Iglesia en Costa Rica: Hacia un Pacto Nacional por la Educación
Vatican News
El tema de la educación ha sido prioridad histórica en la misión de la Iglesia católica. De hecho, basta con un breve recorrido por la historia para darse cuenta de que el proceso educativo fue asumido con seriedad por la Iglesia en todas partes del mundo, desde el establecimiento de escuelas, hasta la fundación de prestigiosas universidades que aún hoy siguen siendo un punto de referencia en la formación del mayor rigor académico de los estudiantes.
La Iglesia y la educación
Costa Rica no es la excepción. Un sacerdote fue el primer maestro y el fundador de la primera escuela en Cartago; asimismo, la primera universidad costarricense, la Universidad de Santo Tomás, surge de la mano de la Iglesia. Tampoco escapa a esto la educación técnica que se originó también bajo la tutela de la Iglesia en los ya lejanos años 50 del siglo pasado.
En su mensaje los obispos de Costa Rica escriben:
Al respecto recuerdan, tal como señalaba el Papa Benedicto XVI, que todos se preocupan por el bien de las personas que aman, en particular por los niños, adolescentes y jóvenes. Porque, como decía:
Emergencia educativa
Los obispos destacan que por esa razón el Papa precedente llamó y convocó a responder a lo que consideró una “emergencia educativa”. Sin embargo, lamentablemente, los prelados costarricenses creen que esto es lo que experimentan en su sistema educativo nacional.
Pacto educativo global
Destacan asimismo que más recientemente, el Papa Francisco ha propuesto un Pacto educativo global como alternativa para superar la crisis que afecta a la educación en todo el mundo; lo lanza como una invitación para iniciar “un camino educativo que haga madurar una nueva solidaridad universal y una sociedad más acogedora”. Y propone este Pacto para “reavivar el compromiso por y con las jóvenes generaciones, renovando la pasión por una educación más abierta e incluyente, capaz de la escucha paciente, del diálogo constructivo y de la mutua comprensión”.
De ahí que pongan de manifiesto las grandes opciones que propone el Papa Francisco para un Pacto educativo global universal:
- Poner a la persona en el centro de todo el proceso educativo.
- Escuchar a las jóvenes generaciones, la voz de los niños, adolescentes y jóvenes.
- Promover a la mujer, favorecer la plena participación de las niñas y las jóvenes.
- Favorecer el ejercicio de la responsabilidad primera de la familia en la educación.
- Abrirse a la acogida, en particular de los más vulnerables y desfavorecidos.
- Renovar la economía y la política para el desarrollo humano integral.
- Cuidar la casa común, el medio ambiente y la justicia social.
Y en sintonía con todo lo expuesto proponen algunos aspectos para la consideración y la búsqueda de soluciones consensuadas:
Afirman asimismo que la ruptura del pacto educativo es el origen de los desequilibrios que experimentan en la educación. De manera que:
Piden que se priorice y fortalezca el papel educativo de las familias revitalizando el valor testimonial, la fuerza del cariño y del ejemplo, la autoridad moral, que brota de una vida íntegra, coherente con los valores que han iluminado el caminar de nuestro país. Y añaden:
Asimismo desean que se genere “un ambiente de comunidad educativa que propicie espacios de diálogo, de participación, para que todos los agentes del sistema educativo, estudiantes, docentes, administrativos y familias, sean escuchados y puedan presentar sus preocupaciones y recomendaciones, para así fomentar la sinergia dentro de este sistema en la mejora de la educación”.
Y concluyen: “Estamos convencidos de que, con la buena disposición de todos, hallaremos caminos favorecedores para la educación, propiciando el desarrollo integral de todos los ciudadanos y, con ello, el bien común de nuestra patria”.
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