Pizzaballa: violencia anticristiana, pedimos derechos no protección
Jean Charles Putzolu - Ciudad del Vaticano
Desde hace algunos meses, los actos de intimidación, amenazas y violencia contra los cristianos en Tierra Santa van en aumento, sobre todo en territorio israelí. Se han cometido actos de vandalismo contra iglesias, se ha destruido una estatua de Cristo, se ha profanado un cementerio protestante y, más recientemente, extremistas judíos han intentado "ocupar" algunas iglesias de la ciudad de Haifa. Aunque se trata de una pequeña minoría, que no representa ni goza del apoyo de la mayoría de los israelíes, estos extremistas judíos corren el riesgo de provocar una explosión de violencia, contra la que ya se alzan algunas voces de líderes religiosos de Tierra Santa, cristianos y no cristianos.
En una entrevista con los medios vaticanos, el Patriarca de Jerusalén de los Latinos, Pierbattista Pizzaballa, que recibirá el birrete cardenalicio de manos del Papa Francisco el próximo 30 de septiembre, expresa su preocupación ante la multiplicación de acciones violentas, pero desea mantener encendido un hilo de esperanza, en un contexto sociopolítico muy complejo. El Patriarca pide la aplicación del derecho y el respeto de las garantías para las comunidades religiosas.
Beatitud, en los últimos meses se ha producido un aumento de las intimidaciones y de la violencia contra los cristianos en Tierra Santa, especialmente en el territorio de Israel. ¿Cuál es la situación?
Desgraciadamente es cierto, hemos asistido a un aumento de los ataques en este último período. Digamos que estos enfrentamientos, escupitajos, acusaciones, insultos, no son nada nuevo. Pero el aumento exponencial de estos fenómenos, sobre todo en la zona de Jerusalén, de la Ciudad Vieja, se han convertido en motivo de preocupación y son ahora un tema al orden del día que preocupa tanto a la comunidad cristiana como a las autoridades israelíes, que dicen estar haciendo todo lo posible para evitarlo: pero sin mucho éxito hasta ahora.
¿Cuál es el contexto que hace posible este aumento de las acciones violentas?
Es muy difícil de saber... Hay varios aspectos a tener en cuenta, no hay sólo uno. En primer lugar, hay formación y educación en algunos círculos judíos, pero no hay que generalizar. La inmensa mayoría de la población judía israelí, incluso la religiosa, no tiene nada que ver con esto. En los últimos meses, también hemos visto a muchos rabinos escribir y hablar públicamente contra estos fenómenos, pero también es cierto que hay quienes incitan a todo esto. También hay una nueva generación de colonos, pero no sólo ellos, que están menos acostumbrados a encontrarse con realidades diferentes a las suyas. Hay un clima general de violencia en el país que hemos visto tanto dentro de la sociedad israelí como dentro de la sociedad palestina. Así que esta cultura general de polarización también afecta a todo esto.
¿Cuáles son los riesgos? Porque puedo suponer que genera cierta tensión en la comunidad cristiana...
Por un lado, el problema es que estos fenómenos van en aumento, quizá también sostenidos, como he dicho, por un determinado contexto cultural religioso; por otro lado, sin embargo, también hay una comunidad cristiana que se siente objeto de ataques indiscriminados basados en la violencia religiosa, el odio religioso, el desprecio religioso, si se quiere, lo que a su vez crea, incluso dentro de la comunidad cristiana, tensión, descontento y, a veces, a menudo rabia.
Usted me habla sobre todo de la Ciudad Vieja de Jerusalén, pero ¿ocurre algo diferente en Haifa?
En Haifa hay un fenómeno diferente que está relacionado con una persona concreta, el rabino Berland, que está un poco fuera de control, que con sus seguidores está convencido de que en Stella Maris, en la iglesia de los carmelitas, está la tumba del profeta Eliseo, que en realidad no existe. Se trata más bien de un fenómeno sectario. Este rabino también ha estado en la cárcel por diferentes cargos. Es un fenómeno un poco diferente, que sin embargo crea mucho nerviosismo en la comunidad cristiana que a veces incluso nos acusa a los líderes religiosos, diciendo: qué están haciendo, por qué no intervienen, no se pronuncian contra este fenómeno...
En su opinión, ¿los lugares cristianos no están suficientemente protegidos?
No queremos protección, queremos garantías, queremos derechos: queremos vivir como ciudadanos libres en un Estado democrático.
¿Quién puede intervenir hoy para garantizarlo?
Corresponde a las autoridades del país -Israel, los israelíes, Palestina y los palestinos- asegurar que todas las realidades de la tierra, independientemente de su filiación religiosa, cultural, étnica o de cualquier otro tipo, estén garantizadas.
¿Tienen alguna respuesta de las autoridades?
Estamos en contacto con la policía, eso sí. Con el Jefe de Policía hemos hablado, nos hemos reunido. Está bastante presionado porque los medios de comunicación han creado mucha presión, lo cual es positivo en ese sentido. Están los primeros resultados, en el sentido de que algunas personas están siendo capturadas y puestas ante la ley, pero aún queda mucho por hacer. Por parte del gobierno, debo decir, tal vez porque ahora tienen otras prioridades, hay menos atención. El Presidente del Estado de Israel es muy activo y ha hablado muy claro, públicamente, en contra de todo esto.
¿Existe algún vínculo, en su opinión, entre el aumento de esta violencia y la gobernanza política del país?
Ya me lo han preguntado varias veces. Considero que lo que nos está ocurriendo es una especie de daño colateral. No creo que el gobierno tenga en la mira a los cristianos. Pero también es cierto que este gobierno ha creado un clima muy tenso en el país: se habla de "supremacía judía"... Todo esto puede influir claramente, aunque sea de forma indirecta.
¿Hablaría hoy de persecución contra los cristianos?
No. Cuando se habla de persecución, pienso en lo que ha hecho el autodenominado Estado Islámico (EI) en Siria e Iraq. Nosotros no estamos en esa situación. Hay problemas, eso seguro, pero no somos perseguidos.
¿Hay motivos para la esperanza?
Los motivos para la esperanza siempre están ahí porque estas situaciones también han creado reacciones fuertes, a menudo mucho más fuertes dentro de la sociedad israelí, incluso religiosa, más a menudo que entre los cristianos, y creo que esta toma de conciencia de un problema dentro de la sociedad israelí dará sus frutos con el tiempo.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí