El nuevo Vicario Apostólico de Alepo: "La paz, es mi prioridad”
Federico Piana – Ciudad del Vaticano
Su nombramiento como Vicario Apostólico de Alepo fue algo que realmente no esperaba:
El padre Hanna Jallouf es un fraile menor franciscano de la Custodia de Tierra Santa que desde hace 22 años guía la parroquia de Knayeh, en la provincia de Idlib, y al que el Papa Francisco ha llamado para que se ocupe de todos los católicos sirios de rito latino.
"Es una misión que espero con alegría para tratar de apoyar a una comunidad herida por la guerra y la destrucción del terremoto del pasado febrero", dice el padre Jallouf, que nunca podrá borrar de sus ojos el terror de haber sido secuestrado en el 2014 por milicianos de Al-Nusra.
Fieles divididos
Entre sus primeras prioridades pastorales, el sacerdote destaca una urgencia: la pacificación. Los fieles están divididos entre los que apoyan al gobierno y los que apoyan a los grupos rebeldes armados – cuyos enfrentamientos siguen generando muerte y devastación – por lo que el padre Jallouf afirma que "considera urgente la necesidad de reconciliar a estas dos facciones".
Y para ilustrar la urgencia de instaurar la paz en un contexto en el que todavía prevalece el odio, el nuevo Vicario Apostólico cita la zona candente de Idlib "en la que la particular dureza del conflicto ha provocado, en poco tiempo, el colapso de la presencia de cristianos, que han pasado de 10.000 a 600. Incluso los sacerdotes – añade – han huido: los únicos que quedan para ayudar son los de rito latino, los franciscanos".
En la vida concreta
La Iglesia, según el padre Jallouf, tiene una forma de intentar pacificar el país. "Es la de no meterse en cuestiones políticas – dice – sino sólo en la vida social y cotidiana de las personas. Cuando no te metes en política puedes conseguir cosas buenas. Como las que – recuerda el sacerdote –conseguí en Idlib durante los años de la guerra más áspera".
Escuchar para decidir
En el frente de la fe, hay otro compromiso que el padre Jallouf siente que quiere asumir: evaluar "la vida espiritual de nuestros religiosos, sacerdotes, y escuchar lo que la gente realmente quiere del nuevo Vicario Apostólico. Todo esto – concluye – se hará por la gloria de Dios y por el bien de la Iglesia".
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