusión de monasterios o abadías de canónigos por toda Europa atrajo a innumerables personas a lo largo de la Edad Media consagradas a Dios en claustros religiosos, dedicándose al culto divino en coro, día y noche, al estudio de las Sagradas Escrituras, al apostolado y a la educación de la juventud. Según un comunicado se explica que la Orden canónica, marcada en cada época por continuos cambios estructurales y renovaciones para adaptarse a las necesidades de los tiempos, se compara a un árbol secular secular que a lo largo de los siglos dio origen a múltiples ramas de Congregaciones y de comunidades religiosas, todas bajo la Regla de San Agustín.
Dos congregaciones aprobadas por la Sede Apostólica
El comunicado detalla la historia de la orden. A principios del siglo XV, de la unión de algunas pequeñas comunidades reformadoras, nacieron en Italia dos nuevas Congregaciones aprobadas por la Sede Apostólica, la de los Canónigos Regulares Lateranensi y la de los Renani, que a lo largo de los siglos, en más de 150 canonjías, se establecieron por la sabiduría, la espiritualidad, la cultura, la ciencia y el arte, guiadas por un gobierno centralizado.
Debido a las convulsiones políticas de los turbulentos siglos XVIII a XIX, la supresión de las órdenes religiosas y la confiscación de sus bienes por las autoridades gubernamentales y eclesiásticas, las dos familias religiosas entraron en una profunda crisis. Con el Decreto de 28 de junio de 1823 firmado en la rectoría romana de San Pietro in Vincoli, bajo la presidencia del Card. Bartolomeo Pacca delegado por el Papa Pío VII, en presencia de los Abades de las dos antiguas Congregaciones de Letrán y Renania, se sancionó la fusión de estas dos instituciones hermanas.
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