El padre Mateo y la llamada al sacerdocio: una luz encendida en la JMJ
Emanuela Prisco - Ciudad del Vaticano
El padre Mateo es un joven sacerdote de la diócesis de Asís-Nocera Umbra-Gualdo Tadino, tiene 28 años y dice que la JMJ fue fundamental para su discernimiento. Su vocación, de hecho, viene de lejos -explica a Vatican News-, enraizada en la relación personal con Dios que tuvo la oportunidad de alimentar desde su adolescencia gracias al testimonio de algunos sacerdotes, religiosas y jóvenes de su parroquia de origen.
Fe y fraternidad
Compartir experiencias de vida y fraternidad con otros coetáneos fue para el joven una fuente de alegría y un trampolín para abrirse a la novedad de la fe. Un lugar fundamental fueron los encuentros diocesanos de pastoral juvenil que le llevaron, con 16 años, a la Jornada Mundial de la Juventud. Corría el año 2011, y ese año la diócesis de Asís dio la oportunidad a tres jóvenes de asistir gratuitamente, lo único que se les requería era participar en cinco encuentros diocesanos de lectio divina para jóvenes. Entre los participantes en estos encuentros se sortearían los ganadores.
El sorteo y el viaje
Para gran sorpresa, Mateo fue uno de los tres ganadores del sorteo y partió hacia la JMJ de Madrid. "El Señor me estaba llevando a uno de los momentos más bonitos de mi vida, Madrid fue mi primera Jornada Mundial de la Juventud y desde ahí no he parado", afirma.
2013, el año decisivo
El 2013 fue el año de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Para participar en aquella experiencia, Matteo tuvo que renunciar a un viaje del último año de secundaria. Pero para él ese fue el año decisivo: "En primavera empecé a pensar qué quería hacer con mi vida y surgió con fuerza la inclinación de entrar en el seminario. Sentía que el Señor me llamaba a entregar mi vida al sacerdocio, pero las JMJ y las inseguridades eran muchas'. Mateo partió hacia Río de Janeiro con la esperanza de obtener respuestas a sus preguntas. "No volví de aquella JMJ con una respuesta definitiva, pero sí con una convicción que no se podía dar por supuesta: había descubierto que el Señor me amaba, había descubierto que me sentía amado por el Señor en la Iglesia".
Una palabra que cambia la vida
¿Qué hacer? Como los jóvenes de su edad, él también ha pasado por este proceso: decidir qué hacer con la vida, cómo emplearla mejor. Se matriculó en la universidad como la mayoría de los jóvenes de su edad: "Para tomarse su tiempo", dice. Entonces el Papa Francisco puso su vida patas arriba con una palabra. El 4 de octubre de 2013, el Papa visitó Asís y dijo a los jóvenes: "No tengan miedo de hacer elecciones definitivas. Dios no nos ha salvado provisionalmente. ¡Dios nos ha salvado definitivamente!". Aquella palabra del Pontífice impactó como una flecha en el joven que escuchó aquella palabra dirigida a él. Una palabra que realmente cambió su vida. El 7 de enero de 2014, Mateo entró en el seminario.
Años ricos en gracia
Los años de seminario fueron para el joven años hermosos y difíciles al mismo tiempo, pero ricos en gracia, como él mismo cuenta. Tuvo la oportunidad de ir a la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia en 2016. Y la gran acogida del pueblo polaco marcó su experiencia allí.
Rumbo a Lisboa
Ahora el padre Mateo, sacerdote desde hace dos años, se prepara para partir a Lisboa y enriquecer así el gran bagaje de la JMJ. Un acontecimiento con un sabor nuevo, el de agosto en Portugal. Hoy es responsable de la pastoral juvenil diocesana y acompañará a 29 jóvenes de la diócesis de Umbría. Dice estar "preparado" para esta nueva aventura que seguramente le deparará muchas sorpresas: "Vivir la JMJ es encontrar a Cristo, en la Iglesia, en los hermanos, y está seguro de que habrá muchas más sorpresas porque este acontecimiento cambia la vida".
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