Zuppi: Buscamos hacer volver a casa a los niños ucranianos
Roberto Paglialonga
"Sí, ciertamente vi al Papa". Así dijo el presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, el cardenal Matteo Zuppi, antes de comenzar su intervención en la presentación del libro de Andrea Riccardi "Il grido della pace" (El grito de la paz de Editorial San Pablo), celebrada en la tarde del 4 de julio en la sede de San Egidio en Roma, respondiendo a las preguntas de los periodistas sobre si se había encontrado con el Pontífice al final de sus misiones en Kyiv y Moscú.
La prioridad, explicó Zuppi, es "trabajar ahora por los más desfavorecidos, como los niños, y ver si podemos poner en marcha el mecanismo para ellos y ayudar a la parte humanitaria. Esperamos empezar por los más pequeños, los más frágiles. Los niños deben poder regresar a Ucrania. Así que el siguiente paso será, en primer lugar, examinar a los niños y, a continuación, ver cómo recuperarlos, empezando por los más frágiles".
Durante la presentación -que fue moderada por el profesor Marco Impagliazzo, historiador y presidente de la Comunidad de San Egidio, y a la que asistieron también el periodista Marco Damilano, el profesor Giuseppe De Rita, presidente del Censis, y la profesora Donatella Di Cesare-, el Cardenal subrayó cómo "el libro de Riccardi es útil hoy porque nos ayuda a tomar conciencia del momento que vivimos, nos muestra la capacidad de tejer la red sobre lo que Giuseppe De Rita llamaba la ‘profundidad de la historia’ y de comprender que las soluciones a la guerra deben buscarse en la complejidad de la realidad". La guerra, de hecho, añadió, "es siempre una derrota para todos". Por ello, es necesario que "también la Iglesia de hoy sea capaz de ayudar, de recomenzar en la construcción del nosotros, en el paso del 'yo' a 'un nosotros más grande'".
Andrea Riccardi subrayó que ha llegado el momento de "volver a pensar qué es la paz”. Y la guerra, como decía un soldado de infantería de la Segunda Guerra Mundial, "es mala porque se termina bajo tierra". Hoy en día, la guerra da miedo, "sí, pero quizá no lo suficiente", dijo. Por esta razón, hoy "la visión de la guerra como un 'game' debe ser derrotada, porque esto conduce a su aceptación inexorable, a una familiaridad inaceptable con la guerra, casi a su rehabilitación". Así pues, continuó Riccardi, "el problema es redescubrir una emoción de horror por la guerra y un impulso hacia la paz". Pero, ¿dónde está el movimiento pacifista? "No lo sé, no lo veo - es la respuesta, pero hay muchos fragmentos en movimiento, y por eso estamos llamados a recomponerlos para reconstruir la comunidad, para reconstruir el nosotros". Por tanto, por parte de la política "necesitamos reflexiones más largas y visiones más amplias, necesitamos una mayor inversión en diplomacia. Necesitamos retomar la historia y la memoria, como las de la Segunda Guerra Mundial y la Shoah. Hay que alimentar una cultura de paz y difundirla entre la población".
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